La Ciudad del Espacio de Ricardo Bofill, insólita utopía hippie del franquismo

Atlas of never built architecture, el atlas de la arquitectura nunca construida (recién publicado por Phaidon), es uno de esos libros grandes y suntuosos que no construyen ninguna tesis pero que cuentan mucho de la historia del hombre, esta vez a través de dos centenares de proyectos frustrados de los siglos XX yXXI. Desde el Palacio de los Soviets de Moisei Ginzburg en el Moscú de Stalin hasta el nuevo centro de Bagdad de FrankLloyd Wright, el conjunto es un poco aleatorio pero a veces también es gracioso cuando habla de los delirios de grandeza y las extravagancias de sus autores. Otras veces, en sus mejores páginas, es melancólico.

Hay seis proyectos españoles en la selección (en realidad, hay más proyectos, obras de los arquitectos republicanos en el exilio latinoamericano y alguna aparición de Santiago Calatrava en EEUU): un rascacielos de Alberto Campo Baeza, un museo vinivitícola de Tuñón y Mansilla, un club de tenis estilo Bauhaus en Barcelona… Pero los ojos se van sin remedio a la Ciudad del Espacio de Ricardo Bofill en Moratalaz, una leyenda en la historia de la contracultura en España que en los últimos 10 años ha pasado del olvido a aparecer en investigaciones académicas, películas y exposiciones de arte contemporáneo. La muerte de Bofill en 2022 y su amnistía tras años de desdén han renovado la fascinación por la obra.

¿Qué se debe saber sobre la Ciudad del Espacio? Primero, que no nació como un ensayo teórico sino que se concibió para ser construida en el simbólico 1968.

Bofill ya representaba entonces el molde del artista contracultural en España gracias a proyectos como el Barrio Gaudí de Reus y la Muralla Roja de Calpe. Y en 1968, precisamente en Reus, Bofill, el hippie, conoció a Vicente Mortes, futuro ministro de Vivienda. En principio, aquellos dos hombres no tenían nada que ver. Bofill era un burgués barcelonés y sesentayochista que se rodeaba de filósofos marxistas como Henri Lefebvre. En cambio, Mortes era hijo de un albañil valenciano, había estudiado Caminos y era miembro del Opus Dei.

En realidad, no estaban tan lejos: los dos tenían una fe sin grietas en la tecnología casi como un bien moral. Y Bofill, entonces secretamente, también admiraba el lenguaje de la publicidad y de la comunicación corporativa, los códigos de la tecnocracia a la que pertenecía Mortes.

Bofill gustó a Mortes y Mortes consiguió para Bofill una parcela de 114.700 metros cuadrados en un secarral a la salida de Madrid que el plan metropolitano de los años 50 había reservado para viviendas sociales. El encargo preveía 1.460 pisos, muchísimos para una España en la que nunca hubo grandes banlieues a la francesa.

Bofill, pese a su imagen antisistema, tenía un método y una idea muy precisos. La idea era dar una solución de vivienda a gran escala sin la tendencia a la monotonía y la alienación de la arquitectura industrial del sigloXX. El método consistía en crear una malla geométrica y aplicarla sobre la parcela. Y, en ella, trabajar con unas unidades prefabricadas, unas células cúbicas que. al combinarse, crearían infinitas situaciones flexibles e imprevisibles. Como una casba árabe hecha con piezas de tetris.

El proyecto se redactó minuciosamente y salió a la venta como una promoción del Estado. Bofill, que era un vendedor nato y a veces echaba faroles, dijo que habían 10.000 solicitudes para las 1.460 unidades. Pero en su éxito estuvo su condena: Vicente Mortes, representante de los modernizadores de la dictadura, estaba enfrentado al alcalde de Madrid, Carlos Arias Navarro, que pertenecía al viejo franquismo de 1936. Ramon Faura, arquitecto y profesor en Reus yBuenos Aires, sostiene que Urbis, la promotora que construía en las parcelas vecinas, también saboteó el proyecto junto al alcalde, que usó como excusa una fiesta de presentación que hoy pasaría por una rave y que algún día saldrá contada en un libro. La licencia municipal nunca llegó, pese a que Bofill perseveró hasta 1975. Su estudio tenía una participación en el proyecto empresarial de la Ciudad del Espacio.