El presidente estadounidense, Donald Trump, acaba de recordarle al mundo que se le está agotando la paciencia con el presidente ruso, Vladimir Putin. Esta semana, Trump anunció que reduciría de 50 a diez días el plazo para que Rusia acepte el fin de las operaciones militares. «No hay motivo para esperar», declaró el republicano el lunes.
Durante sus comentarios -junto al primer ministro británico, Keir Starmer, en Escocia-, Trump también mencionó dos medidas que podría tomar después de esa fecha límite: sanciones adicionales a Rusia e importantes aranceles a los países que compren petróleo o gas ruso. Son dos medidas útiles, pero la pregunta que debería plantearse la Casa Blanca es qué medidas podrían obligar a Putin a aceptar el acuerdo de paz que Trump ha defendido desde antes de asumir el cargo.
Desde que el ruso lanzó su campaña revisionista con el ataque a Georgia en 2008 y la toma de Crimea en 2014, ha logrado resistir la oposición occidental. Trump tiene ahora la capacidad de cambiar eso. «Para ello, debe abandonar la política dilatoria de la Administración Biden y tomar medidas militares y económicas contundentes que impidan mayores avances rusos en el campo de batalla y reduzcan aún más la producción de una economía rusa ya de por sí tambaleante», expone el analista John E. Herbst, director del Centro Eurasia del Atlantic Council y exembajador de Estados Unidos en Ucrania. Ha publicado un análisis en el que da las claves de cómo hacerlo.
Enviar armas ofensivas a Kiev
El Gobierno de Trump puede cumplir su voluntad de enviar armas avanzadas a Ucrania (pagadas por Europa), no sólo misiles Patriot para defensa aérea, sino también armas ofensivas. Si está dispuesto a superar la cautela inherente del equipo de Biden, Trump podría anunciar su intención de enviar misiles Tomahawk (con un alcance de más de mil millas) si el bombardeo ruso de ciudades y civiles ucranianos no cesa en los próximos diez días. Esto también podría animar a Alemania a hacer lo mismo con sus misiles Taurus.
Estados Unidos también podría actuar con rapidez para alcanzar un acuerdo con Ucrania para la producción conjunta de drones avanzados. Esto mejoraría la capacidad de defensa de Ucrania y Estados Unidos. Con estas y otras armas en Ucrania, Estados Unidos podría ayudar a Ucrania a lograr la capacidad de amenazar las líneas de suministro rusas en Crimea y los principales puntos logísticos que sirven al frente en el este de Ucrania, un paso importante para frenar el avance de Rusia e incentivar un alto el fuego.
Reforzar la OTAN
La Administración Trump podría aprovechar su éxito en la reciente Cumbre de la OTAN en La Haya para fortalecer la capacidad de disuasión de la Alianza. Dio un buen paso en esa dirección con el despliegue de armas nucleares en el Reino Unido a principios de este mes. Asimismo, debería anunciar que cualquier misil o dron ruso que sobrevuele el espacio aéreo de la OTAN (con destino a Ucrania) será tratado como un objetivo hostil y se le aplicará el mismo trato.
Aumentar las sanciones y los aranceles
Primero el 14 de julio y luego el 28 de julio, Trump mencionó su intención de imponer aranceles secundarios a los socios comerciales de Rusia, entre los que probablemente se incluirían los dos mayores compradores de hidrocarburos rusos -China e India- si Putin no acepta un alto el fuego. Ha habido un fuerte impulso en el Congreso hacia un proyecto de ley de sanciones más aranceles secundarios, liderado por el senador Lindsey Graham (republicano por Carolina del Sur), pero la realidad es que, como ha demostrado en otros ámbitos, Trump puede fácilmente aumentar los aranceles él mismo.
Dado que la economía de Moscú, por lo demás debilitada, se ve impulsada en gran medida por la compra de sus hidrocarburos por parte de Pekín y Nueva Delhi, la amenaza de aranceles elevados podría dificultar considerablemente que la economía rusa sustente el esfuerzo bélico en curso. Tras la reciente captura de un dron ruso fabricado principalmente con componentes chinos en el campo de batalla de Ucrania, Estados Unidos podría sancionar a China por incumplir el embargo de armas. Junto con estos aranceles y sanciones, Estados Unidos podría impulsar una mayor cooperación internacional para desmantelar la «flota en la sombra» que transporta petróleo ruso de contrabando.
Activos rusos inmovilizados en Europa
Putin cree que puede sobrevivir al apoyo occidental a Ucrania y a sus recursos, tanto militares como económicos. Una forma eficaz de demostrar que esto es incorrecto sería gestionar la transferencia a Ucrania de los casi 300.000 millones de dólares en activos estatales rusos inmovilizados. En las últimas semanas, Trump ha demostrado ser un negociador firme pero hábil con sus homólogos europeos; podría volver a presionar a los europeos para que hagan más por Ucrania. Por sí sola, la transferencia de estos activos estatales inmovilizados -la gran mayoría de los cuales se encuentran en cuentas europeas- cubriría las necesidades militares y económicas de Kiev durante más de tres años.
«Introducir todas o la mayoría de estas medidas en rápida sucesión asestaría un duro golpe a la confianza de Putin en que el tiempo está de su lado. Esa es la mejor oportunidad para que el presidente ruso negocie una paz duradera. Como dijo el propio Trump, no hay motivo para esperar», concluye Herbst.