Las autoridades españolas han accedido a entregar a Perú al autor de uno de los atracos más famosos de la historia del país: José Juan Martínez, conocido como ‘el Rubio’ y el líder del asalto al Banco Central en Barcelona en 1981. Martínez, que ya cumplió condena por ese atraco, será transportado a Lima en un avión a sus 69 años después de que las autoridades peruanas le hayan acusado de traficar con droga en ese país en 2008. Su defensa y su familia niegan los hechos que los jueces y la Fiscalía dan por buenos: aseguran que nunca ha estado en Perú, alegan que ha sufrido un infarto y su salud está en peligro y defienden que la única prueba contra él es la declaración del recepcionista de un hotel en Lima.
José Juan Martínez (Almería, 1956), conocido popularmente como ‘el Rubio’, fue condenado como máximo responsable del asalto al Banco Central en la Plaza de Catalunya de Barcelona el 23 de mayo de 1981. Un asalto protagonizado por una docena de personas armadas que retuvieron a unos 300 rehenes durante más de un día hasta la detención de varios de los atracadores.
La cercanía con el golpe de Estado fallido del 23 de febrero de ese mismo año y la petición de los atracadores de que Antonio Tejero y otros golpistas fueron liberados alimentaron todo tipo de teorías sobre el objetivo real del atraco. Algunas difundidas por el propio Martínez: “Yo mismo saqué del Banco Central los documentos que implicaban al rey en el 23-F”, dijo en una entrevista hace tres años. Se le atribuyeron más atracos, muchos en el País Vasco donde ha residido en los últimos años, que él siempre ha negado.
Martínez fue condenado a 30 años de cárcel por el atraco de 1918 y protagonizó varias fugas de las cárceles de Ocaña y Castellón durante los permisos penitenciarios. Finalmente cumplió su condena y salió de la cárcel pasando relativamente desapercibido hasta que Netflix estrenó, en noviembre del año pasado, ‘Asalto al Banco Central‘. Una miniserie de cinco capítulos en la que ‘el Rubio’ era representado por Miguel Herrán.
La Policía volvió a llamar a su puerta el septiembre de 2024. Cuando Perú contactó con las autoridades españolas asegurando que tenían pruebas de que en junio de 2008, mientras su familia afirma que estaba en la cárcel en Francia, la policía encontró una maleta a su nombre llena de paquetes de cocaína en el aeropuerto Jorge Chávez de Lima. Junto con eso, aportaban la declaración de un trabajador de un hotel en la capital peruana que aseguraba haber atendido a ‘El Rubio’ durante esos días.
El atracador de bancos almeriense, de 69 años de edad y con recurrentes problemas cardíacos, fue encarcelado preventivamente en Martutene tras su detención y trasladado a la cárcel madrileña de Valdemoro mientras la Audiencia Nacional decidía su futuro. Un año en el que su defensa y su familia han alegado, sin éxito ante los jueces, que ‘el Rubio’ nunca estuvo en Perú y que en ese año 2008 estaba cumpliendo una condena en Francia, así como que la copia de su pasaporte que aportó el trabajador del hotel de Lima tenía datos erróneos.
En varios de sus escritos oponiéndose a la extradición el abogado de ‘el Rubio’ exponía sus dificultades de salud: sufrió un infarto en abril de 2024 y tuvo que ser atendido de nuevo en 2025 en la cárcel. Los médicos del centro penitenciario, añade su defensa, “desaconsejan los vuelos largos en avión en tanto no esté completamente recuperado” y, por tanto, entienden que existe “un riesgo cierto para la salud del reclamado en caso de vuelo”, por lo que pedían que permaneciera en Madrid.
Su traslado estaba previsto para estos días pero ha tenido que posponerse después de que ‘el Rubio’ haya intentado resistirse a subir y de que el comandante de la aeronave se haya negado a volar con una persona en su estado de agitación. Está previsto que vuelva a intentarse en los próximos días.
Cocaína en paquetes de turrón
El Consejo de Ministros autorizó la extradición de ‘el Rubio’ a finales de 2024 y la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional dio luz verde el pasado mes de abril. Un auto en el que los jueces explicaban la petición de las autoridades peruanas y lo que la policía de Lima había encontrado en la maleta azul supuestamente inscrita a su nombre: casi 10 kilos de cocaína repartida en distintos paquetes de turrón, café y un maletín.
Según el tribunal peruano que ha reclamado su presencia, ‘el Rubio’ viajó a Lima “con la única finalidad de transportar droga al extranjero”, enfrentándose a penas de entre 15 a 25 años de presidio en ese país. La Audiencia Nacional se limitó a constatar que los hechos no estaban prescritos, que los tribunales de Perú eran los competentes para juzgarle y, finalmente, que sus padecimientos cardíacos en todo caso podían retrasar pero no cancelar su entrega.
Tanto la familia del atracador del Banco Central como su defensa han alegado ante los tribunales que él nunca estuvo en Perú. En uno de sus escritos, su letrado ha expresado que su “única vinculación” es que la maleta sospechosa estaba “facturada a su nombre”, pero que él “jamás ha estado en Perú”. “No fue detenido, puesto que no viajaba junto a ella al no ser de su propiedad, nunca ha viajado a Perú”, zanjó en uno de sus alegatos.