Muerto el plazo, ¿empezó la rabia?: Trump lleva al mundo a una nueva incertidumbre comercial con sus aranceles

1 de agosto. Inicio de vacaciones para muchos, vuelta al trabajo para otros. Entre tanto, con muchas empresas bajo mínimos, la gran mayoría de compañías internacionales siguen con los dedos cruzados y con el temor de que el plazo que el presidente de EEUU, Donald Trump, propuso para la aplicación de sus aranceles no se amplíe durante más tiempo y entren en vigor desde esta fecha.

Es el miedo con el que el líder republicano lleva jugando desde que el 2 de abril de este año, el que denominó como «Día de la Liberación«, anunció impuestos a decenas de países de todo el mundo. Entre ellos, un gravamen del 20% a las importaciones de la UE, de un 34% a China y de un 10% a todos los países. Su objetivo era el del ojo por ojo a unos «países amigos» que «nos han tratado muy mal durante décadas«.

Pero no es la primera vez en la que se ha agotado uno de los plazos que Trump ha dado en los últimos meses y los impuestos no llegan a salir a la luz. Aunque esta vez, el presidente norteamericano dice ir en serio- como si no fuera lo suficientemente serio aplicar un gravamen general a decenas de países de todo el mundo- y este miércoles ha asegurado desde la red social Truth Social que no habría más tregua.

«La fecha límite del 1 de agosto es la fecha límite del 1 de agosto. Se mantiene firme y no se prorrogará. ¡Un gran día para Estados Unidos!», ha asegurado el dirigente de Estados Unidos.

El acuerdo con Europa

Antes de que el calendario dejara caer la hoja de julio y diera la bienvenida al mes de agosto, Trump ya había logrado algunos de sus propósitos. Entre ellos, alcanzar un pacto comercial con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, que los analistas creen no beneficiará en nada a Europa.

Lo cierto es que los detalles no están del todo claros. Desde Escocia, la dirigente europea estrechó la mano con el líder republicano y dio por buena la aplicación de gravámenes del 15% para productos europeos, además de comprometerse a que el bloqueo europeo plantee otras inversiones en materia de energía o defensa.  

Pese a todo, lo que sí parece rotundo es que el único ganador es el presidente de EEUU. Un primer análisis de Capital Economics apunta a que el conjunto de medidas provocará una caída del 0,5% del PIB europeo. Los expertos prevén que el país norteamericano ingresará decenas de miles de millones de dólares por impuestos a la importación.

El acuerdo obligará a Bruselas a efectuar compras de energía a Estados Unidos por valor de 750.000 millones de dólares (638.000 millones de euros), inversiones por valor de 600.000 millones de dólares (510.000 millones de euros). El presidente del Consejo Europeo, António Costa, «da prioridad a la cooperación, protege los intereses fundamentales de la UE y brinda a las empresas la certeza que necesitan«.

Se la coló a Bruselas

Y, como es lógico, lo que pasa en Europa también se hace notar en España. La Cámara de Comercio de España estima que la entrada en vigor del arancel del 15% generalizado a las importaciones estadounidenses procedentes de Europa podría provocar una caída del 10,1% en las exportaciones españolas.

«A priori, el impacto directo sería limitado. Las ventas totales a EEUU representaron únicamente el 4,7% del total de exportaciones españolas en 2024, por lo que se trataría de un efecto acotado. No obstante, el impacto podría ser relevante en los sectores con una exposición mayor al mercado americano, como bienes de equipo, semimanufacturas y algunos productos agroalimentarios», ha detallado el organismo.

La Cámara de Comercio de España ha detallado que el efecto de fijar una tasa arancelaria general del 15% a las exportaciones españolas al país norteamericano «podría oscilar entre una disminución del 7,2% y del 13,1% (-1.307,3 y -2.375,3 millones de euros)».

Los datos del organismo regulador apuntan a que el grupo de ‘productos alimenticios y tabaco’, que enfrentaban hasta ahora un arancel medio del 7,45%, mostraría un impacto «moderado». «Un aumento de los aranceles hasta situarlos en el 15% podría reducir sus exportaciones a EE. UU. en un 2,6%», han asegurado en el escrito.

Aunque Europa no ha sido la única que ha cedido. Reino Unido, o Japón, con aranceles del 15%, también han decidido alcanzar un acuerdo que solo beneficia a EEUU. 

Hasta Europa y más allá

Pero las intenciones de Trump no se enmarcaban solo en Europa. Sus presiones arancelarias siguen manteniendo en vilo a grandes compañías de todo el mundo. En Asia, Tailandia y Malasia están dando pasos agigantados para tratar de frenar la imposición generalizada de aranceles y firmar un pacto que provoque un daño menor a su economía. 

Estos dos países buscan seguir los pasos que Vietnam, Indonesia o Filipinas ya han cerrado con el líder republicano, dando por bueno- si es que hay algo bueno en ello- aranceles de entre el 19 y el 20%. Pero hay dos países muy afectados, uno de ellos en Asia y otro en África. El primero, Camboya, que recibió en abril aranceles del 49%. El más castigado, Lesoto, el país al que el presidente norteamericano anunció un gravamen del 50%.

Otros países más cercanos a EEUU son Canadá y México. Este mismo jueves, Trump advirtió al gobierno canadiense de que, en el caso de reconocer el Estado Palestino, se dificultaría «mucho» el poder alcanzar un acuerdo comercial entre ambas naciones. «Eso nos dificultará mucho llegar a un acuerdo comercial con ellos. ¡Ay, Canadá!«, aseguró. Una amenaza que se produce ante el miedo de la entrada en vigor de un impuesto del 35% a las importaciones canadienses excluidas del tratado comercial que les vincula (TMEC).

En el caso de México, la Casa Blanca había amenazado con la imposición de unos aranceles del 30% fuera del TMEC. Este mismo jueves, Donald Trump, ha anunciado una nueva prórroga de 90 días a este país después de mantener una conversación telefónica con Claudia Sheinbaum.

China había sido uno de los principales países a los que Trump quería imponerle impuestos, pero tanto EEUU como el gigante asiático, llevan varios días negociando en Estocolmo (Suecia) para tratar de alcanzar un pacto comercial que todavía no ha visto la luz. Es cierto que la fecha límite se retrasó hasta el próximo 12 de agosto y cuentan con algo más de margen. El representante comercial de EEUU, Jamieson Greer, y su homólogo chino, Li Chenggang, han tratado de que las negociaciones lleguen a buen puerto, pero ambas potencias no han definido los pasos a seguir.

India o Brasil han sido dos de los grandes perjudicados de la semana. El líder republicano anunció el pasado martes la imposición de un arancel de entre el 20 y el 25% a los productos que llegaban desde India. En el caso de Brasil, su impuesto es mucho mayor, del 50%, por el procesamiento «por motivos políticos» del amigo del líder norteamericano y exdirigente brasileño, Jair Bolsonaro. «Son graves abusos de los derechos humanos que han socavado el Estado de derecho en Brasil«, apuntó la Casa Blanca.

‘Estamos trabajando en ello’

Este jueves, el propio Trump aseguraba desde Truth Social que «estamos muy ocupados en la Casa Blanca trabajando en acuerdos comerciales«. «He hablado con los líderes de muchos países, todos los cuales desean que Estados Unidos esté ‘sumamente contento'», aseguró. 

La realidad es que la práctica del Gobierno norteamericano- aunque es lícita- busca debilitar a sus principales competidores y fortalecer a su país a costa de los demás. De hecho, con ese as de la manga, busca poner fin a algunos conflictos internacionales como la guerra en Ucrania.

El propio Trump aseguró hace unos días que daba 10 días al Kremlin para alcanzar un acuerdo de alto el fuego o recibirá el castigo que muchos países está temiendo. «Después pondremos aranceles (…). No sé si afectará a Rusia porque seguramente (el presidente ruso, Vladimir Putin) querrá seguir adelante con la guerra, pero nosotros pondremos gravámenes«, señaló.

Como lleva pasando desde que llegó a la Casa Blanca, el líder republicano tiene la última palabra y tras medio año desde su regreso a la Administración estadounidense, sigue asfixiando a decenas de socios comerciales y «amigos«. La fecha ya se ha cumplido y Trump sigue usando su yugo que sigue manteniendo en vilo a medio mundo.