Etapa de media montaña tirando a baja. Etapa rápida, animada, entretenida, pero irrelevante, de las llamadas de transición, con triunfo al sprint del británico Jake Stewart, del equipo Israel Premier Tech. Su cuarta victoria profesional y su primera World Tour. Una sorpresa, pero una compensación. El velocista del equipo, Pascal Ackermann, había abandonado a causa de una caída. El líder, Remco Evenepoel, también se cayó con algunos otros ya en la zona de protección, y no parece que sufriera daño alguno.
La escapada del día, cinco hombres reducidos finalmente a tres (Labrosse, Thomas, Guernalec), fue sometida a falta de dos kilómetros para la llegada. Esforzado, pero inútil el trabajo del Lidl-Trek para Jonathan Milan, el hombre destinado a ganar al sprint. El italiano pasó con apuros, pero pasó, la cota de Quatre Vents, de tercera categoría, a 27 kms. de la meta en Mâcon. Quizás acusó el esfuerzo en el puertecito y terminó quinto en la «volata». Van der Poel disputó con ganas el sprint, pero fue noveno. Como Van Aert, ha perdido filo con los años. Sigue siendo un martillo, pero ya no un cuchillo.
El Dauphiné entra en las tres etapas decisivas en los Alpes. Escribíamos ayer que esta etapa de Mâcon, de media montaña, era el aperitivo del aperitivo. El aperitivo de una etapa de media tirando a alta, la del viernes. Y ésta, a su vez, el aperitivo de las altísimas del sábado y el domingo. Sobre todo la del sábado, con tres «cols» de categoría especial: la
Madeleine, la Croix de Fer y Valmeinier, una de las vertientes del Galibier, donde está situada la meta.
Ya huele a Tour.