Rusia ha anunciado este lunes que levanta la moratoria al despliegue de misiles de corto y medio alcance que se impuso en 2019 tras abandonar el tratado internacional sobre Fuerzas Nucleares de Rango Intermedio (INF) de eliminación de esa clase de armamento firmado en 1987 por la Unión Soviética y Estados Unidos.
«El Ministerio de Exteriores constata la desaparición de las condiciones para mantener esa moratoria unilateral sobre el despliegue de ese armamento y está autorizado a declarar que la Federación Rusia no se considera más ligada a las limitaciones que se impuso en el pasado», señala el comunicado oficial colgado en la web de Exteriores.
Moscú subraya que, tras mantener esa limitación hasta que no se desplegara armamento análogo de fabricación estadounidense en otros lugares del mundo, propuso a la OTAN y sus socios en la región de Asia-Pacífico que declararon una moratoria análoga a la rusa con el fin de impedir una carrera armamentista en el mundo.
«En cambio, debemos constatar que la iniciativa rusa no ha encontrado reciprocidad. EEUU y sus aliados no sólo anunciaron abiertamente sus planes de emplazamiento de misiles de corto y medio alcance en diferentes regiones, sino que avanzaron significativamente en la implementación práctica de sus intenciones», señala.
Denuncia que Washington ha procedido en los últimos años a realizar ensayos; iniciar la producción en serie de ese tipo de armamento y a preparar la infraestructura para su futuro emplazamiento.
El comunicado subraya que desde 2023 Estados Unidos ha desplegado un número sin precedentes de sistemas en Europa capaces de portar misiles de corto y medio alcance para poner a punto dicho armamento durante ejercicios militares que tienen «un claro cariz antirruso».
En concreto, destaca el despliegue durante maniobras en Dinamarca de sistemas Mk70, lanzaderas de misiles fabricadas por la corporación Lockheed Martin; mientras a Australia y Filipinas fueron enviados sistemas de misiles de medio alcance Typhon.
Otros factores tras la decisión rusa son los planes de algunos aliados de la Casa Blanca de adquirir misiles estadounidenses de emplazamiento terrestre o desarrollar su propio armamento con un alcance de 500 a 5.500 kilómetros.
Todos esos pasos por parte de Occidente, señala la nota oficial, conducen a la formación cerca de las fronteras de Rusia de un potencial de misiles desestabilizador que «crea una amenaza directa -de orden estratégico- para la seguridad de nuestro país».
La renuncia a la moratoria es una medida de respuesta cuyo fin es «contrarrestar las amenazas que han surgido de nuevo» y mantener «el equilibrio estratégico». Esto ocurre tres días después de que el presidente de EEUU, Donald Trump, anunciara el despliegue de dos submarinos nucleares en respuesta a una supuesta amenaza rusa.
En diciembre de 2024 el presidente ruso, Vladímir Putin, ya había adelantado que, debido a las crecientes actividades de EEUU en ese ámbito, Rusia podría verse obligada a levantar la correspondiente moratoria.
Rusia anunció la moratoria en septiembre de 2019, un mes después de abandonar junto a Washington -EEUU lo hizo un día antes- el tratado de eliminación de misiles de corto y medio alcance (INF), firmado en 1987 por EEUU y la Unión Soviética.