«Estoy decepcionada», contaba Montse Tomé, ex seleccionadora nacional de fútbol femenino, sobre lo ocurrido las últimas horas con su despido y la manera de hacerlo. Se quejaba la entrenadora especialmente del presidente, que le faltó claridad en su mensaje y, sobre todo, que dice que le prometió la continuidad.
Desde la Real Federación Española de Fútbol niegan que Rafael Louzán asegurara la continuidad de la técnico ovetense. Cuentan que el presidente ha hablado muchas veces con ellas, una de las últimas, en Caldas, en la concentración de los árbitros en la localidad asturiana.
Fuentes del organismo aseguran que nunca se le prometió a Montse la renovación si pasaba de cuartos de final del Europeo. Apelan a la personalidad del presidente, siempre muy cercano y afectuoso, respecto a la teórica «falta de claridad» a la que aludió la ex seleccionadora en la entrevista que concedió al Larguero en la noche del martes al miércoles y que pudo malinterpretar la conversación con el máximo mandatario de la federación.
Lo que se traduce de la entrevista de la entrenadora y de las fuentes consultadas por EL MUNDO es que la relación con la directora de fútbol, Reyes Bellver, no era la mejor. «Es cierto que desde que ella entra, tampoco es que tenga mucho o haya realizado mucho trabajo con lo que es el 100 % de la selección porque ahí el trabajo lo he realizado con mi equipo técnico y con todo mi ‘staff'», apuntó la ovetense.
No obstante, Tomé nunca entró en los planes de la máxima mandataria del fútbol femenino español y su salida era cuestión de tiempo, que se justificó con la derrota en la final del Europeo en Suiza ante Inglaterra.
En la Federación entienden que la ex seleccionadora esté dolida con lo ocurrido y comprenden que la entrenadora busque culpables, pero no quieren entrar en una guerra de mi palabra contra la tuya y descartan cualquier futuro juntos, al menos durante un tiermpo inmediato.