Estados Unidos y China negociarán en Suiza cómo rebajar tensiones en plena guerra arancelaria

El secretario del Tesoro de Estados Unidos, Scott Bessent, ha anunciado este martes que mantendrá reuniones con una delegación china este fin de semana en Suiza, en un intento por enfriar el conflicto arancelario que enfrenta a las dos mayores economías del mundo. Las conversaciones se celebrarán el sábado y el domingo, aunque aún no se ha cerrado el orden del día.

“Hemos acordado hablar el sábado y el domingo y decidiremos de qué hablar. Tengo la sensación de que se tratará de desescalar, no del gran acuerdo comercial, pero tenemos que desescalar antes de poder avanzar”, ha afirmado Bessent en una entrevista concedida a la cadena Fox News. La cita en suelo suizo se perfila como el primer contacto formal desde que se disparó la guerra comercial, marcada por una espiral de aranceles y amenazas cruzadas.

Junto a Bessent viajará el principal negociador comercial del Gobierno de Donald Trump, Jamieson Greer. Ambos partirán este jueves rumbo a Ginebra, donde también se reunirán con la presidenta suiza, Karin Keller-Sutter, para abordar posibles acuerdos bilaterales centrados en la reciprocidad comercial. Washington no ha detallado quién acudirá por parte de Pekín, aunque todo apunta a que será el viceprimer ministro He Lifeng, considerado el zar económico del país y máximo responsable de las negociaciones internacionales.

Un juego de presiones cruzadas con impacto global

La noticia de las conversaciones, que se conoció el martes por la noche, ha tenido un efecto inmediato en los mercados. Los futuros de Wall Street han subido con fuerza tras dos jornadas de caídas provocadas por la incertidumbre que rodea la política comercial de Trump. Los contratos del S&P 500 han repuntado cerca de un 1% nada más reanudarse las operaciones, aliviando parcialmente la presión que sufrían los inversores.

La cita en Suiza llega en plena ofensiva arancelaria del presidente estadounidense. Desde el 2 de abril, Trump ha ido encadenando nuevas tasas a casi todos sus socios comerciales, con un 10% generalizado y subidas previstas a partir del 9 de julio. A eso se suma un 25% sobre automóviles, acero y aluminio, y un castigo del 145% a las importaciones chinas. También ha impuesto un 25% de gravamen a productos de Canadá y México.

China ha respondido endureciendo sus aranceles hasta el 125% para los productos estadounidenses, aunque ha introducido algunas exenciones. Mientras tanto, la Unión Europea se prepara para posibles represalias. Un alto funcionario comunitario ha confirmado este martes que Bruselas contempla medidas si no se cierra un pacto con Washington. Además, varios países han empezado a moverse para estrechar lazos comerciales con el bloque europeo.

EEUU negocia con otros 17 socios

Bessent ha comparecido este martes ante el Congreso, donde ha asegurado que la Administración Trump está negociando con 17 grandes socios comerciales, aunque todavía no ha incluido a China en ese grupo. Algunos de esos acuerdos podrían anunciarse en los próximos días, según el secretario del Tesoro. Por su parte, Trump ha asegurado que revisará todas las propuestas junto a su equipo en las dos próximas semanas, antes de decidir cuáles acepta. El comentario ha vuelto a generar nerviosismo entre los inversores.

Las agencias estadounidenses han evitado calificar la reunión de este fin de semana como el inicio oficial de negociaciones. El clima entre Washington y Pekín sigue enrarecido, con las dos partes inmersas en un pulso de desgaste donde nadie quiere ceder el primer paso. La dinámica ha provocado un terremoto en las cadenas de suministro globales y ha arrastrado a otras economías a una espiral de incertidumbre.

Bessent ha aprovechado para lanzar un mensaje político. “El presidente Donald J. Trump lidera el camino dentro y fuera del país hacia una América más fuerte y próspera”, ha señalado en un comunicado. “Espero unas conversaciones productivas mientras trabajamos para reequilibrar el sistema económico internacional en favor de los intereses de Estados Unidos”.

Los efectos de esta guerra comercial ya se notan con fuerza en los indicadores macroeconómicos. El Departamento de Comercio ha informado este martes de que el déficit comercial estadounidense alcanzó un nuevo récord en marzo, impulsado por un aumento de las importaciones. Las farmacéuticas, en particular, han acelerado compras para adelantarse a los aranceles anunciados por Trump, lo que ha disparado las cifras de entrada de medicamentos.

El impacto ha sido inmediato sobre el crecimiento. El PIB de Estados Unidos ha caído en el primer trimestre de 2025, algo que no sucedía desde hace tres años. Bessent ha reconocido que los niveles actuales de aranceles entre Washington y Pekín son insostenibles y equivalen, en la práctica, a un embargo comercial encubierto.