Quevedo se da una fiesta en Madrid con Aitana y Lola Índigo en el primer concierto de su gira

Quevedo en el Movistar Arena de Madrid. Durante tres noches consecutivas actúa para 40.000 personas. ¿Es un concierto? Parece un concierto, se anuncia como un concierto y funciona con la lógica de un concierto: la estrella cantando sus mejores canciones con la música sacudiendo los pilares de hormigón. Pero no es exactamente eso. ¿Es un espectáculo? Bueno, es como un espectáculo, con una gran producción de luces parpadeantes mientras por el gran escenario central de forma rectangular y aspecto de alfombra roja le acompaña un cámara que retransmite en el pantallón (horizontal, ojo). Por supuesto, hay súper invitados especiales, bailarines, pirotecnia y otras sorpresas. Pero tampoco ha sido exactamente un espectáculo. Lo que ha ofrecido Quevedo en la primera velada de su gira Buenas Noches ha sido una fiesta, una enorme, ruidosa y divertida fiesta, el mejor fiestón posible para celebrar sus canciones mil veces coreadas en las discotecas, en las ferias de pueblo, en los coches, en los auriculares, en las camas, en las graduaciones de Bachillerato, en los bares…

El apogeo de La Fiesta, tras media hora calentando las endorfinas de su jovencísimo público (la grada de pie desde el primer minuto), se ha desatado cuando ha encadenado varios pepinazos de pista de baile entre un delirio de gritos y móviles encendidos. Primero ‘Ahora y siempre’, estupenda, con flow poderoso, y al poco ‘El tonto’ con Lola Índigo agarrada al cuello de Quevedo y la gente sufriendo entre grabar y pegar saltos. Han preferido grabar tanto que el canario ha pedido en ‘Sin señal’ «que todo el mundo salte y la cante», que es lo han hecho con ella y después con ‘Playa del inglés’ y luego con ‘Wanda’ y entonces con ‘Vista al mar’ y después con ‘Punto G’, tan coreada: esta tremenda sucesión de megaéxitos ha acabado con una celebrada versión de ‘La flaca’ de Jarabe de Palo con Jordi Mena, el guitarrista que fue escudero de Pau Donés.

El final del concierto, perdón, de la fiesta, ha sido el otro momento wow, cuando ha salido Aitana a cantar ‘Gran Vía’, con las dos voces tapadas por el estallido de gritos del público, que después ha cantado cada verso de ‘Columbia’, que es la mejor canción que ha hecho nunca Quevedo, con esa melodía memorable y la letra cursilona, tan ligera. El gran final ha llegado, claro, con la sesión 52 de Bizarrap, mundialmente conocida como ‘Quédate’, himno generacional que ha alcanzado una intensidad de 9,4 en la escala de Richter con un arreglo de eurodance muy apropiado. Coreada como si las 15.000 personas solo hubieran venido a cantarla, probablemente ha sonado para muchos esta noche a recuerdos y a nostalgia, así de rápido va todo.

En la entrevista que publicamos el domingo en EL MUNDO, el rapero y reguetonero canario avanzaba que este show supone «un gran paso en su carrera»: «Es mucho más que yo cantando las canciones, como había sido hasta ahora. Sé que va a dar que hablar», avanzaba sobrado de confianza. Bien, la fiesta es perfecta para su público, pero tampoco es realmente nada que no se haya visto antes.

Esta gira sirve de presentación del segundo álbum del popular cantante, quien a sus 23 años es uno de los artistas españoles más exitosos del último lustro con más de 10.000 millones de escuchas en Spotify. Su disco ‘Buenas noches’ ha supuesto en general un chasco tanto para los fans que le siguen desde sus inicios, cuando empezó a publicar rap en 2020, como para la legión de jóvenes que le convirtieron en icono generacional tras el impacto histórico en 2022 de la sesión con Bizarrap, que hoy ya supera las 1.850 millones de escuchas en la plataforma verde, y su consolidación como rompepistas del pop latino.

Entre sus 18 nuevas canciones escasean los hits gigantes que provocan movimientos tectónicos en las pistas de baile juveniles, el espacio en el que Quevedo ha sido emperador durante tres años consecutivos. Y no solo en España: su impacto ha sido enorme en grandes mercados latinos como México, Argentina y Colombia, donde tres meses después de la salida del álbum, mmm, ninguna de sus canciones está en el top 50 de las más escuchadas de Spotify (en España solo aguantan tres, y ‘Gran Vía es la única en el top 30).

¿Supone eso que escasean las nuevas canciones en su directo actual? Al contrario: ha cantado prácticamente entero su segundo disco, los temas concentrados al principio y al final del show: un torrente de reguetón moderno, híbrido con el pop electrónico y el dance cantado. En concierto han sonado en general más convincentes y sólidos (suele ocurrir), por ejemplo ‘Duro’, la eufórica ‘Mr. Moondial’ y sobre todo el que ha cantado con La Pantera, ‘Halo’: muy rapero y bien crujiente.

‘Buenas noches’ es una celebración de todo lo que llevó a Quevedo a tomarse un descanso hace un año, cuando anunció una retirada temporal por una crisis de agotamiento. En la entrevista con este diario, insistía en que en 2022 y 2023 no pudo disfrutar del éxito, cuando iba con el «piloto automático», y expresaba su deseo de «poder volver para atrás». Ahora en sus nuevas canciones canta sobre fama, lujo, ligoteo con aspiraciones de consumación sexual en plan pichabrava, privilegios, noches y desenfreno, es decir, la gasolina perfecta para prender la hoguera de una buena fiesta. Recordatorio: la fiesta es el objetivo primordial del nuevo Quevedo, que es el Quevedo de siempre.

Con el concierto de esta noche en el Movistar Arena de Madrid, el rapero y reguetonero canario inicia su gira, que después salta a Latinoamérica. Quevedo estará entre abril, mayo y junio en 12 países donde ofrecerá 15 conciertos, perdón, fiestas, en pabellones deportivos. En España ha anunciado ya fechas en Las Palmas de Gran Canaria (24 de mayo), Bilbao (4 de septiembre), Barcelona (8 y 9 de septiembre), Málaga (13 y 14 de septiembre), A Coruña (26 de septiembre) y Valencia (2 de octubre).