La vuelta al colegio, tras los meses de descanso vacacional, representa un desafío significativo para muchas familias, no solo en términos de adaptación a las rutinas sino también en el ámbito económico. Se estima que los gastos en vestuario y material escolar pueden superar los 500 euros por hijo, abarcando desde zapatos y chándales hasta cuadernos y tabletas digitales. Si a esto se suman otras partidas como matrícula, cuotas escolares, actividades extraescolares o comedor, el desembolso medio puede exceder los 2.000 euros anuales por alumno.
El Observatorio Cetelem, en su último informe “Zoom Vuelta al Cole”, arroja luz sobre las intenciones de gasto de los españoles. Un 59% de los encuestados preveía gastar la misma cantidad que el año anterior, lo que representa un aumento de tres puntos porcentuales respecto a 2024. Curiosamente, la proporción de quienes planeaban gastar más ha descendido al 24% (cinco puntos menos que el año anterior), mientras que aquellos que buscan reducir el gasto han aumentado dos puntos, alcanzando el 17%.
En cuanto al desembolso promedio, el gasto previsto declarado para la vuelta al cole en 2025 asciende a 287 euros de media, lo que supone un incremento del 8% en comparación con los 265 euros de 2024. Segmentado por edades, las personas entre 40 y 44 años son las que esperan un mayor gasto, con una media de 363 euros, superando en un 27% la media general. Si bien se observa un descenso de dos puntos porcentuales en quienes gastarán menos de 100 euros, hay un ligero aumento en los tramos de gasto entre 100 y 300 euros, y en aquellos que superarán los 500 euros.
Los productos con mayor intención de compra para este regreso a las aulas siguen siendo el material escolar (44%), los libros (40%) y la ropa (38%), manteniendo la misma tendencia que en años anteriores. En particular, la compra de ropa y cuadernos ha visto un aumento de tres puntos porcentuales, mientras que la de material escolar y uniformes ha disminuido dos puntos. Respecto al impacto de la inflación, el 41% de los españoles considera que afectará a sus hábitos de compra para la vuelta al cole, una cifra menor que el 60% que lo afirmó en 2024. Para paliar estos efectos, las estrategias más mencionadas son la reutilización de materiales (45%), la compra de segunda mano (27%) y acogerse a planes de libros gratuitos como el Plan Accede (33%), aunque el uso de estos planes ha disminuido notablemente.
Ante este panorama, organizaciones como la OCU y FACUA ofrecen valiosos consejos para economizar. La OCU recomienda adelantar las compras para aprovechar ofertas en ropa y papelería, revisar lo que ya se tiene en casa para evitar duplicidades, y priorizar las tiendas físicas para probar productos. Un consejo clave es salir de compras sin los hijos, ya que su presencia puede llevar a la compra de artículos más caros de marca o con personajes favoritos. FACUA, por su parte, insiste en la importancia de comparar precios y no ceder a compras impulsivas o compulsivas, recordando la libertad de elección del establecimiento para adquirir cualquier material.
El consumo colaborativo se presenta como una alternativa de ahorro significativa, mediante el intercambio de ropa, libros y material escolar de segunda mano entre padres y asociaciones. Además, es crucial consultar los programas de libros gratuitos ofrecidos por las comunidades autónomas y explorar la posibilidad de tomar prestados libros en bibliotecas o a través de las asociaciones de padres y madres. La OCU también subraya que la vuelta al cole es un momento ideal para recuperar hábitos alimenticios saludables, sugiriendo reemplazar la bollería industrial por frutas, frutos secos y bocadillos caseros, lo cual beneficia tanto la salud como el bolsillo.
Más allá de lo económico, la vuelta al cole tiene una profunda dimensión psicoeducativa y familiar. Para los niños más pequeños, especialmente los de educación infantil y primeros cursos de primaria, este regreso suele ser bienvenido por el reencuentro con sus compañeros y amigos. Sin embargo, los alumnos mayores, a partir de los 10-11 años, pueden ver el inicio del curso con menos entusiasmo debido a las mayores obligaciones y responsabilidades, como el paso a la secundaria. La planificación, acompañada de algo de diversión, es esencial para manejar el estrés que puede surgir y hacer que este proceso sea llevadero para toda la familia.
Expertos en psicopedagogía enfatizan la importancia de regular los horarios gradualmente, ajustar la hora de ir a dormir días antes para evitar cambios bruscos. Es fundamental crear un horario familiar para que todos los miembros estén al tanto de las actividades diarias y evitar el caos. Los padres deben servir de ejemplo, transmitiendo una actitud positiva hacia el regreso a la rutina, similar a su propia vuelta al trabajo. Involucrar a los hijos en la elección del material escolar les hace sentir partícipes. Es crucial recordarles los aspectos positivos del colegio, como reencontrarse con amigos y retomar actividades extraescolares. Finalmente, compartir tiempo con ellos realizando tareas escolares de forma divertida, o simplemente leyendo juntos cada noche, no solo mejora su comprensión lectora, sino que fortalece el vínculo familiar y facilita la adaptación al nuevo curso. Las despedidas, especialmente con los más pequeños, deben ser cariñosas pero firmes, transmitiendo seguridad.