Pocos minutos después de las seis de la tarde de este jueves, la fumata blanca anunciaba a las miles de personas que se localizaban en la plaza de San Pedro el fin del cónclave. La iglesia Católica da la bienvenida a un nuevo papa, León XIV. Pero, ¿por qué ha escogido este nombre?
Tal y como el cuidadoso protocolo vaticano dicta, tras cuatro rondas de votación, los 133 cardenales encerrados en la Capilla Sixtina han alcanzado un consenso. Robert Francis Prevost ha aceptado el cargo y ha comunicado el nombre con el que desea ser conocido. Posteriormente, se ha retirado a la llamada Sala de las Lágrimas para vestirse con sotana blanca y orar en silencio antes de su aparición pública.
El nuevo Pontífice, León XIV, de 69 años, asume el liderazgo de la Iglesia Católica con un apodo que remite una larga tradición papal. De acuerdo al diario El Confidencial, su elección sugiere una continuidad con el legado de Francisco y evoca una tradición de 13 papas que marcaron épocas distintas.
En este sentido, León fue un apodo elegido en «épocas de crisis, reformas o necesidad de liderazgo fuerte». «Algunos fueron venerados como santos; otros, apenas lograron consolidarse en el trono de Pedro», reza la publicación. De este modo, componen una galería de figuras clave para entender la evolución del papado, con figuras muy diversas hasta Robert Francis Prevost. El primero en portar el nombre ascendió al liderazgo católico en siglo V, año 440.
Cabe destacar que el último en elegir este nombre, León XVIII, marcó el final de una era y abrió puertas a una Iglesia más consciente de los desafíos sociales del mundo moderno. Desde entonces, ningún pontífice ha vuelto a elegir este título cargado de simbolismo u con la herencia de más de mil años de historia.
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