Naciones Unidas está considerando una reforma integral que fusionaría importantes departamentos y redistribuiría recursos a nivel mundial, según un memorando interno elaborado por altos funcionarios encargados de reformar el organismo mundial y difundido este viernes por Reuters.
Esta revisión de alto nivel se produce en un momento en que las agencias de la ONU se esfuerzan por hacer frente a las consecuencias de los recortes a la ayuda exterior de Estados Unidos bajo la presidencia de Donald Trump, que han desmantelado las agencias humanitarias.
El documento de seis páginas, marcado como «estrictamente confidencial» y revisado por Reuters, contiene una lista de lo que denomina «sugerencias» que consolidarían docenas de agencias de la ONU en cuatro departamentos principales: paz y seguridad, asuntos humanitarios, desarrollo sostenible y derechos humanos.
Según una opción, por ejemplo, los aspectos operativos del Programa Mundial de Alimentos, la agencia de la ONU para la infancia, la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la agencia de la ONU para los refugiados se fusionarían en una sola entidad humanitaria. El memorando contiene una serie de sugerencias, algunas importantes, otras menores, algunas especulativas, que, de adoptarse en su totalidad, representarían las reformas más radicales en décadas.
Sugiere fusionar la agencia de la ONU contra el SIDA con la OMS y reducir la necesidad de hasta seis traductores en las reuniones. Otra sugerencia propone fusionar la Organización Mundial del Comercio -que no es una entidad de la ONU- con las agencias de desarrollo de la ONU.
«Desafíos sistémicos»
Un funcionario familiarizado con el memorando lo calificó como un «punto de partida». Sin embargo, el lenguaje de la autoevaluación interna parece confirmar lo que tanto partidarios como críticos del organismo mundial llevan tiempo diciendo: que la ONU necesita una racionalización. En una serie de observaciones, el memorando se refiere a la «superposición de mandatos», el «uso ineficiente de recursos», la «fragmentación y la duplicación» y señala una sobrecarga de puestos directivos.
Describe los «desafíos sistémicos» que enfrenta la ONU, problemas que se agravan a medida que la Asamblea General continúa añadiendo misiones y programas. «El aumento de mandatos, a menudo sin estrategias de salida claras, y las complejidades han provocado importantes solapamientos, ineficiencias y un aumento de los costos», afirma el documento.
El memorando fue elaborado por un grupo de trabajo designado en marzo por el secretario general António Guterres, quien afirmó entonces que el organismo necesitaba ser más rentable.
El grupo de trabajo, que considera cambios estructurales a largo plazo, se suma a los esfuerzos de reducción de costos a corto plazo. Algunos diplomáticos han descrito la iniciativa como una medida proactiva para ayudar a prevenir recortes más profundos por parte de Estados Unidos.
«El memorando es el resultado de un ejercicio para generar ideas y reflexiones de altos funcionarios sobre cómo hacer realidad la visión del Secretario General», declaró el portavoz de Guterres, Stéphane Dujarric.
Guterres lleva mucho tiempo abogando por la reforma de la ONU. Durante una reunión con Trump en 2017, el Secretario General le dijo al presidente estadounidense que el organismo mundial estaba agobiado por «estructuras fragmentadas, procedimientos complejos y una burocracia interminable».
Pero ahora se enfrenta a una de las mayores crisis financieras de sus 80 años de historia. A principios de año, Estados Unidos, con diferencia el mayor donante de la ONU, ya tenía un atraso de aproximadamente 1.500 millones de dólares en pagos obligatorios para el presupuesto ordinario y 1.200 millones de dólares en atrasos para las operaciones de mantenimiento de la paz. Desde que Trump asumió el cargo en enero, ha recortado miles de millones de dólares adicionales en ayuda exterior como parte de su política exterior de «Estados Unidos Primero».
Recortes y cambios
El memorando del grupo de trabajo no menciona a ningún país por su nombre, pero señala claramente que «los cambios geopolíticos y las reducciones sustanciales en el presupuesto de ayuda exterior están poniendo en entredicho la legitimidad y la eficacia de la Organización».
Entre los impactos: la oficina humanitaria de la ONU, que enfrenta un déficit de 58 millones de dólares, ha recortado el 20% de su personal. UNICEF proyecta que su presupuesto se reducirá en un 20% y la agencia de migración de la ONU espera una caída presupuestaria del 30%, lo que afectará a 6.000 empleos.
Los recortes están «teniendo un impacto inmediato y devastador», declaró el lunes Bob Rae, embajador de Canadá y presidente del Consejo Económico y Social de la ONU.
«Lo que está sucediendo es terrible: estamos recortando las raciones en los campos de refugiados», dijo Rae. El memorando también sugiere reubicar a parte del personal de la ONU desde ciudades más caras a lugares más económicos, y fusionar las operaciones en Roma. Otro memorando interno más breve, enviado a altos funcionarios de la ONU la semana pasada y visto por Reuters, les indicaba que prepararan, para el 16 de mayo, una lista de trabajos que podrían realizarse fuera de Nueva York o Ginebra.
«Debemos tomar medidas audaces e inmediatas para mejorar nuestra forma de trabajar, maximizando la eficiencia y reduciendo costos», decía el segundo memorando. Cientos de empleados de la ONU protestaron por la pérdida de empleos en Ginebra el 1 de mayo.
El personal que apoya directamente a la Asamblea General y al Consejo de Seguridad de la ONU en Nueva York permanecería, decía el primer memorando.