Miles de personas salen a la calle este sábado en toda España para exigir una solución a la emergencia residencial que acorrala a decenas de miles de familias. El grito es unánime de rincón a rincón. Bajo el lema “acabemos con el negocio de la vivienda”, los sindicatos de inquilinas han convocado protestas en cuarenta ciudades con demandas claras: una bajada inmediata de los alquileres del 50%, recuperar los contratos indefinidos “para desarrollar proyectos de vida” que no se corten cada cinco o siete años, recuperar las casas vacías, turísticas o con arrendamientos de temporada, la prohibición de la compra especulativa de vivienda y la desarticulación de grupos de desokupación.
La convocatoria simultánea de este sábado supone la primera concentración estatal por el derecho a la vivienda, tras las protestas masivas que se han celebrado en todo el país en los últimos meses. El pistoletazo de salida esta mañana lo ha dado Málaga, donde la marcha arrancó a las 11.30 horas desde la plaza de la Merced y se replicará a lo largo del día por hasta cuarenta ciudades. Las últimas serán a partir de las 18.30 horas en Vàlencia y Ourense y en Vigo y Segovia a las 19h.
El grueso de las reivindicaciones han partido este mediodía, en lo que los convocantes quieren que sea un grito coordinado y una muestra de que el problema de la vivienda es transversal, ante lo que consideran la inacción de las administraciones.
En Madrid, la cita de este sábado supone la tercera llamada de atención a las instituciones en apenas seis meses. En octubre, el Sindicato de Inquilinas sacó a la calle a miles de personas —150.000, según los organizadores, y 22.000, según la Delegación del Gobierno—. En febrero, la plataforma Hábitat24 congregó a 15.000 ciudadanos y ciudadanas, según la Delegación, ante la “emergencia habitacional”.