El renacer de Selena Gómez: éxito en cine y televisión y una fortuna de 1.300 millones como empresaria

«Este es un nuevo comienzo para mí». Esa era una de las frases con las que Selena Gomezcerraba su documental Mi mente y yo. Tras la ansiedad, los ataques de pánico, los pensamientos suicidas, el diagnóstico de la bipolaridad y las secuelas derivadas del lupus que tanto ella como su equipo van revelando en la hora y media que muestra la vida de la artista, la mirada de una joven hacia el futuro. Lo que no sabía la actriz, cantante y empresaria era que ese futuro se le iba a presentar teñido de dorado y que 2024 sería su gran año de reivindicación.

Porque no ha habido otro año tan brillante como este para esa chavala nacida en Texas, de sangre mexicana, que un día fue una de las mayores estrellas emergentes del pop mundial hasta que esa vida le pasó por encima. Esa adolescente ha dejado paso a una mujer de 32 años que se ha propuesto forjar una carrera de relevancia en lo interpretativo y que va camino de reventar cualquier límite que hubiera en su cuenta bancaria.

Sólo en los últimos 12 meses, Selena Gomez ha recibido su primera nominación a los Premios Emmy y la segunda a los Globos de Oro por su papel de Mabel en la disfrutable comedia Solo asesinatos en el edificio, de la que también es productora ejecutiva con Steve Martin y Martin Short; ha entrado por primera vez en el Bloomberg Billionaires Index gracias a su marca de cosméticos, con una fortuna que ya supera los 1.300 millones de dólares, y ha compartido el Premio a mejor interpretación femenina del Festival de Cannes con sus compañeras de reparto en Emilia Pérez -Karla Sofía Gascón, Zoe Saldaña y Adriana Paz-. Entrando por la puerta grande en el que es su regreso al cine.

Su última aparición había sido aquella polémica Día de lluvia en Nueva York de Woody Allen en 2019, en pleno estallido del movimiento MeToo en Estados Unidos. Tal fue la presión que la actriz acabó donando un millón de dólares, una cantidad superior al que había sido su sueldo, a Time’s Up, una organización de apoyo a víctimas de acoso sexual. Ahora será la mujer de un mafioso que acaba de acometer un cambio de sexo en el extravagante musical de Jacques Audiard, que se estrena este viernes en España y que aspira a ser una de las triunfadoras de los próximos Oscar.

Selena Gomez, sin embargo, llegó ahí casi por casualidad. Porque el cineasta francés ni conocía su trayectoria como estrella infantil gracias a la serie de Disney Channel Los magos de Waverly Place ni tampoco la musical. Su única impresión, según reconoció en declaraciones a The Hollywood Reporter, era por la citada película de Woody Allen y por su papel, aún como veinteañera, en Spring Breakers. Fue sentarse a negociar su presencia en Emilia Pérez en un café de Nueva York y quedarse prendado. «Fue amor a primera vista. Me enamoré de su sensibilidad, su fragilidad y todo lo que transmitía», señalaba Audiard al medio estadounidense.

Y, pese al éxito interpretativo, constatado también con su presencia en Solo asesinatos en el edificio, que Disney+ ha renovado por una quinta temporada, nada es comparable al que ha experimentado en el terreno empresarial. El cine, las series y la música le han dado a Selena Gomez fama; sus empresas, una fortuna milmillonaria. Según los datos de Bloomberg, esta ya es superior a los 1.300 millones de euros y está sustentada en su gran mayoría sobre la marca Rare Beauty.

La línea de cosméticos de maquillaje low cost y veganos, que se ha hecho tremendamente popular por la promoción de la propia actriz y otras influencers a través de Instagram y TikTok, fue fundada en 2020 y la artista posee en estos momentos un 51% de su capital. Por poner en contexto el éxito comercial de la marca, en los 12 meses de 2023, ésta generó 400 millones de dólares en ventas netas y el 80% del capital amasado por su fundadora, algo más de 1.000 millones, proviene de ahí.

Además, la artista ha conseguido que el rendimiento comercial de sus productos le revierta también en un triunfo reputacional. En primer lugar, porque éstos no han sido testados sobre animales. Y, en segundo, porque el compromiso de Selena Gomez es que el 1% de todas esas ventas se destinen a la Fundación Rare Impact, creada también por ella misma, para proporcionar servicios de salud mental y educación a jóvenes que no pueden acceder a ellos