Cuando apenas restan 20 días para que termine 2025, todavía hay margen para tratar de ajustar cuentas con Hacienda e intentar reducir la factura en el IRPF, de cara a la Declaración de la Renta que se presentará el próximo año. Comprar un vehículo eléctrico, aportar a una ONG o a un plan de pensiones son maneras para compensar con el fisco y asegurar que salga a devolver. Según cálculos del sindicato de técnicos de Hacienda (Gestha), el ahorro en la liquidación que se hará en 2026 podría alcanzar los 3.370 euros.
Tanto la Asociación Española de Asesores Fiscales (AEDAF) como el Registro de Economistas Asesores Fiscales (REAF), integrado en el Consejo General de Economistas, han elaborado guías para aligerar la declaración de la renta. Todas las propuestas tienen letra pequeña, con topes máximos que se pueden deducir, pero son factibles de hacer antes de que termine el ejercicio.
Por ejemplo, las donaciones a fundaciones y entidades sin fines lucrativos. Los donativos a una ONG pueden deducirse del IRPF el 80% de los primeros 250 euros que se entreguen y el 40% del resto del importe. Si no es la primera vez que se dona a una misma entidad, la reducción alcanza el 45%. En esta categoría también cuentan las aportaciones a partidos políticos, aunque en un porcentaje menor: el 20% de la cuota, hasta los 600 euros como máximo.
Obras en vivienda y para caseros que alquilen
En el caso de estar valorando la compra de un coche, la apuesta por el eléctrico también sale más rentable. Así, podrá deducirse hasta un 15% del valor, hasta un total de 20.000 euros. Pero solo podrá aplicarse a aquellos vehículos que no superen los 45.000 euros, en el caso de los turismos; los 53.000, para los que tengan entre 8 o 9 plazas; o los 10.000 euros para motos. Importante: si es un “kilómetro cero”, no puede beneficiarse, ya que la primera matriculación se hizo a favor del concesionario.
Además, la instalación de una infraestructura de recarga en casa puede reducir un 15% de su valor en el IRPF, hasta una base máxima de 4.000 euros.
Hacer obras de rehabilitación que mejoren la eficiencia energética también permiten deducirse hasta un 60%, siendo la base máxima total de 5.000 euros. Aunque, ojo, porque estas tendrán que ser en viviendas, plazas de garaje o trasteros en edificios de “uso predominante residencial, que no se encuentren afectas a actividades económicas”. La mejora tendrá que reducir al menos un 30% el consumo de energía o elevar la calificación energética del edificio. Eso sí, es necesario que el certificado de eficiencia energética se expida antes del 1 de enero.
Si la vivienda habitual se adquirió antes de 2013, puede compensar hacer una amortización extraordinaria de la hipoteca para aprovecharse de una deducción del 15%, hasta una base máxima de 9.040 euros. De esta se pueden aprovechar quienes compraron su vivienda antes de 2013 y la hayan vendido este año, ya que una reciente resolución les permite reducir las cantidades dedicadas a cancelar la hipoteca cuando proceden de la propia venta.
En el caso de ser casero que alquila vivienda, hay algunas deducciones especiales: del 90% si se encuentra en una zona tensionada y en el nuevo contrato se baja la renta; del 70% si se incorpora al mercado una vivienda en una zona tensionada y se alquila a jóvenes de entre 18 y 35 años, o del 60% si la vivienda ha sido objeto de rehabilitación.
Cheques guardería, vales de comida, planes de pensiones…
Otra manera de reducir la factura fiscal es cobrar parte del salario en especie. El cheque guardería, el seguro de salud o los vales de comida y transporte son retribuciones exentas. En el caso del seguro médico es necesario que el tomador del seguro sea la empresa que otorga tal retribución al trabajador.
En el caso de tener un dinero ahorrado y estar dispuesto a invertir, esto puede traducirse en beneficios fiscales. La apuesta por empresas de nueva o reciente creación permite deducir el 50% de lo invertido, hasta una base máxima anual de 100.000 euros.
Para pensionistas o quienes ya estén pensando en el retiro hay también algunas posibilidades de última hora. Si se ha jubilado en 2025 y piensa rescatar su plan de pensiones con una reducción del 40% para las aportaciones realizadas antes de 2007, solo podrá aprovecharse del beneficio fiscal si lo recupera en forma de capital durante 2025, 2026 o 2027. Si se jubiló en 2023, tiene que hacerlo antes del 31 de diciembre o perderá el beneficio.
Por otro lado, aportar a planes de pensiones permite reducir un 30% las aportaciones hasta un máximo de 1.500 euros, que puede alcanzar los 10.000 euros en el supuesto de que se reciban aportaciones por parte de la empresa.
A todo esto hay que sumar diferentes deducciones autonómicas que pueden estar en vigor y a las que acogerse antes de que termine el año: guardería, alquiler, cuidado de mayores, material escolar, vivienda habitual, gimnasio, etc.
La letra pequeña de todos estos beneficios fiscales, como reconocen los técnicos de Hacienda, es que están concentrados en los contribuyentes con rentas y patrimonios más elevados, por lo que es difícil que las menores rentas puedan beneficiarse. Según sus datos, solo el 5,6% de los declarantes reconoció en la Renta 2023 más de 60.000 euros de ingresos, pero este grupo concentró el 22,2% de las deducciones en cuota, con un ahorro conjunto de 848,5 millones de euros.
