Ha sido el enésimo preparativo para algo mayor, esta vez con el añadido de llegar en una suerte de ultimátum, el de Trump a Rusia para que ponga fin a la guerra de Ucrania. Algo que no está sobre la mesa del Kremlin. Así se lo ha espetado Vladimir Putin al enviado especial de EEUU, Steve Witkoff y parece que Washington no va a variar los planes adelantados por Donald Trump.
El encuentro, «útil y constructivo» en palabras del Gobierno ruso, es el quinto entre Putin y el ‘hombre para todo’ de Trump. En Moscú admiten no querer decir mucho más hasta que el presidente estadounidense recibiera la información de parte de Witkoff. Porque la cita en el Kremlin no sólo ha versado sobre Ucrania y la guerra sin fin; también ha habido espacio para analizar «las perspectivas para el posible desarrollo de la cooperación estratégica entre Estados Unidos y Rusia».
Horas más tarde era el propio Trump quien hacía balance de la parte ‘occidental’. Tras hablar con Witkoff, ha presumido de «grandes avances» en el encuentro con Putin, si bien no detalla medidas concretas. Sí ha querido detenerse en el posterior contacto mantenido con los «aliados europeos». «Todos coincidimos en que esta guerra debe llegar a su fin, y trabajaremos para lograrlo en los próximos días y semanas«, ha añadido en su Truth Social.
Uno de esos contactos telefónicos ha sido con Volodimir Zelenski, quien tras la conversación con Trump cree que Rusia está «más inclinada» a un alto el fuego de lo que ha estado todo este tiempo atrás. Y apunta que el cambio podría deberse a que «la presión sobre ella está surtiendo efecto».
Algo menos optimista es un alto funcionario de la Administración Trump. En un testimonio bajo condición de anonimato recogido por EFE, este trabajador de la Casa Blanca ha ido bien pero el plan de aranceles y contramedidas se mantiene. «Se espera que las sanciones secundarias se implementen el viernes«, ha apuntado.
Porque ese es el día marcado en rojo en la relación Washington-Moscú, bajo la espada de Damocles puesta por Trump en forma de aranceles indirectos, tanto a Rusia como a sus socios comerciales si no hay pasos en firme por la paz. El ultimátum al régimen de Putin pasó de tener 50 días —nos iríamos al 2 de septiembre— a un recorte con fecha límite este viernes 8 de agosto. Una amenaza de la que Rusia reconoció públicamente «tomar nota»; sin dar más peso a la retórica belicista de Trump.
Sí se lo dio el expresidente ruso y hoy figura relevante del aparato Dimitri Medvedev, que apuntó que «cada nuevo ultimátum» era «una amenaza y un paso hacia la guerra». Su mensaje provocó una reacción inmediata de Donald Trump, con la orden para desplegar dos submarinos nucleares cerca de territorio ruso… sin relevar más detalles.
De momento, Donald Trump ha anunciado, mientras Witkoff y Putin despedían su encuentro, que doblaba los aranceles a India por comprar petróleo ruso, hasta llegar al 50%.