¿Paz en Siria? Ni por asomo: vuelven el choque sectario y los ataques de Israel

Estados Unidos anunciaba en la noche del miércoles al jueves un alto el fuego en Siria, pero no. Un día después, ni hay calma en los choques sectarios de los últimos días ni Israel ha dejado de bombardear el país vecino. Los llamamientos internacionales a la paz se multiplican, pero sin éxito, por ahora. 

Empecemos por Tel Aviv. Anoche, volvió a bombardear la provincia de Al Sueida, en el sur de Siria, pese a la retirada de las tropas gubernamentales sirias de la región tras la entrada en vigor de un armisticio estas y las facciones locales a las que se enfrentaban. El bombardeo tuvo como objetivo las afueras de la ciudad de Al Sueida, capital de la provincia homónima, informó la agencia oficial de noticias del país árabe, SANA, sin ofrecer detalles sobre contra quién habría estado dirigido ni la ubicación exacta donde impactó.

Sin embargo, la organización Observatorio Sirio de Derechos Humanos (OSDH) aseguró que habría alcanzado a un grupo de beduinos, comunidad que en los últimos días también protagonizó intensos enfrentamientos con la minoría drusa de Al Sueida, a la que el Estado israelí dice defender.

El Ejército a las órdenes de Benjamin Netanyahu ya había perpetrado una serie de ataques contra el territorio sirio entre el lunes y la noche del miércoles, cuando entró en vigor el cese de hostilidades, pero estos habían estado dirigidos contra las tropas gubernamentales sirias.

El ejecutivo afirmó esta semana que sus bombardeos buscaban forzar la salida del Ejército sirio de Al Sueida para evitar la militarización de esa región no muy alejada de la frontera común, así como defender a la minoría drusa en medio de los choques entonces en marcha. El miércoles, una fuerte oleada de bombardeos israelíes sacudió el cuartel general del Estado Mayor y las inmediaciones del Palacio presidencial en Damasco, mientras que otras acciones alcanzaron diversas áreas de las afueras capitalinas, y de las provincias meridionales de Al Sueida y Deraa.

En este contexto, el presidente sirio, Ahmed al Sharaa, acusó este jueves a Israel de pretender arrastrarles a un conflicto y sembrar divisiones internas en Siria. «No les daremos la oportunidad de involucrar a nuestra gente en una guerra que ellos quieren desatar en nuestra tierra, una guerra cuyo único objetivo es fragmentar nuestra patria y desviar nuestros esfuerzos hacia el caos y la destrucción», defendió en un discurso a la nación.

En un mensaje de vídeo, Netanyahu se refirió este jueves a las acciones militares de Israel en suelo sirio y fue muy duro, augurando más violencia. «Hemos establecido una política clara: la desmilitarización en la zona al sur de Damasco, desde el Golán hasta la zona de Jabal al-Druze, es decir, una línea», enfatizó. «La segunda línea: la protección de los hermanos de nuestros hermanos drusos, los drusos de Jabal al-Druze. El régimen de Damasco violó estas dos cosas. Envió tropas al sur de Damasco, a la zona que debía estar desmilitarizada, y comenzó a masacrar a los drusos. No podíamos aceptar esto de ninguna manera».

«Por lo tanto, ordené a las Fuerzas de Defensa de Israel que actuaran, y operaran con fuerza. La FDI atacaron tanto a las bandas de asesinos como a los vehículos blindados. También añadí el objetivo de atacar el Ministerio de Defensa en Damasco», agregó. «Como resultado de estas intensas acciones, se estableció un alto al fuego y las fuerzas sirias se retiraron a Damasco. Eso es importante. Este alto al fuego se logró con la fuerza. No con peticiones ni súplicas, sino con la fuerza. Estamos logrando la paz con la fuerza, la calma con la fuerza, la seguridad con la fuerza, en siete frentes», insistió.

«Esta será también nuestra política continua: no permitiremos que las fuerzas militares se acerquen al sur de Damasco ni que los drusos sufran daños en Jabal al-Druze», recalcó el mandatario. Netanyahu concluyó con una solicitud que le hizo el líder de la comunidad drusa en Israel. «Quiero compartir algo que me conmovió mucho en los últimos dos días. El jeque Muafak Tarif, líder de la comunidad drusa en Israel, me contactó. Me dijo lo siguiente: ‘Durante el Holocausto, cuando los masacraron a ustedes, los judíos, pidieron ayuda y nadie vino. Hoy nos están masacrando a nosotros, los drusos, y pedimos la ayuda del Estado de Israel‘. Y le dije: ‘Tiene razón. Actuamos y seguiremos actuando según sea necesario'».

Además, el representante permanente adjunto de Israel ante la ONU, Brett Jonathan Miller, justificó sus ataques del Estado judío a Siria como «una obligación religiosa y moral» y afirmó que su país llevará a cabo ataques contra «militantes yihadistas en el sur de Siria». «En el libro del Levítico (el tercer libro de la Torá), Dios ordena lo siguiente: ‘No debemos mantenernos sin hacer nada si hay derramamiento de sangre del prójimo. Esto no es solo una obligación religiosa, sino también moral», aseveró Miller en una sesión del Consejo de Seguridad sobre la situación en Oriente Medio.

Dicha obligación moral, prosiguió, está consagrada «como derecho en nuestro código legal en Israel», motivo por el cual «vamos a llevar a cabo estos ataques contra los militantes yihadistas en el sur de Siria». 

En varios puntos de Siria se produjeron ayer manifestaciones reclamando que se inicie una yihad o guerra santa contra Israel, aunque la participación popular no fue masiva. 

Violación y caos

La Presidencia de Siria a las autoridades drusas de la «clara violación» de los acuerdos por los que Damasco retiró a su Ejército de la gobernación de Sueida, cuando los choques se han saldado con la vida de cerca de 600 personas -casi el doble de las víctimas registradas cuando comenzó la retirada de las tropas-. La jefatura del Estado sirio ha acusado a «las fuerzas ilegales» de haber cometido desde entonces «actos de violencia atroces (…) que contravienen por completo las obligaciones de la mediación, amenazan directamente la paz civil y empujan hacia el caos y el colapso de la seguridad», según recoge el comunicado difundido por la agencia siria de noticias SANA.

«Lo que ocurrió a continuación (de los acuerdos) representó una clara violación» de lo pactado, ha denunciado en un texto que explica que la decisión tomada se basaba «en un claro entendimiento que garantiza que las fuerzas ilegales se abstendrán de recurrir a la venganza o al uso de la violencia contra la población civil».

Por ende, la Presidencia ha instado «a todas las partes a que den muestras de calma y moderación», al tiempo que ha subrayado «la necesidad de permitir que las instituciones estatales ejerzan su soberanía y hagan cumplir la ley». En este sentido, ha prometido «exigir responsabilidades a todos los implicados en la comisión de delitos y violaciones de la ley, independientemente de su afiliación». «El Estado sirio renueva su compromiso inquebrantable de proteger a todos los sirios, independientemente de su secta o componente», añade el documento.

Además, en el plano internacional, el Estado sirio ha exhortado «a la comunidad internacional a apoyar sus esfuerzos por restaurar la estabilidad», mientras que ha advertido «contra la continua y flagrante injerencia israelí en los asuntos internos de Siria, que solo conduce a un mayor caos y destrucción y complica aún más la situación regional».

Horas antes, el presidente de transición sirio, Ahmed al Shara, ha anunciado la asignación a «algunas facciones locales y jeques religiosos» de Sueida el mantenimiento de la seguridad en esta provincia, una decisión que ha defendido ante el riesgo «grave para la unidad nacional» y para «evitar una nueva guerra a gran escala» en el país.

El comunicado ha sido publicado en la misma jornada en que las víctimas mortales a causa de los combates han ascendido a al menos 597 personas en el marco de un conflicto en el que, pese al alto el fuego, algunas tribus beduinas han realizado ataques, mientras que, en paralelo, la Fuerza Aérea israelí ha realizado bombardeos contra reuniones de milicianos locales, según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos.

Este organismo ha especificado que 272 de los fallecidos son miembros del Ministerio de Defensa y Seguridad Pública, de los cuales 15 han fallecido como resultado de los ataques aéreos israelíes. Además, tres civiles han fallecido en el bombardeo del Ejército de Israel contra el edificio del Ministerio de Defensa, ubicado en la capital.

El organismo, con sede en Londres pero con informantes en el país árabe, ha confirmado a su vez la muerte de 217 drusos, incluidos 71 civiles –entre ellos cuatro niños y 83 ejecutados por las fuerzas de seguridad–, y de 18 beduinos implicados en los combates en Sueida. También ha indicado que las milicianos drusos han ejecutado a tres civiles beduinos, incluido un niño.

Las autoridades instauradas tras la caída de Al Assad a causa de una ofensiva de yihadistas y rebeldes encabezados por Hayat Tahrir al Sham (HTS) han hecho frente a diversos problemas de seguridad, algunos de ellos de tinte sectario, pese a las promesas de Al Shara -líder del grupo yihadista HTS anteriormente conocido como Abú Mohamed al Golani- para estabilizar la situación.

Sin embargo, el odio se hace fuerte. En las zonas donde temporalmente se ha retirado el Ejército, los drusos se han vuelto a hacer fuertes y a cargar contra los beduinos, que han recibido la ayuda de 41 tribus más, agravando el choque.