Definitivamente, este es el verano de las divas del pop en Barcelona. Cada una en su propio estilo, pero todas efervescentes: Charli xcx, Sabrina Carpenter, Chappell Roan, Billie Eilish, Jennifer Lopez y este sábado Aitana, la megaestrella patria. La exconcursante de Operación Triunfo -un título que ya le empieza a quedar estrecho- ha comenzado la minigira Metamorfosis Season en el Estadi Olimpic Lluis Companys de Barcelona y que seguirá en el Riyadh Air Metropolitano de Madrid el 30 y 31 de julio. El último disco de la catalana, Cuarto azul, la ha consolidado en el trono de reina y sus súbditos le rindieron pleitesía con ahínco desde horas antes de que empezase el concierto. Un logro con el sol que caía a pleno en lo alto de Montjuic.
La cada vez más conocida Julieta fue la encargada de entretener a los asistentes antes del derroche de espectáculo de Aitana, que no escatimó en producción. El escenario, inspirado en Coachella y sus pantallas gigantes, era tan alto que algunos de los de primera fila se quejaron de poca visibilidad en la prueba de sonido -las entradas Golden y Early permitían la entrada antes de las 18:00 horas- e incluía una plataforma con forma de mariposa, el emblema del tour. La artista repasó los cuatro discos de su carrera -Spoiler (2019), 11 Razones (2020), Alpha (2023) y el que lanzó el pasado mayo- o sus cuatro eras, como se dice ahora. El show, que duró casi tres horas, fue un no parar de coreografías curradas, decibelios disparados, luces, humo e invitados casi sorpresa, porque ya se sabía que traería a gente pero no a quién.
Ana Guerra se encaramó a las tablas para hacer a dúo Lo Malo al principio del concierto, que había arrancado con 6 de febrero, uno de los hits de Cuarto azul y Josep Montero, cantante de Oques Grasses, interpretó su tema La gent que estimo. También se había anunciado la presencia de un artista catalán legendario que resultó ser Pep Sala, integrante del grupo Sau, con el que tocó su clásica Boig per tu. El tema es de la misma época que el top del eurodance Saturday Night de Whigfield, que Aitana ha reinterpretado con el título Las Babys, incluso con la coreografía que puso en ridículo a tantos jóvenes en las discotecas de 1995. Algunos de ellos posiblemente se encontraban entre el público como acompañantes de sus hijas ‘aitaners’.
No faltaron en el repertorio Mariposas ni tampoco Teléfono, el tema con el que reventó las listas de éxitos a principios de su carrera, la canción en inglés Popcorn o La foto de tu DNI, uno de los éxitos más rockeros de su trayectoria. Pero el salseo de la noche estuvo en las canciones de su último trabajo, en el que relata las fases de su duelo post-ruptura sentimental. Así, emocionó a sus fans con baladas como Cuando hables con él que, según dicen, está dedicada a su ex Miguel Bernardeau aunque el resto de letras se dirigen a Sebastian Yatra. La catalana no ha mantenido su vida privada en secreto precisamente -la gira lleva el nombre de la serie documental de seis episodios sobre su vida que hizo para Netflix- así que es imposible no atar cabos, sobre todo si hay interés por el culebrón. Fue uno de los contados momentos emotivos, junto a Música en el cielo (que cantó entre el público), Vas a quedarte o No te has ido y ya te extraño, de una sesión dedicada a la fiesta.
El karaoke fue constante desde el primer minuto y alcanzó picos de exaltación con Presiento -«¡Oh-oh-oh-oh, oh-oh!»- Segundo intento o Sentimiento natural, esos dos cortes de Cuarto azul con los que se ha convertido en una de las españolas más escuchadas en el extranjero en lo que va de 2025. La fórmula de su éxito se basa en letras que apelan a emociones comunes y a melodías que se graban a fuego en el cerebro sin esfuerzo. Es una combinación tan pegajosa que hasta un fanático del death metal tararearía el estribillo de Formentera mientras friega los platos después de oírla en la radio de pasada: «Que tú eres mi baby/ Y ese recuerdo de tenerte sin ropa/ Que no me deja dormir». Parece broma, pero ya no hay escapatoria posible. La catalana se guardó para el final dos canciones de su último disco: La chica perfecta, que firma en colaboración Alaska (no apareció en Barcelona pese a las súplicas de los fans en las redes sociales) y Conexión psíquica. Se despidió con fuegos artificiales de su primer estadio, un reto que tenía superado desde el «¡Buenas noches, Barcelona» de presentación.