Desde que estallara la guerra en Ucrania en 2022, las sanciones occidentales a Rusia han sido una constante que ha ido mermando poco a poco a la economía de Moscú aunque no hasta el punto que la Unión Europea y EEUU pretendían. Sin embargo, ahora Europa se enfrenta a un problema que mantiene a la Unión en una disyuntiva complicada.
Y es que, al tiempo que han ido implementando sanciones, la realidad es que la dependencia energética de Rusia ha dejado en las arcas del Kremlin más de 200.000 millones de euros desde 2022 procedentes de la UE. Ahora, Bruselas pretende dar un paso más allá para reducir esta dependencia de la tecnología nuclear rusa y con ello poder dar un paso más en su camino hacia la ruptura total con Moscú. Pero esto no será tan fácil.
Si se miran los datos del 2024, la UE pagó a Rusia un total de 22.000 millones de euros a cambio de importaciones de carbón y petróleo, mientras que de esa cantidad, ‘solo’ 700 millones se correspondían con la compra de combustible nuclear por parte de Europa. Sin embargo, desde Europa se ha advertido un corte repentino de las importaciones nucleares de Moscú supondrían un grave problema para la seguridad energética de la Unión, por lo que tomar una decisión de este calado podría costar muy caro para Europa, tal y como apunta el Financial Times, citando fuentes gubernamentales.
“Técnicamente hablando, la cadena de suministro de uranio es muy compleja”, aseguró Ben McWilliams, investigador asociado en clima y energía de Bruegel. Por lo que la decisión más lógica para él sería una eliminación gradual. Y es que, en total, Rusia aporta entre un 20 y un 25% de su uranio natural a Europa, además de lo que los reactores de la UE se nutren en gran medida de repuestos rusos.
De acuerdo con la información aportada por la Comisión Europea, el sector nuclear energético debería estar libre de importaciones rusas para la década de 2030, aunque para conseguir ese objetivo, sería necesaria una inversión de 241.000 millones de euros para desarrollar la cadena de suministro nuclear nacional.
Con este asunto sobre la mesa, los ministros de la UE discutirán las inversiones nucleares en una reunión el próximo lunes y todo esto en un contexto en el que Europa se está interesando mucho más por la energía nuclear que en los últimos años, por lo que el Viejo Continente se enfrenta a una reestructuración total de sus sistemas de suministro en este sentido, pese a la oposición de Hungría y Eslovaquia.