¿Cuánto cuesta la bombona de butano? Su precio en julio después de la última revisión del Gobierno

A partir del 15 de julio, el precio máximo de la bombona de butano será 17,11 euros, cortando así la tendencia al alza que le había llevado a encadenar cinco subidas desde septiembre del año pasado, según recoge el Boletín Oficial del Estado (BOE). Esto supone un 5 % menos respecto a su precio anterior.

La bajada de esta última revisión se debe al descenso en las cotizaciones de las materias primas (-14,86 %), que compensa el incremento de los fletes (+30,59 %), de acuerdo con el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco), encargado de revisar bimestralmente el precio de la bombona, un recurso básico para un grupo amplio de población.

La bombona de butano cambia de precio

El precio máximo de venta de los gases licuados del petróleo envasado (GLP) de entre 8 y 20 kilogramos, lo que se conoce como la tradicional bombona de butano, no se encuentra liberalizado, recuerda el Miteco. Desde 2015, su valor se revisa bimestralmente el tercer martes de mes por la Resolución de la Dirección General de Política Energética y Minas.

El sistema está diseñado para establecer “precios más estables y modular la incidencia sobre los consumidores”. Para ello, se tiene en cuenta el coste de la materia prima (el propano y el butano), el transporte (los fletes) y el tipo de cambio euro-dólar. Las variaciones bimestrales están limitadas al 5% al alza o a la baja, acumulándose el exceso o el defecto para su aplicación en posteriores revisiones.

El nuevo modelo sigue las recomendaciones de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), recuerda el ministerio, actualizando partidas cuyas referencias habían quedado desfasadas, como costes de personal, conservación, mantenimiento o arrendamientos.

En retroceso, pero fundamental en zonas rurales

El gas licuado de petróleo (GLP) envasado es una mezcla de hidrocarburos, principalmente compuesta de butano, que sirve como alternativa al gas natural para su consumo energético en envases a presión, especialmente en poblaciones o núcleos urbanos sin conexión a la red de gas natural.

Se trata de un combustible en retroceso: desde 2010 hasta 2021, el consumo total de GLP envasado ha descendido más de un 25 %; en las últimas dos décadas, las ventas se han reducido un 50%, hasta las 700.000 toneladas anuales. En la actualidad, anualmente se consumen 64,5 millones de envases de GLP de distintas capacidades.