Es poco probable que la solicitud del Departamento de Justicia para que se hagan públicas las transcripciones del gran jurado en el procesamiento del abusador sexual Jeffrey Epstein y su exnovia sirvan para para satisfacer el apetito del público por nuevas revelaciones sobre los crímenes del empresario. Es lo que le han dicho varios exfiscales federales a la agencia AP. La información nueva será escasa, avisan, por lo que más se trataría de un paso del Gobierno de Donald Trump de tratar de mostrar que le preocupa el caso, que hace algo, pero sin consecuencias.
La abogada Sarah Krissoff, fiscal federal adjunta en Manhattan entre 2008 y 2021, calificó la solicitud en los procesos contra Epstein y la socialité británica encarcelada Ghislaine Maxwell como «una distracción». «El presidente está tratando de presentarse como si estuviera haciendo algo aquí y realmente no es nada», dijo Krissoff a The Associated Press en una entrevista el fin de semana.
El fiscal general adjunto Todd Blanche hizo dicha solicitud el viernes, pidiendo a los jueces que hagan públicas las transcripciones de los procedimientos del gran jurado que resultaron en acusaciones contra Epstein y Maxwell, diciendo que «la transparencia hacia el público estadounidense es de suma importancia para esta Administración».
La solicitud se produjo mientras la Administración buscaca contener la tormenta que siguió a su anuncio de que no publicaría archivos adicionales de la investigación de Epstein a pesar de haber prometido previamente que lo haría. El empresario está muerto está mientras Maxwell está entre rejas.
Epstein se suicidó a los 66 años en su celda de una cárcel federal en agosto de 2019, un mes después de su arresto por cargos de tráfico sexual, mientras que Maxwell, de 63 años, está cumpliendo una sentencia de prisión de 20 años impuesta después de su condena por tráfico sexual en diciembre de 2021 por atraer a niñas para que fueran abusadas sexualmente por Epstein.
Krissoff y Joshua Naftalis, fiscal federal de Manhattan durante 11 años antes de dedicarse a la práctica privada en 2023, dijeron que las presentaciones ante el gran jurado son deliberadamente breves. Naftalis explica que los fiscales del Distrito Sur presentan lo suficiente ante un gran jurado para obtener una acusación, pero «no va a ser todo lo que el FBI y los investigadores han descubierto sobre Maxwell y Epstein».
«La gente quiere el expediente completo, desde el tiempo que sea. Esto no lo es», dijo, estimando que las transcripciones, como máximo, probablemente suman unos pocos cientos de páginas. «No va a ser mucho», dijo Krissoff, estimando la extensión en tan solo 60 páginas «porque la práctica del Distrito Sur de Nueva York es presentar la menor cantidad de información posible al gran jurado». «Básicamente le están dando la acusación al gran jurado con cuchara. Eso es lo que vamos a ver”, dijo. “Simplemente creo que no va a ser tan interesante… No creo que sea nada nuevo», insiste.
Los exfiscales dicen que es poco probable que la transcripción del gran jurado sea larga. Coinciden en que los testigos del gran jurado en Manhattan suelen ser agentes federales que resumen sus entrevistas con los testigos.
Esa práctica podría entrar en conflicto con la percepción pública de algunos procedimientos ante grandes jurados estatales y federales, en los que los testigos que probablemente testifiquen en un juicio son llevados ante grandes jurados durante largos procedimientos previos a las acusaciones o cuando los grandes jurados se utilizan como una herramienta de investigación.
En Manhattan, los fiscales federales «están tratando de obtener un resultado particular, por lo que presentan el caso de manera muy resumida e informan al gran jurado lo que quieren que hagan», dijo Krissoff. Además, predijo que los jueces que presidieron los casos Epstein y Maxwell rechazarán la solicitud del Gobierno.
En el caso de Maxwell, la petición se encuentra ante la Corte Suprema de EEUU, por lo que no se han agotado las apelaciones. En el caso de Epstein, los cargos están relacionados con el caso Maxwell y está en juego el anonimato de numerosas víctimas que no han hecho pública su identidad, aunque Blanche solicitó que se protegiera la identidad de las víctimas. «Este no es un caso de hace 50, 60 u 80 años», señaló Krissoff. «Todavía hay alguien detenido».
De fondo
Citar «la intriga pública, el interés y el entusiasmo» sobre un caso probablemente no era suficiente para convencer a un juez de publicar las transcripciones a pesar de un fallo de 1997 del Segundo Circuito de la Corte de Apelaciones de Estados Unidos que decía que los jueces tienen amplia discreción y que el interés público por sí solo puede justificar la publicación de información del gran jurado.
Krissoff calificó de «increíblemente extraño» que los funcionarios del Departamento de Justicia de Washington presenten cada vez más solicitudes y argumentos directamente en el Distrito Sur de Nueva York, donde la fiscalía ha sido etiquetada durante mucho tiempo como el «Distrito Soberano de Nueva York» por su independencia de la influencia externa. «Que el fiscal general y el fiscal general adjunto se entrometan en un caso del SDNY es algo inaudito», sostiene.
Cheryl Bader, exfiscal federal y profesora de derecho penal de la Facultad de Derecho de Fordham, dijo que los jueces que presidieron los casos de Epstein y Maxwell podrían tardar semanas o meses en emitir su fallo. «Especialmente aquí, donde el caso involucra testigos o víctimas de abuso sexual, muchos de los cuales son menores de edad, el juez será muy cauteloso con lo que publique», dijo.
Bader dijo que no veía que la búsqueda del gobierno destinada a satisfacer el deseo del público de explorar teorías de conspiración «superara las nociones bien establecidas de proteger el secreto del proceso del gran jurado». «Estoy segura de que todos los fiscales de primera línea que realmente valoran el secreto y la relación especial que tienen con el gran jurado no están contentos de que el Departamento de Justicia le pida al tribunal que publique estas transcripciones», añadió.
Mitchell Epner, un exfiscal federal que ahora ejerce en forma privada, calificó los comentarios y la influencia de Trump en el caso Epstein como “sin precedentes” y “extraordinariamente inusuales” porque es un presidente en funciones.
Dijo que no era sorprendente que algunos ex fiscales estuvieran alarmados por el hecho de que la solicitud de revelar los materiales del gran jurado se produjo dos días después del despido de la fiscal federal adjunta de Manhattan, Maurene Comey, quien trabajó en los casos de Epstein y Maxwell.
«Si los fiscales federales tienen que preocuparse por las consecuencias profesionales de negarse a seguir la agenda política o personal de gente poderosa, entonces estamos en una situación muy diferente a la que he entendido que ha tenido el Departamento de Justicia federal durante los últimos 30 años de mi carrera», dijo.
Krissoff dijo que el ambiente incierto que hace que los fiscales actuales se sientan intranquilos es compartido por los empleados del gobierno con los que habla en otras agencias como parte de su trabajo en la práctica privada. «Lo que más oigo es que estamos en una época extraña. Las cosas no están funcionando como estamos acostumbrados», dijo.