La única mujer al mando de un equipo de la Liga recibe a EL MUNDO en uno de los despachos de ‘Afouteza‘, palabra gallega para definir ‘valentía’ y nombre de la nueva ciudad deportiva del Celta. Estrenamos el mes de mayo, hace sol y Marián Mouriño (Madrid, 1975) está feliz porque su equipo, que entrena a través de la ventana mientras hablamos, es una de las revelaciones de esta temporada, gana, divierte y engancha. Este domingo visita el Bernabéu para seguir peleando por Europa, pero la lucha de Vigo se da también en los despachos para conseguir ser sede del Mundial 2030.
- Cumple dos años al frente del club tras suceder a su padre.
- Han sido muy movidos. Mucho trabajo y mucha intensidad. El primero, especialmente, fue muy difícil a nivel corporativo, deportivo, anímico y familiar. Fue como un tsunami, pero bueno, las cosas socialmente fueron bien desde el principio y eso me dio mucha fuerza y tranquilidad.
- El Celta es el equipo revelación de la temporada. ¿Qué ha cambiado?
- Se han alineado muchas cosas. La apuesta por Claudio, alguien de casa que conocía perfectamente a los jugadores, a la cantera y a la afición; y la incorporación de Marco Garcés como director de fútbol, una persona de fuera pero con mucha experiencia y que entendió desde el principio nuestra identidad, lo que necesitaba el equipo y que tocó esas piezas clave para armar el equipo que hoy Claudio lidera.
- No es fácil apostar por un entrenador del filial. ¿Qué veía en Giráldez?
- Veía pasión, valentía, ambición y cariño por el club. Cuando le preguntaba ‘¿Qué harías tú?’ lo tenía todo clarísimo. Con eso, con los resultados del filial, con su relación con los capitanes de la casa… Todo funcionaba.
- ¿Ese ‘¿Tú qué harías?’ que le preguntaba a Giráldez, también se lo preguntó su padre a usted?
- Mi padre me decía «¿Te ves preparada?», «¿Quieres?» o «no te sientas obligada, es algo que tienes que sentir». Entonces con esa libertad dije que «sí».
- Es usted la única mujer presidiendo un club de la Liga. ¿Lo considera anecdótico o especial?
- Lo veo con naturalidad. Me encantaría que hubiese más, sí, si hay más mujeres preparadas y a las que les guste. El fútbol te requiere una dedicación máxima a nivel familiar, de preparación, de muchas cosas… Y tienes que estar dispuesta. Yo llevo vinculada al fútbol toda la vida y es un mundo al que si no te sientes cómoda es muy difícil dar el paso. Pero creo que las que han estado, las que estamos y las que estarán lo harán muy bien, igual o mejor que cualquier otro.
- De puertas para dentro, ¿el fútbol sigue siendo un deporte de hombres?
- Yo me siento con todos los presidentes y son muy respetuosos, hablan de fútbol y como ven que hablas de fútbol ya no se cuestionan, creo yo, si eres hombre o mujer. A lo mejor al principio sí que pueden verte como… A mí me han preguntado directamente, «¿te gusta el fútbol?». Hombre, cómo no me va a gustar.
- ¿Se lo han preguntado siendo usted presidenta del Celta?
- Siendo ya presidenta. «¿Y ves muchos partidos?», me preguntaban. Entonces claro, al principio puedes notar que tienen esa duda de si estaré ahí porque me gusta, porque soy la hija o porque me tocó, pero después de una charla con normalidad, cuando hablas de cómo gestionas, de tu implicación y de lo que sabes, esa visión cambia.
- Esa parte de ‘es hija de’, ‘no sabe’… ¿molesta?
- Yo no le sueldo dar importancia. Siempre he sido ‘hija de’ y me ha tocado liderar proyectos empresariales. Siempre llevas eso, ¿no? Además de ser mujer, eres la hija, siempre hay esa duda. Pero creo que el trabajo y los resultados te quitan las etiquetas.
- Decía Teresa Rivero, histórica presidenta del Rayo Vallecano, que la mujer no hacía nada en un vestuario de hombres. ¿Esto ha cambiado?
- Primero te voy a contar una anécdota de Teresa Rivero. Me hace mucha gracia que decían si le gustaba el fútbol o no… Yo estuve con ella en el campo de Barreiro, donde juega el Celta B, en un partido contra el Rayo Vallecano. En Segunda B, un día lluvioso en Vigo… Y ella estaba ahí. Lo pongo en valor porque parece fácil pero hay que venir en bus y estar ahí con frío y lluvia apoyando a tu equipo. Ella fue una de las que abrió el camino, estaba ahí y acompañaba a sus jugadores. Y luego, yo creo que no tienes que entrar dentro de un vestuario para sentirte parte de él. Yo tengo una relación cercana y profesional con los jugadores, me ven en momentos difíciles y alegres, viajo, les acompaño, firmo contratos con ellos, me alegro cuando son papás… Y no por ello entro a los vestuarios ni siento que por entrar soy más o menos parte.
- Si hay dos cosas transversales en Vigo son Abel Caballero y el Celta. Club y alcaldía estaban enfrentados, pero ya no. ¿Fue fácil recuperar esa relación con él y la paz social?
- Creo que él tenía ganas, la ciudad tenía ganas y yo tenía ganas. Él es muy celtista, muy futbolero y le gusta ir al estadio, y para él tener una mala relación también era una situación incómoda. Vio y entendió mi proyecto y vio que yo cumplía con lo que le iba diciendo, y para un alcalde ver a su ciudad volcada en un estadio creo que es un orgullo.
- El alcalde está peleando con la Federación tras la exclusiva de este periódico sobre los cambios en las notas de las sedes del Mundial para dejar fuera a Vigo. ¿Le parece injusta esa lista?
- Nosotros apoyamos la candidatura como club y a partir de ahí estamos expectantes a ver lo que pasa. Entendemos que el alcalde pelee para que Vigo sea sede, y nosotros encantados. Y sería una decepción si no lo fuésemos. Pero en ese tema sólo participamos como espectadores.
- ¿Ha intentado mediar entre Louzán y Caballero durante las últimas semanas?
- A ver, yo tengo buena relación tanto con Rafael como con el alcalde, pero me mantengo desde fuera viendo que es una guerra en la que no participo. Saben que estoy ahí y que puedo mediar en cualquier momento.
- La reforma de Balaídos se va a quedar en casi 28.000 espectadores. ¿Al Celta le parece suficiente?
- Bueno, la situación del Celta ha cambiado mucho. Antes podría parecer suficiente, pero estamos agotando entradas, tenemos 4.000 personas en lista de espera para tener un abono… Se nos empieza a quedar pequeño. El estadio es del Ayuntamiento y son ellos los que tendrían que tener la iniciativa de afrontar algo más.
- ¿Europa viene bien o mal a un club de la zona media?
- Europa siempre es un premio y una ilusión. Y para la cantera sería espectacular, chicos que vienen de Primera RFEF y que han demostrado ese punto de ganas y valentía. Un premio a una temporada redonda de un entrenador valiente.
- En los últimos años hay una constante en el fútbol español: equipos que tienen que vender cada verano para subsistir, incluido el Celta. ¿Cómo se soluciona esto?
- En el sector del fútbol, como en todos, necesitas vender para seguir operando. Generar jugadores que sean interesantes para otros equipos que puedan pagarles mejor. Ellos, como jugadores, también se preparan para tener oportunidades en otros equipos más grandes. Que se mueva el mercado no es malo. Un mercado en el que nadie vendiera no tendría gracia. Nosotros venimos de una apuesta de invertir en jugadores importantes porque veníamos de años muy buenos económicamente, y llevamos dos años dando pérdidas y tenemos que reconducir esa situación. Luego, que los canteranos se vayan y tengan oportunidades en Europa… A mí me da mucho orgullo ver a niños de A Madroa que no tienen minutos aquí y creen que pueden triunfar en Europa, adelante. Siempre van a tener ese ‘Efecto Morriña’, siempre pueden volver.
- ¿Gabri Veiga puede tener ese ‘Efecto Morriña’?
- Gabri cuando puede nos visita, es súper cariñoso, sigue al club y a todos, habla con Claudio, con Marco, conmigo… Es uno más, con su situación y sus decisiones. Sabe que tiene las puertas abiertas para volver cuando quiera.
- Hablemos de esas reuniones de LaLiga. ¿Madrid y Barça van de la mano del resto?
- Yo creo que en general sí, pero luego cada uno tiene sus condiciones, su gestión, su dimensión, su presión…
- ¿El fútbol español necesita un cambio en el sistema arbitral?
- Yo creo que necesita retoques. Creo que los árbitros son grandes profesionales, que hay que respetarles y apoyarles, pero creo que esta tecnología, como el VAR, necesita unos criterios más claros. Si dependiese de mí, tendría árbitros específicos de VAR, ya lo he dicho cuando se me ha consultado. Creo que los árbitros de VAR deberían ser los mismos siempre, que deberían estar específicamente preparados y tener muy claros los criterios sobre cuándo aplicar la tecnología y cuándo no. Dicho esto, también creo que estamos haciendo de cualquier cosa un problema muy grande que perjudica a la competición.
- Iago Aspas, ¿hasta cuándo?
- Hasta que él quiera. Iago es mi debilidad. Yo antes que presidenta soy celtista y es el mejor jugador de la historia del club, va a ser muy difícil superarle. Lo que aporta dentro y fuera, lesionado o no lesionado… Siempre está. Es una maravilla contar con él.
- ¿Tiene un despacho reservado aquí?
- Donde quiera. No sé si se sentará mucho, no le veo de sentarse (risas). A lo mejor viendo fútbol sí, todo el día viendo fútbol, ya decidirá él.
- ¿Qué ha significado para el club ‘Oliveira dos Cen Anos’, el himno que compuso C.Tangana?
- Mira, cuando ‘Pucho’ nos vino a presentar el himno, nos decía ‘esto va a ganar premios y se escuchará en todo el mundo’. A mí me impresionó, era un genio, lo tenía todo en la cabeza. Lo que nos contó ese día fue lo que después salió. Nos decía que iba a tener repercusión internacional, pero yo en eso era más escéptica. Y nos ha llevado a los Grammys, a Cannes, a premios nacionales e internacionales.
- Otro de sus grandes proyectos es As Celtas, el equipo femenino que ha empezado en Tercera RFEF.
- No te puedes imaginar… Tenemos un promedio de asistencia por encima del de la Liga F. Entre la marca, sus redes sociales, la comunicación… Nos lo creemos de verdad. Son autosuficientes, tienen su propia financiación, su cantera para ir creciendo, que cada vez hay más niñas jugando… Y eso se traslada al masculino. Tenemos la asistencia de mujeres más alta de toda LaLiga, más del 30%. La mujer gallega va contra viento y marea.