Y ‘papi’ Trump se salió con la suya: de colonizar la OTAN a sus amenazas a España en 24 horas de vértigo

Donald Trump se salió con la suya en la cumbre de la OTAN. O mejor dicho, ‘papi Trump’, como cariñosamente le ha apodado Mark Rutte, nada menos que el secretario general de la alianza, que ha vuelto a bendecir la ‘venida’ del presidente de EEUU para conseguir el acuerdo del 5% del PIB en Defensa. A pesar de España, que sí ha firmado el pacto pero que se mantiene en que no pagará más del 2’1%. Un compromiso que ha terminado de dinamitar los puentes en una jornada infinita de consecuencias impredecibles.

Esta semana en La Haya, hablar de la cumbre de la OTAN es hablar, prácticamente, de un enfrentamiento entre EEUU y el propio Rutte con Pedro Sánchez, con los otros 30 socios guardando un prudencial segundo plano. Incluso Zelenski, habitual invitado de honor y de revuelo, ha quedado en una posición muy secundaria ante el arrollador eje de controversia EEUU-España por la negativa de Sánchez a los planes de Trump. Firmar, eso sí, ha firmado. 

Sirva esta pieza de reconstrucción de los momentos clave que han protagonizado unas 24 horas de vértigo diplomático, económico y geopolítico con epicentro en La Haya y ramificaciones en Washington y Madrid.

El «problema» es España

A bordo del Air Force One, Trump suele protagonizar momentos que son oro puro para los periodistas que le acompañan en sus viajes. Este miércoles de camino a Países Bajos no iba a ser menos y en pleno vuelo calificó a España como un «problema» para los objetivos y planes de crecimiento de la OTAN. 

Siempre, con la queja de que Sánchez se opone a conceder un 5% del PIB a fines militares y el lamento de que «la OTAN tendrá que lidiar con España, ya que ha pagado muy poco». «Siempre lo ha hecho. O eran buenos negociadores o no hacían lo correcto«, añadía en un corrillo de altos vuelos.

En paralelo, no faltaron gráficos en su red social, canutazos en más micrófonos ni una lluvia de críticas por seguidismo de otros miembros de la Administración Trump. Y eso que la cumbre no había empezado oficialmente…

Trump, Rutte y unos mensajes privados incendiarios

Tampoco había comenzado cuando Trump recibió en su móvil un «querido Donald» cortesía del mandamás de la OTAN. Una comunicación nada especial si no fuera porque los mensajes que le envió Rutte eran poco menos que el reconocimiento a su mesiánica venida a tierras europeas. En ellos, el político holandés aseguraba que «Europa va a pagar a lo grande, como deben, y será tu victoria«, en referencia al liderazgo de Trump para lograr el 5% del PIB en defensa de todos los socios. 

Algo que «ningún otro presidente estadounidense ha conseguido en décadas», añadía por si faltaba un poco de cariñito para complacer al miembro de más relumbrón en La Haya.

Las palabras, que el magnate optó por compartir con capturas en su red social, Truth Social, generaron una real incomodidad entre otros miembros de la alianza, hasta el punto de obligar a salir al mismo Rutte para dar algo así como explicaciones. O sea, para decir que esos textos eran reales y su tono, «apropiado» en una relación de confianza como la que mantienen.

‘Papi’ Trump y el colmo de la vergüenza ajena

Si los mensajes filtrados sobre la «gran victoria» de Trump ya resultaron difíciles de entender para muchos, aún más lo ha sido una comparecencia conjunta de Rutte y Trump este jueves. En ella debatían sobre la implicación de EEUU en el conflicto con Irán e Israel y el peso del magnate en la paz acordada entre las tres partes.

«Papi (Trump) tiene que usar a veces un lenguaje fuerte para conseguir que paren», soltó entonces Rutte dejando a la audiencia ojiplática siguiendo la metáfora del magnate sobre «dos escolares que se pelean». La sorpresa no alcanzó a Trump, que celebró el cumplido, como él mismo ratificó poco después. «Lo ha hecho con mucho cariño porque me gusta«, apuntaba sobre un mote que terminó de encender los ánimos de los más críticos entre acusaciones de ‘favoritismo’ hacia Washington.

Al igual que con los mensajes de móvil, Rutte ha tenido que dar explicaciones, llegando a rechazar que esos «halagos» le dejen en una posición de debilidad como secretario general de la OTAN. Simplemente, alegaba, «es un poco cuestión de gustos, pero creo que es un buen amigo», en referencia a ‘papi’ Trump. Un apodo que a buen seguro resultará recurrente en futuras ocasiones.

Where is Sánchez?

Con un perfil internacional tan marcado y con la habilidad que le caracterizó en otras cumbres para celebrar encuentros paralelos, ha sorprendido sobremanera la imagen solitaria de Pedro Sánchez este día y medio en Países Bajos. Literalmente, al margen de la foto oficial, donde ha quedado en el extremo derecho (a ojos del espectador) y con cara de pocos amigos.

Ni reuniones paralelas, ni corrillos, ni fotos con otros líderes. Mucho menos con un Donald Trump del que siempre se le ha visto lejos. Algo «casual» para Pedro Sánchez pero llamativo para los medios, que le han preguntado por su actitud al término de la cumbre.  

A la defensiva en su respuesta, Sánchez ha intentado ser irónico. «¿Y por qué no me voy a sentar en mi silla?», ha querido aclarar a la periodista. «Entiendo que ahora mismo cualquier cosa que haga, incluso sentarme, se me va a interpretar de una manera, pero llevo siete años, conozco a todos, he estado con el presidente Trump en 2018. No se ha dado la casualidad pero no significa nada. Creo que se estiran mucho las cosas».

¿5% o 2’1%? Sánchez responde… la OTAN, también

Es la gran pregunta. ¿Cuánto va a pagar España? Según el texto firmado por todos los socios —Sánchez incluido— nadie escapará al compromiso de llegar al 5% del PIB nacional en Defensa para 2035. Lo que ocurra hasta entonces es otra historia y ahí llega la ‘madre del cordero’ del desencuentro.

La OTAN jura y vuelve a jurar que todos van a una y pagarán lo mismo a nivel porcentual, mientras Sánchez celebra y justifica no pasar del 2’1% ya anunciado días atrás por ser «incompatible aportar más con el estado del bienestar». 

La declaración reza, por contra, un compromiso común del 3’5% en fines puramente militares más un 1’5% en asuntos como ciberseguridad, dentro de un paquete de aportación que se revisará en 2029. En concreto, se mirarán con lupa «la trayectoria y el equilibrio del gasto en virtud de este plan». 

Hasta entonces el acuerdo remarca otra necesidad, que se refleje una evolución al alza, año tras año, en la contribución de las aportaciones nacionales al fondo OTAN. Literalmente, esto: los aliados acuerdan presentar planes anuales que muestren una trayectoria creíble y progresiva para alcanzar este objetivo.

«Sin excepciones«, insiste el cuartel general, pero España no se mueve del 2’1%. Como dicen las partes, al menos están de acuerdo «en que no están de acuerdo». De momento, porque aquí entra de lleno Donald Trump…

O pagas o pagas: Trump estalla contra España

Demasiado bien iba su rueda de prensa. Sacando pecho de su obra, lamentando lo mal que ha tratado el mundo a EEUU, pero nada ciertamente llamativo. De golpe, la pregunta clave. ¿Qué pasa con España? Le ha faltado dar las gracias a los periodistas españoles que le han permitido »liberarse’.

«Terrible», «tremenda», «injusta». Los adjetivos contra la actitud del Gobierno Sánchez se sucedían en su speech. Calificativos aparte, ha amenazado con cosas serias. Básicamente, con «acordar» —curioso eufemismo— un «nuevo acuerdo comercial para que España pague el doble«.

Que lo que no paguen en asuntos militares lo «compensen» por la vía comercial, ha advertido. Y lo vigilará «personalmente», puesto que promete ser él en primera persona quien negocie con España. Con un (pen)último aviso más o menos sutil, porque si bien ha reconocido que «la economía les va muy bien» también ha dejado caer que «esa economía podría verse arrasada si algo malo ocurre».

De pantalla en pantalla: el enésimo giro de guion para Sánchez

Habló ‘papi’ y las alertas se han disparado. No sólo las informativas que nos hemos apresurado a lanzar unos cuantos medios. Números, acuerdos en vigor, peligros inminentes… Hay muchos, pero muchos, millones en juego si los negocios España-EEUU se complican. Eso sí, no es tan sencillo, como ha querido matizar Carlos Cuerpo.

El ministro de Economía ha recordado algo tan básico como que no puede haber una total negociación bilateral EEUU-España, porque hay que pasar sí o sí por la UE. Que de hecho ya llevamos meses de negociación por los aranceles ahora sí, ahora no de Trump a toda la Unión y no puede negociarse sin Bruselas en este asunto.

Más allá, a Sánchez se le abre la enésima alternativa a su ya habitual continuum de giros de guion. Acorralado por la presión de sus socios, de la oposición y tocado por los escándalos de presunta corrupción en el PSOE, la amenaza de Trump puede suponer, paradójicamente, un balón de oxígeno nacional, por tener que unificar la respuesta de su Gobierno contra EEUU. 

Pero esa ‘pantalla’ irá mucho más allá de estas 24 horas de vértigo que cuestan hasta resumir de una cumbre calentita donde La Haya…