Las imágenes satelitales revelan el plan nuclear de Rusia cerca de la frontera con Europa

Los recientes espisodios violentos entre Israel e Irán han provocado una fuerte subida en los precios del petróleo, una consecuencia que, según expertos, podría favorecer directamente a Rusia tanto económica como estratégicamente.

«Los fondos disponibles procedentes del petróleo en Rusia se pueden utilizar para reparar la economía del país, que se ha visto debilitada por la guerra en Ucrania», afirma a MTV Ilmari Käihkö, profesor asociado de ciencias militares. 

La prolongación del conflicto ucraniano ha erosionado los recursos financieros del Kremlin, cuya economía muestra signos de estancamiento. «Ya sabemos que Rusia ha agotado su fondo de emergencia«, añade Käihkö.

Durante la guerra en Ucrania, el petróleo ha representado hasta el 70% de los ingresos por exportaciones energéticas de Rusia. Por tanto, el aumento de precios en el mercado global podría traducirse en una inyección crucial de capital para Moscú, que podría usar esos ingresos para sostener su capacidad bélica.

Además del beneficio económico, el conflicto en Oriente Medio también podría ofrecer a Rusia una ventaja geopolítica. «A Rusia le interesa que la atención de la comunidad internacional se desvíe cada vez más de Ucrania hacia Oriente Medio debido al conflicto entre Israel e Irán», explica Käihkö. 

Ya se observó esta tendencia durante el estallido de violencia entre Israel y Hamás, cuando el foco político y militar de EEUU se inclinó hacia su aliado en Medio Oriente. «Está claro que para la administración estadounidense, por ejemplo, apoyar a Israel es una prioridad mayor que apoyar a Ucrania«, concluye.

Miedo a quedarse sin suministro

El aumento de los precios del crudo se debe al temor de interrupciones en el suministro, según Antti Saari, analista jefe del OP Bank Group. Aunque aún no hay escasez real, «la tentación de los países compradores de petróleo de comprar petróleo de Rusia puede aumentar», señala, refiriéndose a países como India y China.

Un punto crítico sería el estrecho de Ormuz. «Si este empieza a bloquearse repentinamente, el resultado podría ser un fuerte aumento de precios», advierte el profesor Kari Liuhto, aunque también reconoce que cerrarlo perjudicaría a Irán, cuya economía depende del petróleo.