La Unión Europea crece. Al menos, esa es la intención de Ursula von der Leyen, que ha presentado este miércoles un borrador de presupuestos para el periodo 2028-2034, unas cuentas que se elevan notablemente hasta los 2 billones de euros. Un «necesario» refuerzo para asegurar la «independencia» y la «fuerza» de la UE en palabras de Von der Leyen… que sin embargo, esconde notorias reducciones, como la que sufre la Política Agraria Común (PAC), un elemento relevante para el campo.
Por delante, el aviso de Von der Leyen. Esto no son los presupuestos, sino una propuesta de lo que se denomina Marco Financiero Plurianual, que engloba siete años, y que ahora se abre a duras y largas negociaciones a tres entre la Comisión, el Consejo y el Parlamento Europeo. Posiblemente «un año y medio o dos» antes de que las nuevas cuenta vean, oficialmente, la luz… y de momento Estrasburgo ya ve problemas, alegando que subir el techo de gasto del 1,26% «obligará a recortar programas emblemáticos mientras se avecina el pago de la deuda».
Consciente de ello, la presidenta de la Comisión adelanta que no plantea «líneas rojas» en sus cuentas y se abre a negociar.
El campo de momento ya marca las suyas propias. Porque en el aumento de 1’2 billones (entre 2021 y 2027) a 2 billones en el nuevo plan de presupuestos de la UE hay espacio para muchas subidas, especialmente en lo relativo a Defensa. No así el sector primario. La PAC se ve reducida de forma notable, pasando de 386.602’9 millones de euros a prácticamente 300.000.
Esas mismas cuentas que hoy desvelaba Bruselas con cierto secretismo ya habían llegado a oídos del campo, que ha redoblado su presión en las últimas fechas ante los rumores de fuerte bajada de su financiación comunitaria. Las protestas de agricultores y ganaderos, entre ellos algunos españoles, han vuelto a alcanzar las puertas de la Comisión Europea en la ‘capital’ de Europa. La imagen, tan habitual tiempo atrás, amenaza con convertirse de nuevo en recurrente.
Pese al grueso recorte en la partida agropecuaria, Von der Leyen asegura que es una buena decisión para el campo, alegando una distribución más eficiente de los fondos comunitarios.
«Lo que hemos salvaguardado son los pagos de las directivas a los agricultores. Se trata del 80% o el equivalente a 300.000 millones de euros. Es una parte que está claramente salvaguardada y asegurada. Con los planes de asociación nacionales y regionales, hay potencialmente mucha más financiación accesible«, ha explicado la alemana en su rueda de prensa de este miércoles, dejando la pelota en el tejado de los estados miembro.
En otras palabras, lo que quiere la UE es que esta financiación sea «mucho más específica, esté mucho más centrada y que llegue más rápido y sea mucho más transparente» ante las repetidas quejas en todo el territorio por la complicación del proceso burocrático para solicitar y recibir dichas ayudas. «La agricultura se beneficiará de ello«, ha incidido, pese a la rebaja tan severa de esta partida, en contraste con lo ocurrido con Seguridad y Defensa.