España se está consolidando como uno de los principales destinos para estudiantes latinoamericanos que buscan cursar estudios superiores en el extranjero, en un contexto internacional marcado por el endurecimiento de las políticas migratorias impulsadas por la administración de Donald Trump en Estados Unidos.
Durante décadas, Estados Unidos fue la primera opción académica para muchos jóvenes latinoamericanos debido a su prestigio universitario. Sin embargo, el alto coste de vida, un clima político cada vez más adverso y las nuevas trabas burocráticas han provocado un cambio de rumbo hacia Europa, con España a la cabeza.
«Me aceptaron en una universidad en Estados Unidos, pero el trato a los migrantes y los elevados costos me hicieron optar por España», cuenta a EFE Bárbara Becerra, una mexicana de 25 años que estudia en la Universidad CEU San Pablo, en Madrid.
El cambio no es casual. Las decisiones de Trump, como revocar el permiso para que extranjeros se matriculen en universidades como Harvard, donde representan el 27 % del alumnado, o suspender temporalmente la emisión de visados de estudiante desde el 27 de mayo, han sembrado incertidumbre entre los jóvenes internacionales.
Uno de los afectados es Santiago Hurtado, peruano de 23 años, ha tenido que pausar un intercambio previsto en EEUU por falta de visado. «Tengo todo cuadrado, la residencia pagada (…) lo único que me faltaba era el visado», lamenta. Considera «muy injusto» que estudiantes que «hacen todo legalmente» enfrenten tantas barreras.
«Oportunidad académica espectacular» para España
Frente a este panorama, España emerge como una alternativa académica sólida: comparte idioma, ofrece mayor cercanía cultural y un coste de vida más accesible. Según Víctor Cortizo, director del Grado en Relaciones Internacionales de la Universidad Francisco de Vitoria, la política migratoria restrictiva de EEUU «es una oportunidad académica espectacular» para España, aunque aclara que la llegada de latinoamericanos «ya era una tendencia previa».
En la última década, el número de estudiantes extranjeros se ha triplicado en máster y casi duplicado en grado. Según datos del observatorio Funcas, España acoge al 30,2% de todos los estudiantes latinoamericanos matriculados en universidades europeas.
El rector internacional de IE University, Manuel Muñiz, subraya que el endurecimiento de los visados F-1 y J-1 en EEUU «afecta directamente a cientos de miles de jóvenes», empujándolos a «buscar nuevos destinos». En IE, el 90% del alumnado es internacional, y más del 20% procede de América Latina, especialmente de México, Brasil y Argentina.
En la Universitat de Barcelona, uno de cada tres estudiantes de máster y doctorado es extranjero. El vicerrector de Internacionalización, Raúl Ramos, destaca que «el momento es clave», ya que las restricciones migratorias estadounidenses coinciden con el periodo de admisiones.
«En Europa, con el estancamiento demográfico, cada vez llegarán menos jóvenes en edad universitaria, así que hay un esfuerzo claro por diversificar el origen de los estudiantes«, añade.
A pesar del auge, aún hay retos por resolver. Para Ramos, los estudiantes no comunitarios enfrentan dificultades para ingresar a universidades públicas debido a un examen de acceso descentralizado y requisitos migratorios complejos.
Aun así, la balanza parece inclinarse a favor de España. Con precios mucho más bajos que en EEUU, donde una matrícula puede superar los 70.000 dólares anuales, y opciones de becas específicas para talento latinoamericano, el país se perfila como un hub emergente en la captación de estudiantes y profesionales del continente.
«Mis padres siempre me dijeron que el precio en EEUU era demasiado elevado», recuerda Paulina Abad, una ecuatoriana de 22 años que ahora estudia en Madrid. Para ella y muchos otros, España no solo es una alternativa, sino una nueva promesa académica.
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