El juez que investiga la guerra sucia a Podemos, Santiago Pedraz, ha citado a declarar como testigo al comisario Marcelino Martín-Blas, jefe de la Unidad de Asuntos Internos durante los primeros años del Gobierno de Mariano Rajoy. Martín-Blas aseguró en el Congreso de los Diputados el pasado 12 de noviembre que le habían llegado “denuncias y documentos de que hubo alguna intromisión de la Policía en cuanto a la actividad de Podemos”.
La citación de Martín-Blas responde a la petición que había cursado la acusación popular ejercida por el PSOE en la causa. El comisario, ya jubilado, dijo en el Congreso haber aportado a la mesa de la comisión de investigación de la Operación Cataluña la denuncia realizada por un antiguo jerarca venezolano, Nervis Villalobos, en la que aludía a la intervención de un miembro de la brigada política, Bonifacio Díaz Sevillano, y de los abogados José Aliste y José Luis Moreno Cela.
“Se interesa su citación a fin de que declare sobre estos extremos y sobre cualquier otra información que pudiera resultar relevante para los hechos investigados [las maniobras contra Podemos] de la que pudo conocer en relación con su cargo o por los vínculos que sostuvo con gran parte de los investigados en esta causa”, argumentó el PSOE.
La figura de Marcelino Martín-Blas presenta una especial complejidad. Perteneciente al sector más conservador de la Policía, la llegada del Partido Popular al poder en 2012 le valió para convertirse en jefe de la Unidad de Asuntos Internos.
Su elección para el puesto se entendió mejor después de que elDiario.es desvelara que un grupo secreto de agentes rastreaba información comprometida de líderes independentistas catalanes y que utilizaba como grupo sobre el terreno a Asuntos Internos, una unidad que trabajaba en la opacidad necesaria para realizar la que debería ser su única tarea: investigar a policías sospechosos de haber cometidos delitos.
Martín-Blas fue comisario de Asuntos Internos hasta abril de 2015, cuando el Ministerio del Interior cedió a las presiones de José Manuel Villarejo y le cesó. Ambos comisarios estaban enfrentados pese a que compartían el proyecto del Gobierno del PP contra sus adversarios políticos.
José Manuel Villarejo acusaba a Martín-Blas de haberle atacado a él y a su entorno por orden del Centro Nacional de Inteligencia y comenzó entonces una guerra sin cuartel que acabó cuando el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, atisbó el peligro de enfurecer a Villarejo y destituyó al jefe de Asuntos Internos.
Martín-Blas será juzgado por el espionaje a Luis Bárcenas con fondos reservados en la pieza Kitchen del caso Villarejo, una de las grandes ofensivas de la brigada política que anidó en el Ministerio del Interior durante la primera legislatura del Partido Popular.
En su comparecencia ante la comisión de investigación de la Operación Cataluña, Martín-Blas se mostró ajeno a cualquier manejo más allá de sus funciones mientras fue jefe de Asuntos Internos.
El problema llegó cuando los diputados le preguntaron por su visita a los fiscales del caso del 3%, en plena precampaña electoral, para pedirles que propusieran al juez registrar la sede de CDC sin que él tuviera ninguna relación con ese caso. En aquella visita, denunciaba públicamente por los fiscales, Martín-Blas estuvo acompañado de José Luis Olivera, puntal de la brigada política. “Lo he explicado mil veces. Yo soy policía. Estaba convencido de que habían cometido un delito. Mil veces lo haría”, trató de disculparse Martín-Blas.
Los individuos que mencionó Martín-Blas para referirse a los ataques a Podemos, el inspector jefe Bonifacio Díaz Sevillano y los dos abogados, aparecen profusamente en la causa que se sigue en un juzgado de Madrid contra un presunto grupo de policías, abogados e incluso un agente israelí para extorsionar a los jerarcas venezolanos que querían residir en España y protegerse de las demandas de extradición de su país y de Estados Unidos. Esos jerarcas han declarado que la cúpula policial del PP les inquirió repetidamente por información con la que poder atacar a Podemos.
La declaración de Martín-Blas en el Congreso será incorporada a la instrucción de la causa que instruye Pedraz por la guerra sucia a Podemos. La investigación avanza a un ritmo desigual. Pese a las revelaciones de testigos admitiendo órdenes de superiores para atacar a Podemos, la Fiscalía se opone a multitud de diligencias propuestas por el partido afectado y, en este caso, por el PSOE.
La declaración de Martín-Blas está acordada en una providencia de Pedraz que ha seguido el criterio de la Fiscalía de la Audiencia Nacional, también al negarse a muchas de las peticiones de los socialistas. Entre estas últimas investigar los destinos ‘dorados’ en embajadas que recibieron varios miembros de la brigada política después de haber participado presuntamente en la guerra sucia. O tampoco recabar los correos electrónicas de las cuentas corporativas de los policías.
Otro testigo de la Policía
Por contra, el juez sí ha aceptado citar como testigo al agente 111.129 del Cuerpo Nacional de Policía, que también declaró ante la comisión de investigación de la Operación Cataluña. El PSOE alegaba que este agente habría entregado, de forma irregular, una citación a Nervis Villalobos, uno de los venezolanos requeridos por la Policía para conseguir información contra Podemos.
Villalobos respondió aquel día que ya estaba en contacto con otra unidad policial e identificó y más tarde, el imputado Bonifacio Díaz Sevillano habría pedido explicaciones al agente citado como testigo.