Nueva York vuelve a ser escenario de un tiroteo mortal. Al menos cuatro personas, entre ellos un policía y el presunto agresor, han muerto en un nuevo ataque armado perpetrado en un rascacielos de Midtown Manhattan, en pleno distrito financiero. El tiroteo ha tenido lugar hacia las seis de la tarde, hora local (medianoche en España), en un edificio situado en Park Avenue, donde se encuentran las sedes de la Liga Nacional de Fútbol Americano (la NFL), el banco de inversiones Blackstone y la consultora KPMG. Otras seis personas han resultado heridas, según fuentes policiales citadas por la prensa estadounidense.
El atacante, un hombre de 27 años procedente de Las Vegas, irrumpió en el rascacielos con un fusil de asalto tipo AR-15 y equipado con un chaleco antibalas. Según las primeras investigaciones, el autor del tiroteo abrió fuego dentro del edificio y llegó a atrincherarse en una de las plantas superiores antes de suicidarse. La comisaria de Policía de Nueva York, Jessica Tisch, ha confirmado que el autor actuó solo y que «la situación ya está bajo control». También ha señalado que el atacante tenía un historial clínico relacionado con problemas de salud mental, si bien las autoridades aún no han determinado el móvil.
Entre las víctimas se encuentra un agente del Departamento de Policía de Nueva York que se encontraba fuera de servicio y en ese momento trabajaba como un vigilante de la seguridad privada en el edificio. Las otras dos personas fallecidas no se han identificado oficialmente, aunque varios medios estadounidenses apuntan que se trataría de civiles. “Cinco personas inocentes han recibido disparos esta noche. Hemos perdido tres vidas en otro acto de violencia armada absurda”, declaró el alcalde Eric Adams en una rueda de prensa posterior al ataque.
Las autoridades no han difundido aún la identidad del agresor, aunque algunos medios como CNN y NBC News aseguran que se le ha identificado preliminarmente gracias a las cámaras de seguridad, en las que se le ve entrando armado en el rascacielos. Según estos mismos medios, no contaba con antecedentes penales relevantes.
Varios testigos ha relatado a la agencia Reuters escenas de caos en los alrededores del rascacielos. “Vi mucho alboroto, agentes corriendo y gente gritando”, contó Russ McGee, un entrenador personal que se encontraba en un gimnasio cercano. La policía mantiene acordonada la zona y ha pedido a la población que la evite mientras continúan las labores forenses y la investigación.
El FBI ha enviado agentes desde su oficina en Nueva York para apoyar las investigaciones. Por ahora, la policía no ha encontrado ningún vínculo entre el atacante y las empresas instaladas en el edificio, ni ha determinado si eligió el lugar de forma deliberada.