Israel sólo deja pasar 73 camiones a Gaza: las fases del hambre avanzan a pasos agigantados

Los anuncios de Israel sobre «pausas tácticas humanitarias» y la entrada de ayuda y bienes básicos en Gaza han quedado en postureo. Son medidas limitadas, de impacto irrisorio, maquillaje ante un posible crimen de guerra que no está resolviendo el problema del hambre. Tras los titulares, los gazatíes siguen muriendo de desnutrición, porque las fases de la degradación son rápidas y profundas, porque lo que está entrando es una gota en un océano. 

Tan sólo 73 camiones con alimentos y material sanitario entraron a Gaza a lo largo del domingo, el primer día de las citadas pausas para permitir un mayor acceso de bienes. Son datos del Gobierno de Gaza. La mayoría de los vehículos fueron asaltados, porque la desesperación es tal que hace incapaz la espera.  «La realidad es espantosa: sólo han entrado 73 camiones en el norte y el sur de Gaza, la mayoría de los cuales han sido saqueados bajo la atenta mirada de la ocupación israelí y sus drones, en un claro intento de impedir que la ayuda llegue a los centros de distribución», denunció el Ejecutivo gazatí, informa EFE. 

Los camiones no llevan seguridad, pasan por rutas inseguras y las personas necesitadas y hambrientas los asaltan. Se sabía que iba a pasar. Estos incidentes no ocurrían cuando se usaban vías seguras, por ejemplo, de organismos y agencias de Naciones Unidas, vetadas ahora en la zona por el Gobierno de Benjamin Netanyahu

Además, el Gobierno de Hamás ha denunciado que las tres operaciones de lanzamiento de ayuda desde el aire autorizadas a países como Emiratos Árabes Unidos o Jordania, «que no han supuesto más que el equivalente a dos camiones», cayeron en zonas declaradas como de combate por el Ejército israelí e inaccesibles por motivos de seguridad para los civiles. «Lo que hace que la ayuda sea totalmente inútil desde el punto de vista humanitario», lamentó.

El domingo, EFE pudo atestiguar la entrada de unos 35 camiones del Programa Mundial de Alimentos (WFP, por sus siglas en inglés) a través del cruce fronterizo de Zikim (norte), todos ellos asaltados. Fuentes locales aseguraron que también accedieron a Gaza unos 25 camiones de la Media Luna Roja egipcia, que había enviado originalmente al paso de Rafah (en la frontera entre la Franja y Egipto) un convoy con unos 100 vehículos.

Estas mismas fuentes aseguraron que entre los 73 camiones que entraron a Gaza hay también un convoy perteneciente a World Central Kitchen (la ONG del chef español José Andrés) y otros camiones comerciales (de carácter privado y no asociados a la cooperación). Estos últimos camiones del sector privado sí suelen contar con seguridad.

«La única solución real recae en la apertura incondicional e inmediata de todos los cruces, que se levante el bloqueo ilegal y la entrada urgente de comida y fórmula para bebés antes de que sea demasiado tarde», añadió el comunicado del Gobierno.

Y es que antes de esta guerra, respuesta de Israel a los atentados de Hamás del 7 de octubre de 2023 en los que fueron asesinados 1.200 israelíes, más 250 secuestrados, la entrada de camiones en Gaza era de 500 o 600 diarios. Entonces, la zona estaba controlada y bloqueada por tierra, mar y aire por Israel, desde el año 2007, cuando Hamás tomó el poder tras ganar las elecciones. La cifra, que ya entonces se consideraba insuficiente y que Tel Aviv controlaba caloría a caloría precisamente para que no se le acusara de matar de hambre a los palestinos, sirve para comparar, en un tiempo en el que no había la destrucción actual. 

La desnutrición avanza

Hoy, el 96% de la población en la Franja de Gaza -unos 2,15 millones de personas- pasa hambre de forma severa o aguda, según un informe de la Clasificación Integrada de la Seguridad Alimentaria (CIF) en colaboración con la ONU, que señala, además, que casi medio millón de gazatíes «pasa días enteros sin comer». Son datos de ayer mismo. Hay unas 90.000 mujeres y niños ya gravemente desnutridos. Para septiembre, advierte, alrededor de medio millón de personas enfrentarán «hambre catastrófica».

El número total de víctimas por escasez de alimentos y productos básicos desde el inicio de la ofensiva israelí contra la Franja se eleva a 127, de las cuales 85 eran niños, y según Hamás entre 40.000 y 60.000 niños podrían morir en «cuestión de días» por el desabastecimiento.

Las estadísticas no incluyen a los cientos de personas que se desmayan por las calles, incapaces de seguir en pie, por falta de alimentos. Y es que las fases del hambre, esa maquinaria implacable, no se detiene con 73 camiones. Hace falta mucho más, hace falta ayuda mucho más rápida. La ONG Médicos Sin Fronteras (MSF) ha difundido un vídeo en el que Abu Abed Moughaisib, su coordinador médico en Gaza, explica paso a paso qué le ocurre al organismo cuando no come. «Así es cómo el hambre destruye tu cuerpo», arranca. «En las primeas seis a 24 horas, el azúcar en sangre desciende. El cuerpo quema el glucógeno para mantenerse con vida», avanza. 

«De uno a tres días, ya no hay glucógeno. La grasa se convierte en cetonas para alimentar el cerebro. El cuerpo está ahora en modo de supervivencia», indica. «De tres a cinco días, los músculos comienzan a descomponerse. El cuerpo sacrifica su propio tejido, incluso el corazón, sólo para sobrevivir», expone. «Es cuando los niños dejan de llorar», desvela en su terrorífico mensaje, en el que el doctor confiesa que nunca pensó que iba a experimentar algo así en su vida. 

Explica que lleva meses sobreviviendo con una comida al día, que ha pasado a ser una cada dos días, por el agravamiento de la situación, después de que Israel bloquease el acceso de la ayuda en marzo, tras la fallida última tregua. Y no es porque no se lo pueda permitir, sino porque «no hay nada que comprar». «Los mercados están completamente vacíos», describe. También cuenta cómo los conductores de ambulancia, por ejemplo, que llevan a las personas desnutridas a los centros médicos también están ya sufriendo esa misma necesidad. «Se espera de nosotros que salvemos vidas, mientras las nuestras se consumen lentamente». Israel ataca la vida, pero también «la dignidad y la humanidad». 

Las medidas estéticas

Israel anunció el domingo el inicio de «pausas tácticas» de los combates en una franja junto a la costa gazatí de 10.00 a 20.00 hora local (una hora por delante de Madrid) por «propósitos humanitarios». La dinámica se repetirá hoy. También dijo que garantizaría la seguridad de varias rutas de 6.00 a 23.00 para facilitar el paso de los camiones de las organizaciones internacionales con ayuda.

Preguntado por EFE, el Ejército no ha aclarado cuáles son dichas rutas. Sin embargo, las tropas abrieron fuego contra la población en el cruce de Zikim cuando esperaban el acceso de ayuda dentro de las horas establecidas, causando en torno a una decena de fallecidos, según las autoridades sanitarias locales.

El primer ministro de Israel, Netanyahu, dice que es una «mentira descarada» que se acuse a su Gobierno de «aplicar una campaña de hambre en la Franja de Gaza».  «No hay ninguna política de hambre en Gaza, y no hay hambre en Gaza. Permitimos que la ayuda humanitaria entre en Gaza durante toda la guerra; de lo contrario, no habría habitantes en Gaza», ha afirmado el mandatario israelí en un encuentro con la pastora evangélica y responsable de la Oficina de Fe de Estados Unidos -creada bajo el actual mandato del presidente Donald Trump-, Paula White-Cain.

En su entrevista, en la que ha afirmado «haber permitido que entre la cantidad exigida por el derecho internacional», ha culpado a Hamás de «robar la ayuda humanitaria y acusar a Israel de no suministrarla», a la vez que ha señalado a las organizaciones humanitarias y a Naciones Unidas por, supuestamente, no entregar alimentos en el enclave palestino a causa de los combates.