Iberdrola ha denunciado ante un tribunal internacional de arbitraje al gigante estadounidense GE Gernova, una de las escisiones de la histórica multinacional General Electric, para reclamarle una indemnización millonaria por los “relevantes daños y perjuicios” que le ocasionó un fallo en un interruptor suministrado por esa empresa en 2021 que obligó a parar durante un mes la central nuclear de Cofrentes (Valencia) en 2022, en plena crisis de precios de la luz.
La avería de ese interruptor y la consiguiente parada de Cofrentes, la única central nuclear que es 100% propiedad de Iberdrola, se produjo el 12 de marzo de 2022, en plena crisis de precios de la luz. Una semana antes, el precio medio horario de la electricidad en el mercado mayorista español había batido un récord histórico, con 544,98 euros el megavatio/hora (MWh), tras la invasión rusa de Ucrania unas semanas antes.
El componente de GE que falló fue un interruptor de generación de la central que había sido sustituido solo unos meses antes, en la parada por recarga de noviembre de 2021. Este dispositivo permite alimentar la planta desde la red eléctrica exterior de forma inmediata cuando se produce la parada automática (lo que se conoce como disparo) del generador del reactor.
Tras la parada por el fallo de ese dispositivo suministrado por GE, la planta de Cofrentes no pudo volver a conectarse a la red eléctrica hasta un mes después, el 12 de abril de 2022, en un periodo en el que el precio medio diario del conocido como ‘pool’ rozó los 230 euros/MWh, el triple de lo normal hasta esa crisis energética.
Fuentes de Iberdrola no precisan el importe de la indemnización que reclaman en este litigio. “El procedimiento de arbitraje está sujeto a confidencialidad, por lo que no podemos relevar los datos económicos de la reclamación, ni los fundamentos o motivos de la reclamación”, indicó un portavoz de la primera eléctrica española.
En documentación oficial, Iberdrola asegura que el fallo de ese interruptor le ocasionó “relevantes daños y perjuicios” y que “una vez agotada la vía de negociación amistosa”, inició el 9 de febrero de 2023 un arbitraje ante la Corte Internacional de la Cámara de Comercio Internacional (CCI), cuya sede central está en París, frente al suministrador de ese componente, GE Grid Solutions SA, “reclamando el importe de los daños”.
GE Grid Solutions SA es una empresa especializada en equipos y soluciones para redes eléctricas de altas tensión que General Electric creó tras comprar una filial de la francesa Alstom en 2015. Actualmente, esa empresa española cuelga de GE Vernova, formada en abril de 2024 a partir de la escisión del negocio de electrificación y descarbonización de General Electric.
GE Vernova es un gigante cotizado en la bolsa estadounidense. Tiene un valor bursátil de cerca de 170.000 millones de dólares, ingresos de unos 35.000 millones de dólares en 2024, una cartera de pedidos de 119.000 millones de dólares, presencia en más de un centenar de países y unos 75.000 empleados en todo el mundo (de ellos, 2.700 en España, donde cuenta con seis centros productivos y cinco centros de servicios).
Con una argentino-española en su cúpula (Maví Zingoni, ex directiva de Repsol y actual consejera delegada del negocio energético de GE Vernova), actualmente la tecnología de la compañía estadounidense está presente en la generación del 25% de la electricidad de todo el mundo y cerca del 30% en Europa. Últimamente GE Vernova ha puesto el ojo en los centros de datos y en el desarrollo de reactores nucleares de pequeño tamaño (SMR, por sus siglas en inglés).
General Electric ha sido un proveedor histórico de Iberdrola, como suministrador de turbinas de gas o de componentes de eólica marina. Es el caso de su emblemático proyecto de eólica offshore Vineyard Wind 1, en Estados Unidos.
En este caso también se produjo recientemente el fallo de un componente suministrado por GE Vernova: en julio de 2024, la pala de un aerogenerador acabó cayendo al océano y llegó a la costa. El incidente propició que la Oficina de Seguridad y Cumplimiento Ambiental de Estados Unidos (BSEE) ordenara paralizar de forma inmediata la producción de energía del parque y la instalación de nuevas turbinas eólicas en el emplazamiento, a la espera de una investigación. La suspensión estuvo vigente hasta el pasado 17 de enero, tal y como explica GE Vernova en sus últimas cuentas.
Por su parte, la española GE Grid Solutions SA incluye en sus últimas cuentas remitidas al Registro Mercantil (2023), disponibles a través de Insight View, una referencia a un “proceso litigioso” iniciado por un cliente en España, al que no identifica, “por defectos en la realización de trabajos”. Su auditor, Deloitte, considera que la provisión incluida para cubrirse de ese riesgo es insuficiente y ha incluido por ello una salvedad en su auditoría.
En sus cuentas de 2022, la filial nuclear de Iberdrola ya explicó que a causa del fallo de ese interruptor (cuya sustitución en 2021 tuvo un coste de 3,6 millones), tuvo que abonar a otra filial del grupo, Iberdrola Clientes, 97,6 millones “en concepto de penalización por el periodo que la planta de Cofrentes estuvo parada”.
Permiso del CSN
Para poder volver a poner la planta en marcha, fue necesario que el pleno del Consejo de Seguridad Nuclear (CSN) aprobara una modificación de diseño de las especificaciones técnicas de funcionamiento de la central de Cofrentes.
En concreto, el regulador nuclear acordó en abril de 2022 permitir a la nuclear valenciana volver a arrancar sin tener operativo ese interruptor, pero durante un tiempo “limitado”: hasta que pudiera volver a disponer de uno nuevo, algo que entonces se estimó que tardaría entre 12 y 18 meses. En concreto, hasta la siguiente parada por recarga de combustible, que Cofrentes inició en octubre de 2023, cuando pudo por fin sustituir ese componente.
Las cuentas de Iberdrola Generación Nuclear reflejan que en 2024 volvió a anotarse importantes beneficios: 277 millones de euros de ganancias. Esta filial ha declarado entre 2021 y 2024 unos beneficios conjuntos de cerca de 1.270 millones. Su mejor año fue 2021, cuando el precio de la luz comenzó a dispararse y el beneficio de esta filial alcanzó los 574 millones en un solo ejercicio.
La filial puso fin ese año a las pérdidas que venía registrando de forma constante desde su creación a finales de 2012, con unos números rojos acumulados de 1.094 millones en casi una década. Un quebranto que ya ha borrado de sobra con todo lo ganado en los últimos cuatro ejercicios.
Su peor año fue 2020. Con los precios del ‘pool’ en mínimos históricos a causa del coronavirus, la gran reclusión y la caída a plomo de la demanda eléctrica, Iberdrola Generación Nuclear registró ese año un quebranto de 240 millones.
Esas pérdidas históricas se sellaron solo unos meses después del acuerdo que las eléctricas alcanzaron en 2019 con el Gobierno para el calendario de cierre progresivo de las nucleares a partir de 2027, que ahora las compañías pretenden revisar, aunque exigen una rebaja de impuestos y tasas al sector a la que el Gobierno se niega.