“Queríamos ser la última familia que pasara por todo esto y, desgraciadamente, no ha sido así”, se lamenta Miguel Ángel González, de 24 años, hijo de José Antonio González Paredes, fallecido en 2022 por un golpe de calor mientras trabajaba barriendo las calles de la capital. Este miércoles se cumplen tres años del accidente y su familia, junto a la Asociación de Víctimas de Accidentes Laborales de Andalucía (Avaela), han alzado la voz para pedir “una reacción urgente” para frenar estas muertes de trabajadores y trabajadoras, muchas veces evitables. “No son casos aislados, es un problema estructural”, sostiene el joven, que ha grabado un vídeo junto a su madre para alertar de estos accidentes.
Solo en el inicio de este verano, varios trabajadores y trabajadoras han fallecido mientras trabajaban o después de sus jornadas laborales por golpes de calor y otros motivos al estar expuestos a altas temperaturas. Cada noticia, cada trabajador que no vuelve a su casa, es un golpe para la familia de José Antonio, a la que le costó mucho encajar que salió un día por la puerta, como cada jornada, pero que no regresaría nunca a su hogar en el barrio de Usera. El drama cientos de familia cada año, cuyos familiares fallecen en accidentes de trabajo. En 2024, las víctimas aumentaros hasta las 796 personas, aún con datos provisionales que suelen incrementarse.
“Cada vez que ocurre un suceso donde fallece un trabajador por el calor, no solo recordamos lo ocurrido con mi padre, si no que se agrava”, responde Miguel Ángel González a este medio, ya que siente que aunque han hecho esfuerzos por visibilizar estos accidentes y ha habido alguna mejora legal tras la muerte de su padre, “quedan carencias por solucionar”.
“No podemos parar de pensar en el sufrimiento de esas personas, por comprenderlo y por pensar que son casos evitables”, añade el joven. Miguel Ángel tenía 21 años cuando murió su padre y su hermana, 19. José Antonio murió a los 60 años.
“Debe hacerse más”
En el tercer aniversario de la muerte de José Antonio, su mujer, Mª Ángeles recuerda que cuando sufrió el accidente estaba trabajando solo, a 39 grados. “A las 17h de la tarde cayó desplomado, no sabemos cuánto tiempo estuvo ahí”, indica la viuda, puesto que iba solo y en esos momentos no pasaba mucha gente por la calle por las altas temperaturas. Cuando los servicios sanitarios llegaron y le atendieron, “descubrieron que tenía 41 grados en su cuerpo”.
Su hijo sostiene que su muerte fue “totalmente evitable” y alerta de la importancia de que los trabajadores no estén solos en estas circunstancias, sin un compañero o compañera que pueda asistirle o pedir ayuda en caso de encontrarse mal: “Una reaccion rápida, puede determinar el salvar la vida según nos dijeron”. Miguel Ángel González recuerda además que su padre llevaba un traje “que no combatía el calor”, algo que “a día de hoy sigue sucediendo en muchos lugares”, no solo en la limpieza viaria.
La familia de José Antonio y la asociación Avaela destacan que centenares de trabajadores les expresan “las dificultades que actualmente siguen padeciendo para paliar las altas temperaturas en muchos trabajos”, como disponer de “material poco efectivo para combatir el calor, incumplimiento de la flexibilización de horarios según las previsiones meteorológicas, falta de protocolos que vayan más allá de simples recomendaciones, falta de vigilancia del estado de salud de los trabajadores en las horas centrales del día, lenta reacción (si existe) para tratar los primeros síntomas de un golpe de calor cuando los trabajadores lo manifiestan a sus responsables, dificultad de una reacción ágil en los puestos de trabajo donde la persona va en solitario”.
“No nos podemos conformar”, indican y destacan que “debe hacerse más”, tanto a nivel normativo como en el control y concienciación dentro de las empresas para que se cumpla la normativa de prevención de riesgos laborales. El Defensor del Pueblo acaba de iniciar una actuación de oficio por este tema, ante varias muertes de trabajadores solo en el inicio del verano.
“Es evidente que queda mucho por hacer. Tenemos que poner más recursos para que esto cambie”, exige Miguel Ángel, no solo en los accidentes por altas temperturas sino también en otros. “Las cifras son escandalosas: dos personas mueren diariamente en accidente laboral. Necesitamos una reacción urgente”, insisten en Avaela.