Alcaraz vence en su debut en Queen’s y confirma que llega más fresco que nunca a la hierba

El pasado sábado, a su llegada a Londres, Carlos Alcaraz valoraba su ya tradicional escapada a Ibiza entre Roland Garros y Wimbledon. «Este año me lo he tomado con más tranquilidad. Han sido tres días de descanso, más que suficiente, pero solo salí por la noche uno de ellos. Los otros dos, a medianoche estaba en la cama, me hago mayor, el cuerpo ya no me da», comentaba y pocos le creían. A sus 22 años, después de la remontada de todas las remontadas ante Jannik Sinner en París, en uno de sus escasos momentos de diversión… ¿Pronto a la cama? Sonaba inverosímil. Pero visto lo visto en pista seguramente fue cierto.

Si el año pasado la fiesta le llevó a una eliminación temprana en el ATP 500 de Queen’s, el torneo previo al Grand Slam londinense, esta vez parece fresco, concentrado, preparado. Este martes, en su debut, completó un ejercicio de madurez para vencer al australiano Adam Walton por 6-4 y 7-6(4) en una hora y 42 minutos de juego. Quizá no fue tan brillante, pero fue serio.

Hasta la hipotética final de Wimbledon del próximo 13 de julio queda casi un mes, muchos entrenamientos y hasta 11 partidos, pero las sensaciones son notables. Entre sus deberes, los habituales en estas fechas: adaptarse a la velocidad de la bola sobre la hierba y mejorar su confianza en los desplazamientos. Sus fortalezas son muchas más. Ante Walton, Alcaraz exhibió solidez en el saque, su derecha funcionó como en Roland Garros y, sobre todo, no hubo ni rastro de cansancio. En los dos sets sólo concedió un par de opciones de rotura, al final, y las salvó para llevarse el periodo en el tie-break.

Pese a ser un ‘lucky loser’, un tenista que venía de perder en el torneo clasificatorio, Walton jugó como debía en hierba y no fue un adversario sencillo. Saque y volea, estilo clásico. El rival de Alcaraz debía ser Alejandro Davidovich, pero una indisposición de última hora le obligó a ceder su plaza. En la próxima ronda el español se enfrentará al vencedor del duelo entre Jordan Thompson y Jaume Munar.

La casualidad quiso que este martes, a la misma hora, a kilómetros de distancia, Sinner debutase en el alemán ATP 500 de Halle con triunfo sobre Yannick Hanfmann por 7-5 y 6-3. Como Alcaraz, el italiano jugó como si nada hubiera pasado hace apenas ocho días en la Philippe Chatrier. Ni fatiga, ni decaimiento.

«La semana después de París fue muy tranquila. Estuve con mis padres, hice una barbacoa, jugué al ping pong con amigos, justo lo que necesitaba después de un partido importante, y ahora estoy aquí para un nuevo reto», comentó el número uno del mundo, que parece que ha pasado página. Con la presentación de ambos sobre hierba -y la ausencia de un tercero en discordia-, cualquiera diría que Wimbledon disfrutara de un nuevo duelo histórico entre ambos.