El Barça firma un acuerdo de patrocinio con la República Democrática del Congo donde los números pesan más que la ética

Cuando la necesidad manda, no se puede prestar demasiada atención a de dónde vienen los fondos. Por eso, a veces, los números acaban pesando más que la ética. Así, tal vez, se explica el acuerdo millonario que ha alcanzado el FC Barcelona con la República Democrática del Congo (RDC) para lucir publicidad del país africano en la parte trasera de sus camisetas de entrenamiento durante los próximos cuatro años y albergar la Casa de la RDC en las instalaciones del Spotify Camp Nou, por el que podría percibir unos 10 millones de euros por temporada según señalan cifras no oficiales, 44 en total.

De acuerdo con el comunicado oficial hecho público por el club, el objetivo de este acuerdo es «promover el fútbol y la cultura del deporte y la paz» y representa a su vez «un compromiso compartido por fomentar el desarrollo polideportivo dentro de la RDC y, como parte de esta colaboración, el Club contribuirá a enriquecer la formación de los jóvenes deportistas del país mediante la transmisión de su ecosistema de valores».

El lema que llevará el primer equipo en la parte posterior de sus camisetas de entrenamiento durante los próximos cuatro años es RD Congo – Coeur de Afrique. Este país centroafricano se convertirá en partner oficial para el empoderamiento en el deporte y la cultura y la entidad, entre otras acciones, creará y desarrollará un programa de actividades deportivas, en el que se incluyen tanto campus como clínics destinados a los niños de la región a través de las Barça Academies con el objetivo de «promover un desarrollo estructurado e inclusivo» en deportes como el fútbol, el baloncesto, el balonmano, el fútbol sala y el hockey patines, las cinco disciplinas con equipos profesionales.

Todas estas buenas intenciones chocan, no obstante, con una historia reciente de la República Democrática del Congo trufada por diversos conflictos armados, que de acuerdo con ACNUR, cuyo logo lucen los azulgrana en la parte trasera de sus camisetas de competición, han acabado por provocar una emergencia humanitaria, con 4,6 millones de personas desplazadas y un terrible número de violaciones de los derechos humanos de la población civil, según ha denunciado este alto comisionado de las Naciones Unidas.

Los choques armados se han producido a nivel interno, con diferentes milicias, alguna de ellas bajo sospecha de ser auspiciada por alguno de sus vecinos, y también a nivel interno, con la vecina Ruanda. Este último conflicto, no obstante, llegó oficialmente a su fin hace algo más de un mes, el pasado 27 de junio, con un acuerdo de paz rubricado en Washington ante la presencia del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.

Con este contexto, no resulta sorprendente que haya quien pueda considerar que este acuerdo con la República Democrática del Congo constituya en realidad también una manera de vender una imagen mucho más positiva de este país que la que ha estado teniendo presencia en los medios en los últimos tiempos. Algo de lo que ya se acusó en parte a la entidad después de que Qatar empezara a lucir su nombre en las camisetas azulgrana.

El tabú de Unicef

Fue como relevo de la primera institución que rompió en 2006 de manera continuada el aparente tabú de manchar la elástica barcelonista: Unicef. A partir de la campaña 2011-12, Qatar Fundation, primero, y Qatar Airways, después, serían sus sucesoras, con el objetivo de mejorar la imagen a nivel internacional de un país que debía albergar el Mundial de fútbol en el año 2022, cita que le supuso una inversión multimillonaria.

Antes del tabú de la publicidad con Unicef, otro país necesitado de lavar su imagen, China, estuvo a punto de convertirse en el primer patrocinador visible en el frontal de las camisetas del Barça. En 2005, sonó con mucha fuerza la posibilidad de que el equipo luciera el logo de Pekín, que debía albergar los Juegos Olímpicos de verano en 2008. Finalmente, a pesar de que en un momento determinado incluso llegó a darse prácticamente por hecha esa posibilidad, fue descartada.