Marc Márquez escribió una página más de lo que, por ahora, parece estar destinado a ser poco menos que un paseo triunfal hacia su noveno campeonato del mundo, el que sería el séptimo en MotoGP. En la sprint race del Gran Premio de Italia sumó un nuevo triunfo, aunque, por esta vez, dándole algo más de emoción de lo que parecía inicialmente. Un problema en la salida le llevó a caer desde la pole hasta, momentáneamente, la séptima posición, pero no tardó en ponerse las pilas y, con su estilo característico, acabó por encaramarse otra vez hasta la primera plaza en el arranque de la cuarta vuelta. Y, a partir de allí, solo su hermano Álex, a la postre segundo, como de costumbre, fue capaz de seguirlo de cerca mientras Pecco Bagnaia se veía condenado a conformarse de nuevo con el tercer escalón del podio.
«La verdad es que, en primer lugar, no sé exactamente qué pasó en la salida… Bueno, tal vez sí lo sé un poco… Lo cierto es que perdí posiciones, pero, en cualquier caso, dimos un buen espectáculo y pudimos ganar la carrera. Espero que toda la afición italiana haya disfrutado, porque la remontada ha sido muy chula», destacó el vigente líder del Mundial al término de la prueba.
«Lo he intentado al principio, vi que tenía algo más de velocidad e incluso en las primeras vueltas hubo una primera curva muy bonita, con los tres en paralelo. Quizás me pasé un poco con estas temperaturas, pero lo he intentado y me quedo con eso. El domingo, desde luego, volveremos a intentarlo», aseguró por su parte un Álex Márquez quien se encuentra ahora mismo a 35 puntos de su hermano en la clasificación. Una distancia que, en el caso del tercero en discordia, Pecco Bagnaia, asciende ya hasta los 98 puntos.
«Me siento un poco decepcionado, porque me gustaría haber brindado un mejor espectáculo a esta afición, pero esta temporada no me está saliendo todo aquello que sé que soy capaz de hacer, y es una pena. Trataré de recabar información para poder dar más en la carrera del domingo», señaló por su parte el italiano, cuyo nombre fue coreado con fuerza por el público que se dio cita en Mugello, buscando, quizás, la manera tanto de espolearle un poco más como de agradecerle su esfuerzo.
No en vano, en los compases iniciales de la prueba, Bagnaia fue capaz de ponerse en cabeza, aprovechando el fallo en la salida de su compañero en el equipo oficial de Ducati. En el arranque de la tercera vuelta, tras ese mano a mano entre los tres al que se refirió Álex Márquez al término de la sprint race, con todo, se vio superado por ambos hermanos y, poco a poco, fue quedándose cada vez a más distancia de ellos. Por un instante, pareció incluso que Maverick Viñales iba a poder aprovechar tal circunstancia para descabalgarlo del podio, pero el piloto de KTM, a la postre, tuvo que conformarse con el cuarto puesto.
En cuanto al resto de pilotos españoles, Raúl Fernández fue finalmente el octavo clasificado, Fermín Aldeguer cerró la zona de los puntos con la novena plaza, Joan Mir fue decimocuarto, Alex Rins, decimoctavo y Pedro Acosta, mientras, no pudo acabar la carrera a causa de una caída, tal y como les sucedió también a Johann Zarco y Brad Binder nada más empezar la prueba.