El último vaivén de Donald Trump, que amenazó con un arancel del 30% a los productos europeos a partir del 1 de agosto en plenas negociaciones, dejó a la UE noqueada. En Bruselas no esperaban ese golpe del presidente de EEUU y algunos países, encabezados por Francia, hicieron sonar la voz de alarma al pedir un cambio en el método de negociación de la Comisión Europea, que había pasado a la pasividad ante todos los envites que llegaban de Washington. Cuando a la negociación le queda poco más de una semana de plazo, Bruselas y Washington avanzan hacia un acuerdo que supondría unos aranceles del 15%, muy por encima de las cifras que la UE estaba dispuesta inicialmente a aceptar.
La Comisión Europea ha informado a los embajadores de los 27 de la marcha de las negociaciones el mismo día en el que el comisario de Comercio, Maros Sefcovic, tenía pendiente una nueva llamada con su homólogo estadounidense, Howard Lutnick. La base de la negociación en este momento es que EEUU introduzca un arancel del 15% a las exportaciones europeas, según han adelantado Bloomberg y Financial Times y confirman a elDiario.es fuentes diplomáticas. La diferencia no sería mucha respecto a lo que ya se está aplicando, que es un 10% genérico (que se suma a la media del 4,8% anterior a la guerra comercial de Trump), aparte de los gravámenes del 50% al acero y el aluminio, y el 25% a los vehículos.
En principio, el 15% sería genérico y está por ver si se acordarán tasas distintas por sectores. La UE quería salvar sectores como el coche alemán o la industria aérea (Airbus).
A pesar de que continúan las negociaciones, los 27 se están preparando para el escenario plausible de que no haya acuerdo. La UE va adelantando el trabajo al preparar las represalias que, en principio, deberían ser recíprocas al golpe que provoque Washington al comercio europeo con sus aranceles. Pero ninguna de las propuestas que por ahora Bruselas ha puesto sobre la mesa llegan a ese mismo nivel.
De hecho, el precio de la negociación ha ido subiendo a medida que ha pasado el tiempo. La UE pretendía obtener un mejor acuerdo que el de Reino Unido, que fue de los primeros países en enterrar el hacha de guerra comercial con EEUU al aceptar un 10%, y entonces los países europeos estaban convencidos de poder lograr algo mejor. Ahora la cifra que está sobre la mesa es cinco puntos mayor. El umbral del 15% es el acuerdo que suscribieron EEUU y Japón este martes. No obstante, es muy inferior al 30% que planea ahora sobre la UE y que, en palabras de la Comisión Europea, sería “prohibitivo” para el comercio entre los dos bloques.
Aranceles por 93.000 millones
“Aunque nuestra prioridad son las negociaciones, seguimos preparándonos paralelamente para todos los resultados, incluidas posibles contramedidas adicionales”, explica el portavoz de Comercio, Ollof Gil. La Comisión Europea ha planteado a los estados miembros fusionar las dos listas de aranceles que ha elaborado durante estos meses, y que incluye un amplio abanico de productos: desde los aviones de Boeing hasta el whisky Bourbon. La decisión se votará este jueves.
Así, habrá un único listado a partir de los aranceles que ya están aprobados, por un valor de 21.000 millones de euros en respuesta al 25% que impuso Trump al aluminio y el acero. La otra lista está perfilada y se trata de un golpe de 72.000 millones de euros (se rebajó desde los 95.000 previstos inicialmente. “Para que nuestras contramedidas sean más claras, sencillas y contundentes, fusionaremos las listas 1 y 2 en una única lista y la someteremos a la aprobación de los Estados miembros”, señala el portavoz. Las contramedidas no entrarán en vigor hasta el 7 de agosto, aunque el margen para llegar a un acuerdo es el día 1.
La UE interpretó el nuevo vaivén de Trump, con una amenaza de un arancel “prohibitivo” del 30% como una forma de presión. Y se abrieron grietas respecto a la respuesta que debía dar dos meses agachando la cabeza ante cada golpe de Washington. Francia está empujando para que la UE eleve el tono y dé una señal de fortaleza. De hecho, los aranceles que afectarían a 93.000 millones de euros estarían aún muy por debajo del golpe que supondría para el comercio de la UE el arancel del 30% anunciado por Trump.
“La situación desde el sábado nos tiene que llevar a cambiar de método y tenemos que ser capaces de presentar de una manera concreta, a veces también de una manera muy clara, cuál es la capacidad de la Unión Europea para poner contramedidas sobre la mesa, para contraatacar y para que ese equilibrio de poder que quiere Estados Unidos y que no debe llevar a una guerra comercial que sería perjudicial para todos, lo entiendan también los europeos demostrando su capacidad de contraatacar”, dijo el ministro de Comercio francés, Laurent Saint-Martin, hace unas semanas.
Por lo que apuesta el Gobierno de Emmanuel Macron es por poner sobre la mesa todo el abanico de medidas con el que podría responder a un arancel del 30% por parte de EEUU. Y eso pasa por las contramedidas proporcionales, en forma de aranceles, pero también por medidas contra las ‘Big Tech’ o por el despliegue del denominado ‘bazuca’, el instrumento anticoerción contra el chantaje comercial, que contempla medidas como la restricción de importaciones o exportaciones e incluso la prohibición de que las empresas de ese país accedan a licitaciones públicas en el bloque comunitario.
La Comisión Europea aún no da ese paso, aunque sostiene que todas las opciones están sobre la mesa. Y el mensaje que ha enviado este miércoles, antes de la conversación de Sefcovic y su homólogo es que está trabajando en la posibilidad de que todo salte definitivamente por los aires. Cada vez más países, no obstante, son partidarios de utilizar esa herramienta anticoerción en caso de que no haya acuerdo, aunque enseñar las garras con ella ahora mismo solo es una propuesta de Francia, según fuentes diplomáticas.
Entre tanto, la UE sigue buscando fortalecer sus alianzas con otros socios comerciales. Los presidentes de la Comisión Europea y el Consejo Europeo, Ursula von der Leyen y António Costa, están en Japón, donde han relanzado el partenariado con ese país, que acaba de cerrar un acuerdo con Washington por el que los aranceles se quedan en el 15%. Von der Leyen ha felicitado al primer ministro por ese entendimiento y ha apuntado: “Colaboraremos más estrechamente para contrarrestar la coerción económica y hacer frente a las prácticas comerciales desleales”.