«La fecha límite será el 1 de agosto»… salvo en algunos casos, le faltó decir. Donald Trump ha vuelto a desdecirse de sus amenazas arancelarias y ha anunciado, a horas de la entrada en vigor de sus gravámenes mundiales, una nueva pausa. La misma afecta, por ahora, a México, país al que da otros 90 días para negociar mejores condiciones, como ha confirmado el presidente de EEUU.
El anuncio ha llegado, claro está, vía Truth Social, donde se ha excusado en que «las complejidades de un acuerdo con México son algo diferentes a las de otros países». Esto es, ha querido aclarar, principalmente por la cuestión fronteriza.
En busca de un mejor acuerdo bipartito, Trump y Claudia Sheinbaum han cerrado mantener por espacio de tres meses «el mismo acuerdo que tuvimos durante el corto periodo anterior». Esto es, un 25% a las exportaciones de México al fentanilo, un arancel del 25% a los automóviles y un arancel del 50% al acero, el aluminio y el cobre.
La pausa de los aranceles previstos para el 1 de agosto supone que el resto de importaciones procedentes de México seguirán sin carga impositiva por el tratado de libre comercio T-MEC, al menos durante los tres próximos meses.
En adición, México ha acordado eliminar «de inmediato sus numerosas barreras comerciales no arancelarias», ha celebrado Trump, como parte de un diálogo con Sheinbaum por el que garantizan mantener la cooperación en la frontera «en todos los aspectos de la seguridad».
Dicha colaboración incluye «el control de drogas, su distribución y la inmigración ilegal a EEUU», dos de lcs principales campos de batalla de la Administración Trump desde su retorno a la Casa Blanca.
La alegría no se esconde en el D.F. La presidenta mexicana asegura que tras su «muy buena llamada» con su ‘vecino del norte’, ahora confía en aprovechar el plazo extra «para construir un acuerdo de largo plazo a partir del diálogo».
