Sánchez asumirá en persona las conversaciones con los socios y comparecerá este lunes tras la Ejecutiva

El PSOE bulle como hacía años que no lo hacía. Bajo el radar de la oficialidad, sanchistas y antisanchistas especulan con todo tipo de escenarios. Lo que haga falta para salir de la UVI en la que el ya ex secretario de Organización, Santos Cerdán, ha dejado a la organización, tras el demoledor informe de la UCO. Que el tratamiento ha de ser de choque y disruptivo es algo en lo que coinciden todas las voces y también en que “no es el momento de entregar el poder a la derecha y la ultraderecha” con unas elecciones anticipadas, sino de “preservar lo sustantivo de este Gobierno”, es decir las políticas sociales y económicas, además del posicionamiento de España en el mundo.

El presidente del Gobierno ha estudiado con su equipo más cercano todas las opciones durante el fin de semana y pedido opinión a más de una docena de socialistas hasta perfilar la hoja de ruta a seguir en las próximas semanas. Nada hace pensar que esté dispuesto a tirar la toalla, sino todo lo contrario. Hoy mismo comparecerá ante la opinión pública por segunda vez en cuatro días, tras la reunión de la dirección socialista para desbrozar los pasos que seguirá en el horizonte inmediato. Lo que no está claro es que este lunes comunique ya quién será el sustituto de Santos Cerdán porque son varios los nombres que ha sopesado y puesto en común con su círculo de confianza.

“El elegido no sólo tiene que estar libre de toda sospecha, sino además no haber tenido la más mínima vinculación con los dos secretarios de Organización anteriores, ser de su absoluta confianza y tener autoridad en los territorios”, asegura una de las personas con quien Sánchez ha intercambiado posibles alternativas durante el domingo. “El futuro tiene que pasar por una mujer”, añade otro socialista que se declara “más indignado con la compra de mujeres por parte de los personajes Koldo/Ábalos que con las mordidas a cambio de la adjudicación de obra pública” que supuestamente cobraba la trama vinculada a los dos ex secretarios de Organización del PSOE.

Lo que sí ha dejado claro este domingo a todos sus interlocutores es que está decidido a seguir adelante y “a echarse el partido a la espalda si es necesario”. También, que asumirá en primera persona la ronda de conversaciones con los socios de investidura que está previsto que arranque esta misma semana y no se descarta tampoco que comparezca a petición propia en el Congreso de los Diputados. El ministro de la Presidencia, Félix Bolaños, ya contactó con todos los portavoces el pasado viernes y no encontró en ninguno de ellos voluntad de retirar la confianza al Gobierno, pero sí de demandar más explicaciones. Fue el propio Bolaños quien les confirmó que Sánchez hablará con todos ellos personalmente en el formato que ellos mismos consideren oportuno.

El presidente del Gobierno tiene previsto mantener intacta la agenda de gobierno y “no esconderse”, aseguran desde Moncloa, si bien en esta ocasión no sólo se enfrenta a la ofensiva de las derechas para que renuncie al cargo, sino también a diferentes voces del socialismo. Y esta vez no sólo entre los críticos habituales. Voces no precisamente ajenas al sanchismo consideran que la crisis que atraviesa el partido no se resuelve ni con unas elecciones generales, que condenarían al PSOE al ostracismo en este momento, ni con un congreso extraordinario. Tampoco con cambios cosméticos en la dirección socialista. Quienes así piensan aseguran que “cualquier parche en la interna será inútil. La sociedad espera algo en torno a Sánchez, cuya credibilidad está bajo mínimos. Y la mejor opción es que él se aparte y designe un candidato que afronte una nueva investidura”. Una opción posible pero, en todo caso, improbable, ya que en el círculo más estrecho del presidente la han descartado por completo en las últimas horas aunque estuviera sobre la mesa al igual que otras tantas. Pero que haya gente entre sus no enemigos planteándolo es ya una novedad y da idea del alcance de la crisis.

En el equipo más cercano al presidente, donde se da por hecho también que comparecerá en el Congreso en julio para dar explicaciones sobre el escándalo Cerdán, se intentan despegar de los presagios que apuntan a que las cosas solo pueden ir a peor con el paso de los meses por todo lo que queda por destaparse de la investigación que afecta a dos hombres del núcleo duro de Sánchez durante los últimos once años. Conscientes de que el Gobierno se asienta ahora sobre un polvorín político que escapa a su control, la apuesta es, en cambio, mantener la cabeza fría con la esperanza de que el tiempo sí pueda ayudar a construir un nuevo futuro para la legislatura.

“Los relatos y las explicaciones no se construyen de la noche a la mañana. Es normal que ahora todo el mundo se tiente la ropa, pero la percepción que hay en el presidente y en su equipo más cercano no es ni mucho menos de derrotismo”, traslada una persona de ese equipo que admite, no obstante, que la situación es “muy, muy grave”.

El plan trazado por ahora para continuar adelante tiene ya algunos elementos fijados. El primero, defender que el PSOE no reacciona igual ante la corrupción que la derecha y que, a diferencia del PP, “quien la hace, la paga, sea quien sea”. El segundo, insistir en la teoría del “complot” para “acabar con el Gobierno” desde esferas de poder vinculadas con la oposición, en referencia a algunos jueces, medios de comunicación e incluso cuerpos de seguridad que han inflado otras acusaciones contra el Ejecutivo, que a diferencia de este caso carecen de base. Y el tercero, la convicción de que el grueso de votantes progresistas y de partidos con representación en en el Congreso rechaza la idea unas elecciones que puedan abrirle las puertas de la Moncloa al PP y a Vox.

“¿Alguien cree que el PNV o Junts o ERC prefieren un Gobierno de Feijóo con Ayuso detrás y Abascal al lado? ¿Alguien cree que los votantes progresistas quieren que Pedro Sánchez dimita? Sinceramente, creemos que no. Entre otras cosas, porque este no es un Gobierno corrupto, como dice el PP. Se han escuchado horas y horas de grabaciones y se han leído miles y miles de mensajes y no hay una sola mención a que el presidente esté involucrado en nada. Es verdad que ahora han encontrado un caso de corrupción que es terrible, por el que pedimos perdón y que nos supone una tremenda dificultad. ¿Pero eso implica que nos rindamos y les regalemos el Gobierno? Lo sentimos mucho, pero no”, explica un alto cargo de Moncloa.

Sumar: “La confianza está rota”

Los dirigentes de los partidos que componen Sumar no ocultan su enfado pero también su preocupación por todo lo trascendido en las últimas horas. Tanto es así que una persona de importante ascendencia en el espacio reconoce que el Gobierno queda muy tocado tras el informe de la UCO que sitúa a Santos Cerdán como personal principal de una presunta trama que amañaba obras públicas a cambio de mordidas.

El espacio referenciado en Yolanda Díaz mantuvo una serie de reuniones en cuanto empezaron a saltar las noticias que daban detalles del documento de la Guardia Civil. La crisis pilló a la vicepresidenta segunda en una reunión de la OIT en Ginebra. Y al líder de IU, Antonio Maíllo, en una conferencia en Bruselas. La ministra de Trabajo viajó a Madrid y allí se reunió de forma presencial con los ministros del espacio Ernest Urtasun y Pablo Bustinduy, y con el resto de dirigentes de forma telemática.

El diagnóstico compartido es que la situación es muy preocupante y que no se puede resolver con las explicaciones que dio Sánchez en Ferraz horas después de la dimisión de Santos Cerdán. “No basta con pedir perdón”, resumía en una rueda de prensa en el Ministerio de Trabajo la misma Yolanda Díaz. La vicepresidenta ha contado a su entorno que no va a aceptar que se manche de corrupción su proyecto político y ni siquiera descarta que Sumar abandone la coalición si las noticias en los tribunales siguen empeorando.

Todos los ministros del socio minoritario del Gobierno se han expresado en una línea similar. Sira Rego, la titular de Juventud e Infancia, consideró tras la renuncia de Cerdán que aquel era el paso “mínimo” que debía tomar el PSOE, mientras que Urtasun fue muy duro con la situación interna del Gobierno. “La confianza está rota”, dijo sobre las relaciones entre Sumar y los socialistas. Bustinduy y la ministra de Sanidad, Mónica García, optaron por defender la coalición. “Aquí somos mayoría los que estamos en las instituciones de manera honrada, trabajando para la ciudadanía”, dijo la líder de Más Madrid. “Mientras nos hacen sentir vergüenza, llamamos al boicot a Israel, luchamos contra los pisos turísticos y defendemos una prestación universal por crianza. Hay formas y formas de estar en el Gobierno. La cabeza bien alta y ninguna compasión con quien traiciona la voluntad popular”, expresó, por su parte, el titular de Derechos Sociales.

Un dirigente de Sumar apunta en privado a que la salida solo puede pasar por ir a la ofensiva en el plano político y sistematizar un método de diálogo con el PSOE para establecer prioridades dentro del Gobierno, de transparencia pero también de medidas sociales. “La legislatura que todos deseamos que llegue al 2027 no puede seguir en un tran-tran sin agenda social y sin abordar estas cuestiones. Recomponer la confianza con la ciudadanía y, en segundo lugar, con el socio de coalición”, resumió Urtasun públicamente.

Para otro importante dirigente de Sumar, los temas de la agenda social están claros: reducción de jornada, ya en marcha, y activar los permisos por crianza que el PSOE lleva frenando desde el inicio de la legislatura y una agenda real para frenar la crisis de la vivienda. “Vamos a continuar hasta 2027, pero con un giro social y con estas condiciones. Esperamos que este sea el camino porque la decepción hoy en la ciudadanía es enorme”, dijo Yolanda Díaz. Un cambio de paradigma que defienden que no tiene que ser solo legislativo, sino de relaciones dentro del Gobierno para pasar de un esquema de subordinación a un intercambio de igual a igual.

Los socios arrojan dudas sobre el futuro de la legislatura

El resto de socios de investidura tienen más dudas de que la legislatura vaya a llegar a 2027. La mayor parte de los partidos que sustentaron la investidura están decididos a seguir respaldando la acción del Gobierno. O al menos, no dejarlo caer con el apoyo a una eventual moción de censura del líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo. La exigencia de toda la bancada de los socios es que Sánchez debe dar muchas más explicaciones. Y el temor, que nuevas informaciones lleguen a mostrar que el presidente conocía algo de lo que ha salido publicado en las últimas horas y, aún así, lo ocultase.

Eso es precisamente lo que trasladó la secretaria general de ERC, Elisenda Alamany, en una entrevista en Televisión Española. El Gobierno, dijo, no podrá contar con su apoyo en el Congreso si se demuestra “el amparo” por parte de Sánchez a la supuesta corrupción que aparece en el informe de la UCO. Las explicaciones dadas por Pedro Sánchez este jueves son “insuficientes” y “se necesitan muchas más”, añadió Alamany, que acusó al presidente de escudarse en el “victimismo” en las últimas semanas. “Ahora tendrá que dar más la cara que estos últimos meses”, dijo. ERC y el BNG, de hecho, ya han registrado formalmente una petición de comparecencia de Sánchez ante el Pleno del Congreso de los Diputados para que dé explicaciones sobre “las informaciones publicadas sobre presuntos casos de corrupción que afectan al Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible”.

Por su parte, el PNV es un socio clave para el Gobierno, una pieza fundamental para Sánchez que en 2018 fue determinante para que llegara a la Moncloa a través de una moción de censura al Gobierno de Mariano Rajoy tras la sentencia del caso Gürtel. Así que las declaraciones de Aitor Esteban fueron recibidas en la Moncloa como un balón de oxígeno tras despejar cualquier duda sobre el apoyo ahora a una moción de censura del PP. “La que le apoyamos al PSOE fue tras una sentencia”, zanjó. Sin embargo, el lehendakari Imanol Pradales sí introdujo algún matiz a ese apoyo al asegurar que la legislatura entra en otra fase. “Lo sucedido mete a la legislatura española en otra fase. ¿A dónde va esa fase?, no lo sé. Pero creo que lo sucedido ayer ha modificado la pantalla”, dijo.

Mucho más duro se muestra Podemos, que cree que las informaciones de estos días lo alejan mucho más del Gobierno. Aunque igualmente se desentienden de una moción de censura. “Podemos rechaza elegir entre lo malo y lo peor y cree que una cuestión de confianza o una moción de censura no resuelven nada ni cambian el rumbo del país: es más necesario que nunca fortalecer una izquierda que construya una alternativa de paz, derechos y feminismo”, defienden los de Belarra y Montero.

El principal impacto político en la hoja de ruta del Gobierno que deja el estallido del escándalo Cerdán es que se acortan aún más los plazos de los objetivos estratégicos. El único ahora mismo, de hecho, es sobrevivir una semana más, no se sabe muy bien cómo. Para ganar algo de tiempo. Un plan que podría parecer poco ambicioso si no fuera por la evolución de los acontecimientos: del caso aislado de Koldo al fuego controlado de Ábalos, para acabar con el edificio en llamas por Cerdán.