Paradores retoma la negociación del convenio: “Los buenos resultados deben ir acompañados de mejores condiciones”

En 1928, el rey Alfonso XIII inauguró el parador de Gredos. El establecimiento, todavía operativo, constituyó el primer nodo de la red hotelera estatal. Paradores es hoy una empresa pública en plena expansión y reforma, que anota beneficios récord. Solo el año pasado, estos alcanzaron los 40 millones de euros. Pero el momento, dulce en lo financiero, amenaza con volverse amargo para la compañía a las puertas del periodo navideño, a cuenta de un conflicto laboral con los trabajadores, que reclaman una negociación efectiva de un nuevo convenio, que facilite la conciliación y mejore las condiciones retributivas.

Tras cuatro años de conversaciones y más de una veintena de reuniones, la negociación se retomará este jueves y viernes, con sendas reuniones en las que los sindicatos esperan que la empresa traslade un marco económico sobre el que poder empezar a trabajar. “Los buenos resultados de la compañía deben ir acompañados de mejores condiciones para los trabajadores”, admiten fuentes de la empresa estatal consultadas por elDiario.es.

La cadena hotelera pública, que cuenta con 98 establecimientos y más de dos millones de plazas, ha experimentado en los últimos años un buen rendimiento. Tras la debacle para el turismo que supuso la pandemia, la empresa ha logrado cifras positivas en todos los ejercicios, desde los tres millones en 2021, hasta los 40 del último año.

Desde la compañía ponen en valor los buenos resultados de una “empresa pública que compite en un mercado 100% privado”. “No se trata solo de rentabilidad económica, porque nacimos con el objetivo de ayudar a los agentes locales, asentar población, etc. pero demostramos que desde lo público se puede gestionar bien”, indican. De hecho, la buena marcha del sector y el interés por destinos menos masificados ha sido un viento a favor extra para una red que apuesta por la diversificación y unos destinos más descentralizados.

Este verano, la red registró una ocupación media del 86%. En los paradores de playa, las habitaciones se llenaron al 94%, por encima de la media del sector en las zonas costeras, que rondó el 77,8%. Si las ciudades con vistas al mar son, tradicionalmente, más atractivas en los meses estivales, en Paradores los picos de ocupación se dieron en el establecimiento de Costa da Morte (Muxía, Coruña), pero también en Benavente (Zamora) y Tordesillas (Valladolid), estos dos últimos con ocupaciones por encima del 97%. “Los paradores de interior también han registrado cifras excepcionales, consolidando nuestro modelo de turismo desestacionalizado y diversificado”, indican las fuentes consultadas.

250 millones en inversiones y renovaciones

Al margen de la ocupación, la compañía tiene marcado en el calendario dos fechas clave. Una es el próximo 30 de junio, cuando deben estar finiquitadas las obras ligadas a los fondos europeos. La otra, el año 2028, el centenario de la empresa, cuando planea tener en marcha un centenar de centros. Uno de los ejes de actuación de Paradores es la conservación del Patrimonio Histórico-Artístico español. De hecho, los paradores de turismo son bienes de Patrimonio Nacional, que forman parte del patrimonio adscrito al Instituto de Turismo de España (Turespaña), en los que la empresa desarrolla su actividad mercantil.

En ese contexto de mantenimiento y conservación, la empresa ha apostado por una reinversión de 250 millones de euros —90 provenientes de fondos europeos— para la renovación de buena parte de la red, que afectará al 50% de los edificios en el próximo par de años. “Es una apuesta fuerte, pero la caja de la empresa lo permite sin que se resienta mucho la cuenta de resultados”, indican desde Paradores, a la vez que señalan que “se va a notar, pero el balance de 2025 será positivo”. Las estimaciones, en este momento, es que los resultados sean “razonablemente buenos” en términos homogéneos, es decir, descartando el efecto de aquellos hoteles cerrados, y con unos ingresos totales que eviten los números rojos.

En 2025 se han reabierto una decena de paradores que estaban en obras. A lo largo de 2026 se espera que vuelvan a funcionar otros tantos, al margen de aquellos en los que hay actuaciones para las que no ha sido necesario clausurar, como en el de Santiago. Además, las inauguraciones. En mayo se estrenaron los paradores de Molina de Aragón, que en su primer verano alcanzó el 92% de ocupación y Sigüenza, en Guadalajara. Para este otoño estaba prevista la puesta en marcha de un nuevo establecimiento en Ibiza, que ha sido aplazada por el inicio de unas obras municipales imprevistas. Y el próximo año está comprometida la apertura al público del de Veruela, en Zaragoza.

Con esta estrategia, la empresa afronta un conflicto laboral, que amenaza con derivar en huelga por Navidad. Los sindicatos llevan semanas exigiendo que se desatasque la negociación del convenio, que se alarga ya durante cuatro años y más de una veintena de reuniones. “Queremos un acuerdo digno, donde los turnos partidos dejen de tener tanto peso y se facilite la conciliación”, reclama el responsable de Paradores de UGT, Jorge González. Este lunes, la empresa ha convocado a las organizaciones para sendas reuniones, este jueves y el viernes.

Ya en octubre, decenas de trabajadores salieron a la calle, convocados por UGT, CCOO y CSIF, para reivindicar mejoras laborales y salariales. Unas protestas que la presidenta de la empresa estatal y exministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, enmarcó en un “proceso de negociación”. Sánchez se mostró optimista con que ese proceso finalizase “pronto” y aseguró que la compañía “siempre garantiza que las condiciones de sus trabajadores sean dignas y justas”. Fuentes de la compañía defienden que, en su caso, ofrecen condiciones que “no son tan habituales, como fines de semana de descanso, jornadas reglamentarias” y un tope a las horas extras, conforme a la ley.

Al margen de esas condiciones “dignas y justas” que defiende la empresa, los sindicatos ponen el foco en la parte retributiva. “Vemos a la empresa en una situación muy boyante y no reclamamos nada estratosférico. Pedimos, por ejemplo, que el salario base más bajo llegue al SMI”, indica González. Según los datos de UGT, el salario base anual en Paradores va de los 15.056 euros —repartidos en 14 pagas, más una extra en marzo— a los 18.767. Pero la retribución de los empleados y empleadas de la compañía estatal, unos 5.000, depende de esa base y de una prima de producción, un concepto que puede suponer entre un 30 y un 50% del sueldo, bajo una fórmula que deja los emolumentos al albur de la estacionalidad, el centro o, incluso, el tamaño de la plantilla, porque el complemento se reparte.

El secretario general de la sección sindical de CCOO en Paradores, Juan Martín, señala dos ejemplos que muestran esa diferencia salarial: “En Tui y Baiona, que están prácticamente al lado, la diferencia puede ser del 40%, porque uno es mayor, más turístico y vende más. En Baiona, una habitación se vende por 300 euros y en Tui, por 100”.

Los convenios depende de las provincias pero, por poner algunos ejemplos, el de hostelería de Balears reconoce un salario base bruto anual para un ayudante camarero de 22.500 euros o unos 24.600 para una camarera de pisos, frente a los 15.056 de Paradores. Es uno de los casos más extremos, pero el sueldo de un camarero puede rondar los 20.000 euros anuales, mientras los sindicatos denuncian que los salarios base de la empresa estatal se han quedado “desfasados”.

“Desde hace años no se encuentra personal, así que se tira mucho del de la casa, del de toda la vida. Terminamos doblando turnos o haciendo horas de más, porque los paradores están en pueblos y se convierten en parte de la familia. Arrimamos el hombro, pero no vemos que nos compense. Escuchas que hay récord histórico, mientras algunos meses cobramos 1.080 euros y la nómina más alta no llega a los 1.300, con pagas prorrateadas y prima de producción. Cada vez vamos mejor, pero yo no llego a fin de mes”, lamenta Anabel, que lleva más de dos décadas trabajando como ayudante en un establecimiento en Galicia. “Mis funciones son otras, pero se ve que no tengo capacidades para cobrar otra cosa”, ironiza.

Los sindicatos reclaman también medidas de conciliación y laborales, como las contrataciones mínimas de seis horas para el personal a jornada parcial. “Sabemos que en nuestro sector hay mucha flexibilidad, pero esa cantidad de horas son las que se necesitan, según los últimos datos. Es posible operativamente y sería bueno para la empresa y buenísimo para las trabajadoras”, desarrolla Martín. Según el Plan de Igualdad de la compañía, el 85% de los contratos a tiempo parcial los tienen mujeres. Esta brecha de género deriva de otra: ellas son el 97% de las empleadas en departamentos de pisos, mientras que los hombres ostentan el 65% de las posiciones directivas donde, sin embargo, ocupan todos los contratos a tiempo parcial.

El último convenio caducó en 2020

El último convenio colectivo de Paradores se firmó para los años 2018-2020. En ese periodo, el presidente de la empresa estatal fue el actual ministro de Función Pública, Óscar López, que dejó el cargo en julio de 2021 para asumir la dirección del gabinete de la Presidencia del Gobierno. Desde entonces, al frente de Paradores han estado Pedro Saura, ahora en Correos, y Raquel Sánchez. En total, en los últimos cuatro años, los sindicatos contabilizan más de una veintena de reuniones, pero, por el momento, poca concreción en materia retributiva. “Todos los incrementos tienen que pasar por Patrimonio y por Hacienda, que fiscalizan la situación, pero la empresa no pone encima de la mesa ningún marco económico donde podamos negociar ninguna condición mínima”, desarrolla Martín.

Lo que sí afecta a los cerca de 5.000 empleados es la subida salarial pactada entre UGT, CSIF y CCOO con el Ministerio de Función Pública, de un 11% acumulado entre 2025 y 2028, pero solo en la base salarial y no en el plus de productividad. “Venimos de unos salarios muy bajos, porque hemos estado durante los 10 años anteriores a la crisis sin ninguna subida, cero. Nuestros sueldos están por debajo del SMI”, denuncian desde CCOO.

Los representantes sindicales lamentan que las condiciones de los y las trabajadoras de la empresa pública se han quedado “muy desfasadas” respecto a otros convenios del sector, cuando siempre habían estado “por encima”. Por eso, si no hay avances en las reuniones de esta semana, amenazan con una huelga para navidad. “Sabemos que es una putada para quien va a disfrutar y los trabajadores también saldremos muy perjudicados, porque perderemos una parte muy importante del salario, pero no nos están dejando otra. Nos hemos reunido con todo el mundo y sabemos que el Gobierno tiene muchas dificultades, pero nos están tomando el pelo. Ya no digo que haya un acuerdo, sino un marco económico donde podamos empezar a hablar”, exige Martín.

A la mesa, y al margen del resultado de la negociación, ambas partes llegan con la voluntad de que la buena marcha de la compañía se traduzca también en mejores condiciones para quienes trabajan en ella.