La UE pide a China reequilibrar su relación en una cumbre fría y marcada por la guerra comercial de Trump

Un socio, un competidor y un rival. La relación de la UE con China es tremendamente difícil y se encaja en ese triángulo incompatible. Los lazos existen y tienen una importancia sustancial al ser los principales socios comerciales. Cada día hay intercambios por un valor de 2.000 millones de euros entre los dos bloques, que este año celebran el 50º aniversario de sus relaciones diplomáticas. Para celebrarlo, Bruselas y Pekín organizaron una cumbre que se ha ido enfriando a medida que se ha ido acercando y que se ha celebrado en plena guerra comercial desatada por Donald Trump. Los aranceles de EEUU obligaron a la UE a mirar a China, pero la cita ha terminado en un cruce de reproches, sin acuerdos y con un comunicado conjunto circunscrito exclusivamente al clima y el compromiso con el Acuerdo de París.

La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha recriminado al presidente Xi Jinping el desequilibrio comercial que existe entre las dos potencias y que asciende a 300.000 millones de euros -se ha duplicado en los últimos años-. “Nuestra relación comercial actual necesita más equilibrio. El reequilibrio es una necesidad y también redunda en beneficio de una relación más sólida entre nosotros”, ha expresado en el encuentro con la cúpula del Gobierno chino.

¿Y qué ha pedido? Aumentar el acceso al mercado para las empresas europeas en China, limitar el impacto externo del exceso de capacidad y reducir los controles a la exportación. “En cada uno de estos temas, cuando no se aborden nuestras preocupaciones, nuestra industria y nuestros ciudadanos exigirán que defendamos nuestros intereses. Pero nuestra preferencia es siempre, como hacemos hoy, dialogar y encontrar buenas soluciones negociadas”, ha expresado la alemana.

Sin embargo, no ha encontrado al otro lado de la mesa ningún atisbo de dar pasos en esa dirección. El primer ministro chino, Li Qiang, aseguró que los dos bloques “no tienen conflictos fundamentales” y considera que “la cooperación es una opción natural”. Buenas palabras, pero la tensión se mantiene.

En los últimos años, la UE ha abierto decenas de investigaciones a China por competencia desleal en el comercio internacional. La más relevante es la que afecta a los vehículos eléctricos, que inundaron el mercado europeo gracias a las subvenciones que Pekín otorga a los fabricantes en ese país y que llevó a la imposición de aranceles de hasta el 37%. La última medida de la UE ha sido la restricción de la contratación pública de productos sanitarios chinos. Las compañías chinas no podrán acceder a adjudicaciones de los países europeos por encima de los cinco millones de euros como respuesta a la discriminación que hace ese país a los productos procedentes del club comunitario.

La cumbre se ha producido, por tanto, en un momento tenso en el que a la UE le preocupa, además, que la guerra comercial de Trump provoque un desvío de exportaciones chinas al mercado europeo que sea insostenible.

Pero el económico no es el único problema entre los dos bloques. La cercanía de China a Vladímir Putin es una de las principales preocupaciones de la UE. Y una de las razones por las que no ha sido posible emitir una declaración conjunta, que es una práctica habitual en este tipo de cumbres. Los dirigentes europeos sacaron el tema en Pekín.

“La UE subrayó que esta guerra de agresión no solo supone una amenaza existencial para Ucrania, sino también para la seguridad mundial. La UE reiteró que, como miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, China tiene la responsabilidad especial de defender el orden internacional basado en normas, la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional. La invasión de Ucrania por parte de Rusia es un claro ejemplo de su violación”, señala un comunicado difundido por la Comisión Europea.

“La UE reiteró su llamamiento a China para que no proporcione ningún tipo de apoyo material que sustente la base militar-industrial de Rusia. La UE animó a China a utilizar su influencia para apoyar una paz justa y duradera en Ucrania, basada en los principios de la Carta de las Naciones Unidas. La UE subrayó que el suministro de tropas y armas por parte de la República Popular Democrática de Corea en apoyo de la guerra de Rusia en Ucrania supone un riesgo considerable para la seguridad en Europa y en Asia Oriental”, agrega la nota.