Aquel 19 de julio, hace poco más de dos años, Tadej Pogacar dejó una estampa tan inolvidable como cada una de sus victorias. A los héroes se les recuerda por la gloria y tantas veces más por el sufrimiento, por los lugares donde fueron humanos. Camino del Col de la Loze y sus 2.304 metros de altitud (la cima más alta de este Tour), atravesando los trampolines olímpicos de Courchevel con el alivio y la ayuda de Marc Soler, el esloveno dejó una frase para siempre: «Estoy muerto, se acabó». Este jueves, tan diferente todo, el líder del Tour de Francia regresa a aquella pesadilla con ánimo de revancha.
«Quiero vengar mis piernas. Estoy ansioso», desafía, gorro de lana tras cada etapa, bajo la lluvia de Valence. La etapa reina del Tour parte este jueves desde Vif, salida inédita, y atraviesa varios de los puertos más icónicos de los Alpes. Primero el Glandon (21,7 kilómetros al 5,1%), después la Madeleine (19,2 al 7,9%) y, como colofón los 26,2 del col de la Loze (6,5 de media) hasta el monumento a Henri Desgrange. Más de 5.500 metros acumulados en el antepenúltimo día del Tour. «Podemos esperar que Visma trate de filtrar gente en las escapadas y que suba todos los puertos a tope. Después, en el Col de la Loze, harán todo lo posible por descolgarme. Voy a estar preparado», admitió Tadej, reconociendo que La Loze «es una subida preciosa y una de las más duras que he hecho nunca». «Quizá este lado (se asciende por uno diferente esta vez) sea menos complicado que el que subimos en 2023…», explicó.
Pogacar, que ahora acude seguro de sí mismo, decidido y todopoderoso tras reinar en los Pirineos, enterró aquel Tour ante Jonas Vingegaard camino de Courchevel, una pájara en la que se dejó 5:45. Sus derrotas son sus acicates y ya se quitó la mala espina de Hautacam hace unos días. Incluso en el Mont Ventoux, donde no ganó, aguantó esta vez sin problemas al danés.
Más allá de lo deportivo, a Pogacar y, sobre todo a su equipo, le persigue la polémica. Les acusan de arrogantes, actitudes de kapo como la que mostró Nils Politt el martes, abroncando los intentos de escapa del Movistar al comienzo de la etapa. El esloveno, que no rechaza ninguna pregunta en la rueda de prensa de cada día por ser líder, defendió a sus compañeros del UAE Emirates. «La arrogancia es una cosa, intentar ganar el Tour es otra», pronunció contundente. Y explicó, señalando especialmente al ex ciclista francés Thomas Voeckler, quien se enfadó con Politt en plena retransmisión de la televisión gala: «Intentamos calmar los ánimos, controlar el ritmo de la carrera. No pretendemos ser arrogantes, sólo intentamos facilitarnos al máximo la carrera para ganar. Algunos deberían callarse; esto sonará muy arrogante, pero bueno».