“Vamos a pedirle al Gobierno de la nación que active el plan 3 de emergencias para que el Ejército preserve el orden”. Así anunció Isabel Díaz Ayuso el pasado lunes la petición para que el Ministerio de Interior asumiera el mando y coordinación de todos los servicios de la Comunidad de Madrid ante el apagón que dejó sin luz a la Península Ibérica. Después se sumaron Murcia, Extremadura, Andalucía y La Rioja. Más tarde, ya de noche, fue el turno de Galicia, Castilla-La Mancha y la Comunitat Valenciana. Castilla y León amagó. Y el resto optó por mantener el control sobre sus competencias.
Seis meses después de la DANA de Valencia que terminó con la vida de 228 personas, la reacción de muchas autoridades autonómicas ha sido muy diferente a la que tuvo entonces el presidente valenciano, Carlos Mazón, quien se negó a ceder el mando al Gobierno central. Pero las decisiones no han sido homogéneas en tiempo, forma ni fondo, con una gran diferencia entre regiones.
La primera en formalizar la petición de nivel 3 de emergencia, con lo que conlleva, fue Madrid. Ayuso hizo el anuncio ante las cámaras (antes del informativo de Telemadrid y ataviada con una chaqueta con estampado militar en medio del campo) y poco después la secundó desde Murcia Fernando López Miras.
Los motivos aportados por las comunidades que lo pidieron en un primer momento son diferentes. Desde el Gobierno de Murcia apuntan a que “habían pasado seis horas desde el apagón” sin “ningún tipo de información ni de comunicación con el Gobierno central”.
Una afirmación que choca con las del departamento que dirige Fernando Grande-Marlaska, desde donde aseguran que “se mantuvo un contacto permanente con las comunidades autónomas durante la jornada del lunes”. Sí es cierto que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, no compareció hasta pasadas las seis de la tarde, pero antes lo había hecho un responsable de operaciones de Red Eléctrica.
Las demás peticiones llegaron encadenadas. Castilla y León, Extremadura, Andalucía y La Rioja, todas en manos del PP, fueron las siguientes. La comunidad presidida por Alfonso Fernández Mañueco, sin embargo, optó por retirar su demanda de nivel 3 antes de que fuera aprobada. Desde la Junta aseguran que fue “suficiente” con la declaración del nivel 2 para hacer frente a los problemas que existían. Y eso que el portavoz gubernamental dijo que estos eran “muy serios”. Desde Interior ratifican que se retractaron “al considerar que la evolución favorable de la situación en su territorio no hacía necesaria la declaración”.
Los motivos alegados por Murcia son similares a los que esgrimieron Extremadura o Andalucía. López Miras dijo: “Estamos ante una emergencia nacional y así se debe responder”. Juan Manuel Moreno Bonilla planteó “reforzar la coordinación en todo el territorio afectado por el apagón”. Y María Guardiola consideró que era “preciso una respuesta de país coordinada”. Ninguno de ellos vaticinó altercados o pillajes.
Cuando las peticiones se hicieron efectivas la luz había vuelto a buena parte de España. La Rioja, por ejemplo, la formalizó al filo de las diez de la noche. “El fallo fue nacional y el mando debía asumirlo quien tenía la información”, apuntaron al día siguiente desde el Gobierno de Gonzalo Capellán.
Junto a La Rioja se apuntaron a última hora del lunes otras autonomías: Galicia, Castilla-La Mancha y la Comunitat Valenciana. Las tres, en respuesta a una comunicación de Interior en forma de ultimátum sobre la necesidad de que los gobiernos regionales decidieran si querían o no sumarse al grupo de las comunidades en nivel 3.
Que el motivo fue el email de Interior lo confirma la Xunta que preside Alfonso Rueda. En ese momento, según las fuentes consultadas, interpretaron que esa premura del Ejecutivo central (15 minutos de plazo para responder) podría indicar que el problema no se iba a resolver rápido y, por prudencia, optaron por anotarse en la lista y ceder las competencias sobre la gestión al Gobierno de Sánchez.
Rueda ya había protagonizado una anécdota ese mismo lunes cuando, en plena rueda de prensa posterior a la reunión del consejo de gobierno, que se mantuvo gracias a los grupos electrógenos propios de la Xunta, recibió una llamada del delegado del Gobierno, que no atendió. Algo que desmentiría la ausencia de información señalada por otros barones del PP.
La portavoz de Castilla La Mancha en el Gobierno del socialista Emiliano García-Page también aseguró que su decisión se motivó en el email remitido por Interior: “Recibimos un correo diciéndonos que si considerábamos nosotros que era recomendable subir a nivel 3 y que teníamos 15 minutos para contestar. Para contestar sin saber cómo iba a evolucionar la situación y, por supuesto sin querer que fuéramos ningún tipo de impedimento para que el Ministerio pudiera tomar la decisión que tuviera que tomar, pues decidimos, no tenemos ningún problema. Nos sumamos al nivel 3”.
La Generalitat de Carlos Mazón hizo su anuncio al filo de las 11 de la noche, aunque la petición formal se había formalizado previamente. Con todo, el presidente valenciano tardó ocho horas en dar el visto bueno.
En total fueron ocho las comunidades que pidieron el nivel 3, siete gobernadas por el PP y una por el PSOE. Otras tantas optaron por mantener el control de las operaciones de emergencias, lo que permite inferir que la percepción del riesgo no fue homogénea en todas las regiones.
Ayuso apeló a “mantener el orden” e incluso pidió desplegar al Ejército en las calles, López Miras invocó la falta de información, Moreno Bonilla, la necesidad de una respuesta nacional, a la vez que mantenía viva la teoría del ciberataque que su jefe de filas, Alberto Núñez Feijóo, había descartado y calificado de “irresponsable”. Por último, el socialista Emiliano García-Page optó por no interferir con el Gobierno central. Motivos que no se debieron de percibir en Catalunya, Asturias o Navarra, donde el poder lo mantiene el PSOE, o en Cantabria o Aragón, regidas por el PP.
Desde esta última comunidad que preside Jorge Azcón, por ejemplo, aseguran a elDiario.es que “se consideró, tras escuchar a los técnicos y a todos los integrantes del centro de emergencias, que no era necesario” pasar a nivel 3. Aragón fue una de las regiones que primero recuperó el suministro eléctrico gracias al aporte realizado desde Francia.
Ayuso, la última en el nivel 3
Pasadas las horas, no se produjeron las alteraciones del orden público que vaticinó Ayuso. De hecho, según los datos oficiales aportados por Interior: sin luz y con muchos comercios cerrados, la criminalidad se redujo un 70% en todo el territorio. El Ejército no patrulló las calles. Sí tuvo presencia en los centros neurálgicos de comunicaciones, como estaciones de tren, donde la UME asistió a los viajeros que no podían partir por el apagón. La Unidad Militar de Emergencias también colaboró para dar asistencia a personas afectadas en diferentes formas.
El miércoles, dos días después del apagón, solo Madrid permanecía en nivel 3 de emergencia al ser Ayuso la última en solicitar una desescalada que, sin ninguna sincronía, han ido pidiendo las diferentes comunidades.
Según explicó la propia presidenta el martes, la Comunidad de Madrid solicitó a las 13.46 del lunes al Gobierno central la declaración de “emergencia de interés nacional” en la región. El consejero de Interior, Carlos Novillo, no recibió la confirmación hasta las 17.25, aseguró la mandataria, que cargó contra el Ejecutivo de Pedro Sánchez por demorar la respuesta.
El martes, ya con la situación restablecida en gran parte de la comunidad, y mientras otros compañeros de partido solicitaban la anulación del nivel 3, Ayuso insistía en ese momento en que todavía era “pronto” para tomar esa decisión. “Quien tiene la información, es quien tiene que decirnos cuándo desactivarlo”, apuntó en una rueda de prensa desde la sede del 112 regional.
Quien sí lo hizo fue Murcia. El Gobierno de López Miras lo planteó a primerísima hora del martes y se formalizó esta misma tarde.
Ayuso ha apostado así por el enfrentamiento con el Gobierno central. Considera que la gestión del Ejecutivo de Pedro Sánchez ha sido “lenta e ineficaz”. “Estuvimos hasta bien entrada la noche [del lunes] con una parte importante del territorio nacional y de la capital del país en negro”, reseñó la mandataria madrileña en su última intervención.
Para justificar su decisión de mantener a Madrid en el nivel 3 de emergencia, el portavoz del Gobierno autonómico, Miguel Ángel García Martín, insistió este miércoles en que es el Ministerio del Interior “quien tiene que declarar la emergencia y su finalización”.
Un motivo esgrimido también por otras regiones en las últimas horas, como Extremadura. La región presidida por María Guardiola se había quedado con Madrid como únicas en nivel 3. En la tarde del miércoles se solicitó la desescalada.
A última hora del miércoles, Interior confirmó que había sacado a Extremadura y Madrid del nivel 3 después de que ambas comunidades confirmaran “el normal funcionamiento de todos sus servicios púbicos”.