Luz verde a la «gran y hermosa» ley fiscal de Trump con grietas entre los republicanos

Donald Trump ya puede sonreír. Su «gran y hermosa» ley fiscal, quizás su mayor proyecto legislativo hasta el momento, ha superado de forma definitiva el trámite parlamentario para su entrada en vigor. Tras otro largo y encendido debate y entre grietas en las filas republicanas, la Cámara de Representantes de EEUU ha aprobado el texto por cuatro votos, 218 a favor y 214 en contra.

El último obstáculo de la larguísima lista ha sido el intento del líder de la minoría demócrata en la Cámara Baja, Hakeem Jeffries, de retrasar la votación con un discurso de 8 horas y 45 minutos. Una estrategia habitual en el parlamentarismo estadounidense que esta vez no ha conseguido agrandar las discrepancias internas. 

Porque Trump podía permitirse tres ‘bajas’ entre sus diputados y finalmente han sido ‘sólo’ dos las voces republicanas que han votado en contra. En concreto, Thomas Massie, por Kentucky, y Brian Fitzpatrick, por Pensilvania.

Se trata de un conjunto de medidas puramente trumpistas para financiar su agenda de gobierno. La ley incluye un aumento del gasto en Defensa y en seguridad en la frontera, así como en las partidas para luchar contra la entrada de inmigrantes

Pero también incluye una bajada generalizada de impuestos con la estabilización de las deducciones fiscales aprobadas en el primer mandato de Trump y una quita en las coberturas sanitarias del programa Medicaid y otras partidas sociales, como había venido prometiendo desde antes incluso de su toma de posesión.

La ley, que Trump siempre ha defendido con palabras altisonantes, ya provocó algo más que una discusión en las filas republicanas a su paso por el Senado. Pese a tener mayoría del Partido Republicano, la votación tuvo que resolverse con el ‘voto de calidad‘ del vicepresidente, J. D. Vance, tras alcanzarse un empate inicial.

Instantes antes de la votación final en la Cámara de Representantes —el Congreso estadounidense— el FMI avisaba de los peligros del megaproyecto fiscal, que va en contra de las recomendaciones hechas a EEUU por el organismo. En palabras del portavoz del FMI, Julie Kozack, ellos animaron a «reducir su déficit fiscal […] para situar la deuda pública en relación con el PIB en una senda claramente descendente».

Según estimaciones de la Oficina Presupuestaria del Congreso, la recién aprobada propuesta, que se hará ley una vez la firme formalmente Donald Trump, añadirá 3’3 billones de dólares (2’8 billones de euros) al déficit de EEUU en diez años.