Un Giro desde Bulgaria, sólo una contrarreloj y un durísimo ‘tappone’ con final inédito en Piani di Pezzè para resolver

¿Qué es el Giro sin su ‘tappone’? Nada pude igualar la orografía italiana, la que escribió la leyenda de sus héroes, la dureza de los Dolomitas, el frío, la lluvia y hasta la nieve en las cumbres de mayo. Mientras Tadej Pogacar protesta para que la ronda italiana y la española intercambien sus fechas, para que los ciclistas pasen menos penurias climatológicas, la Corsa Rosa desoye los ‘consejos’ de desnaturalización. En el Auditorium Parco della Musica Ennio Morricone de Roma se desveló el recorrido de su 109 edición, del viernes 8 de mayo al domingo 31, un desafío a los mejores ciclistas del mundo.

Porque al Giro no le hace falta tirar de sus clásicos para ser temido. En sus titulares no se encuentra esta vez el Mortirolo, ni el Gavia o el Stelvio, ni siquiera en Bondone, el Zoncolan, la Mormolada, las Tres Cimas de Lavaredo o el Pordoi. Tampoco La Finestre, donde Simon Yates saltó la banca latina de Isaac del Toro y Richard Carapaz en la última edición. Nombres que son sinónimo de sufrimiento, de gestas. Aun si ellos, sigue siendo temible la ronda italiana. Aparecen otras montañas, que piden paso. Por ejemplo el ya conocidoi Blockhaus, en los Apeninos, donde pusieron su nombre en el pasado Merckxs, el Tarangu Fuente, Nairo Quintano o el último, en 2022, Jai Hindley. O el inédito Piani di Pezzè, corto y duro (cinco kilómetros al 9,8%), el colofón a una de esas etapas monstruosas made in Giro. Al día siguiente, la Corsa Rosa conmemora el desastroso terremoto de Friuli (6 de mayo de 1976) recorriendo su cráter antes de ascender dos veces al Piancavallo, lo que determinará la clasificación final.

Porque en esa cumbre dolomítica, a dos días del final en Roma, se descubrirá un ‘tappone’, marca de la casa. Más de 5.000 metros de desnivel acumulado, cinco cimas antes de la definitiva. La Cima Coppi del Giro será el Passo Giau de 2.233 metros. La carrera cruzará la frontera con Suiza con una etapa íntegramente en territorio helvético, de Bellinzona a Carì. Milán albergará un final de etapa por 90.ª vez. Con su salida desde Gemona del Friuli (1976-2026), el Giro conmemorará el desastroso terremoto de hace 50 años.

Ahí se conocerá sucesor de Yates, todo incógnitas aún de quién tomará la partida en Bulgaria (Jonas Vingegaard parece el principal reclamo). Porque el Giro, por tercera vez en los últimos cinco años (Hungría en 2022 y Albania el año pasado), por decimosexta vez en su historia, parte de más allá de las fronteras italianas. Serán tres jornadas búlgaras para, tras una jornada de traslado, adentrarse en Italia por Calabria. La primera etapa, con salida y llegada en el Mar Negro, de Nesebar a Burgas, otorgará la primera Maglia Rosa. Después, desde Burgas para llegar a Veliko Tarnovo tras 220 kilómetros, incluyendo un ascenso de 3,5 km con una pendiente del 7,5 % al final. La última etapa en Bulgaria concluirá en la capital, Sofía, donde se espera de nuevo a los velocistas.

Ya en Italia, de Sur a Norte con final en Roma. Serán 3.459 kilómetros con 50.000 metros de desnivel positivo, una contrarreloj individual de 40,2 km, ocho etapas llanas, siete de media montaña y cinco de alta montaña, con siete finales en alto.

Giro Women

También fue presentado La Corsa Rosa femenina,, que comenzará en Cesenatico el 30 de mayo y finalizará en Saluzzo el 7 de junio, tras nueve etapas, 1.153,7 km y un desnivel positivo de 12.500 metros. Habrá dos finales en alto: Nevegal y Sestriere, al final de una etapa verdaderamente espectacular que incluirá, por primera vez en la historia de la carrera, la ascensión al Colle delle Finestre.