La Unión Europea no quiere esperar al 1 de agosto para cerrar un acuerdo comercial con EEUU. Pese al nuevo plazo dado por el Gobierno de Donald Trump, desde Bruselas no miran más allá de este miércoles, 9 de julio, fecha inicialmente prevista como plazo máximo para evitar la entrada en vigor de los llamados ‘aranceles recíprocos‘.
Ha sido la Comisión Europea, a través del portavoz de Comercio, Olof Gill, quien ha dado confirmado que se trabaja «a toda máquina» para sellar el pacto antes del 9 de julio.
«Estamos en contacto con nuestros contrapartes estadounidenses al nivel político más alto. El contacto a nivel técnico también continúa. Estamos plenamente preparados para alcanzar un principio de acuerdo de aquí al miércoles y estamos trabajando a toda máquina para lograrlo», ha afirmado Gill en una rueda de prensa este lunes.
Sus palabras llegan horas después de que EEUU haya querido ampliar en cuatro semanas la fecha límite dada por Trump, que sigue moviendo constantemente sus amenazas y anuncios de aranceles al resto del mundo.
El propio presidente del país no ha dudado en apuntar «creo que tendremos a la mayoría de países el 9 de julio, o bien una carta o bien un acuerdo», si bien su secretario de Comercio, Howard Lutnick, añadía que sea lo que sea, los aranceles «entrarán en vigor el 1 de agosto».
Desde Bruselas insisten en que hay «avances» tanto a nivel técnico como político para lograr lo que consideran un «principio de acuerdo» antes de que acabe la ‘tregua arancelaria’, que en todo momento fijan en el 9 de julio. El portavoz ha avisado de que las negociaciones están en una fase «sensible» y que los negociadores trabajan «duro» para un acuerdo con el que «todos ganen» (win-win, en inglés) y no uno en el que «todos pierdan», según recoge Europa Press.
Bruselas, cuyo equipo negociador habla en nombre de los 27 en política comercial, informó el pasado viernes a los Estados miembro del estado de las conversaciones sin que hayan trascendido detalles, aunque se da por hecho que la posibilidad de un acuerdo para aranceles cero ya no está sobre la mesa porque Estados Unidos puja por mantener gravámenes clave.
De momento, Bruselas ya se habría movido de forma pública, mostrándose abierta a un acuerdo que protegiese especialmente las exportaciones europeas a EEUU en cuatro sectores clave, el farmacéutico, el del alcohol, el de los semiconductores y el de la aeronáutica.
En este contexto, ha añadido, la jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, habló este domingo por telefóno con el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, para hacer balance, aunque no se ha conocido hasta este lunes que la llamada tuvo lugar y Bruselas ha evitado dar detalles de su contenido o duración. La conversación entre ambos fue «buena», ha dicho otro portavoz de Von der Leyen, sin aportar más datos.
De este modo, el Ejecutivo comunitario defiende que sigue presionando para un acuerdo que ponga fin a los aranceles y evita responder a las informaciones que apuntan a que Estados Unidos plantea sobrecargos del 17% sobre determinadas producciones europeas, como las agrícolas.
Además, los servicios comunitarios siguen trabajando con todos los escenarios, incluidas medidas de represalia (la UE tiene en suspenso una primera ronda de contraaranceles y está finalizando una segunda lista), aunque insisten en que en este momento el foco está únicamente puesto en lograr un principio de acuerdo antes del miércoles.
«No vamos a comentar cartas que no hemos recibido, ni vamos a comentar declaraciones hechas por la Administración estadounidense. Seguimos trabajando con el plazo del 9 de julio y en ese marco siguen los contactos políticos y técnicos entre la UE y Estados Unidos», ha zanjado Gill.
En todo caso, la propia Von der Leyen admitió el pasado jueves que veía «imposible» llegar a un acuerdo «en detalle» antes del 9 julio, es decir, apenas 90 días después de iniciar las negociaciones, porque las relaciones transatlánticas entre la UE y Estados Unidos representan un «ingente» volumen de negocio —de 1,5 billones—. Por ello, abogó por cerrar un «principio de acuerdo» antes del miércoles, siguiendo el ejemplo de los pactos de Washington con Reino Unido y Vietnam.
En la batalla comercial lanzada tras su llegada a la Casa Blanca, Trump activó aranceles del 50% sobre el acero y el aluminio europeo, de otro 25% sobre las importaciones europeas de vehículos y piezas y anunció otro 20% masivo sobre la mayoría de producciones restantes procedentes de la UE.
Con la tregua anunciada hasta el 9 de julio para dar margen a la negociación, el presidente norteamericano mantuvo en realidad los gravámenes sobre acero, aluminio y coches, si bien redujo temporalmente del 20 al 10% los otros aranceles, a los que Estados Unidos se refiere como «recíprocos» aunque no lo sean.
También este lunes, el ministro de Economía, Comercio y Empresa, Carlos Cuerpo, ha avisado a su llegada a una reunión de ministros de Economía de la Eurozona de que aún habiendo un acuerdo de aquí al miércoles será «de principios» y serán necesarias después «semanas de negociación» para definir lo acordado.
«Sabemos todos que 90 días par un acuerdo comercial es un periodo muy corto», ha declarado Cuerpo a la prensa, después de recalcar que cualquier acuerdo que pueda darse estos días requerirá más negociaciones para «profundizar más» no sólo en lo que se refiere a los aranceles sino «a nivel sectorial», para garantizar un acuerdo equilibrado.