El Aeropuerto Internacional de Denver (Colorado, Estados Unidos), considerado el más grande del mundo occidental y el segundo más extenso del planeta con 135,7 kilómetros cuadrados, ha abierto la puerta a un proyecto inédito: evaluar si es posible construir un pequeño reactor modular en sus instalaciones.
La propuesta no es menor. Este aeropuerto, que también cuenta con la pista pública más larga de Estados Unidos (4,88 kilómetros), es un gran consumidor de energía debido a la magnitud de sus operaciones. Consciente de la necesidad de avanzar hacia una producción sin emisiones, la administración de Denver ha lanzado a principios de agosto una convocatoria de propuestas para realizar un estudio de viabilidad sobre el uso de esta tecnología nuclear.
Los SMR (small modular reactors o pequeños reactores nucleares) han ganado relevancia en los últimos años como una posible solución a la creciente demanda energética. Se trata de reactores de menos de 300 megavatios de capacidad, fabricados en serie y diseñados para ser más seguros, eficientes y rápidos de construir que las centrales nucleares tradicionales. Aunque hasta hace poco eran más un concepto que una realidad, ya se han puesto en marcha varios proyectos. Canadá, por ejemplo, anunció recientemente la construcción de un SMR de 300 MW en la provincia de Ontario, que se convertirá en el primero del país.
Phil Washington, director ejecutivo del aeropuerto de Denver, reconoció la novedad de la idea. “Es por eso que mantenemos la mente abierta, aprendemos más y continuamos planificando de manera responsable para el futuro del aeropuerto”, declaró (citas extraídas del medio finlandés Tekniika & Talous).
El presupuesto asignado al estudio preliminar asciende a 1,25 millones de dólares (unos 1,08 millones de euros). Se prevé que los trabajos duren entre seis y doce meses, y solo después se decidirá si procede avanzar hacia etapas más concretas.
El interés del aeropuerto refleja una tendencia más amplia: los grandes complejos de transporte, altamente dependientes de la energía, buscan alternativas que garanticen seguridad de suministro al mismo tiempo que reducen las emisiones de carbono. Un reactor modular podría proporcionar electricidad estable e independiente de las condiciones climáticas, algo especialmente valioso en operaciones de escala global.
Si bien la idea todavía está en fase de análisis, el simple hecho de que uno de los aeropuertos más importantes del mundo se plantee recurrir a la energía nuclear modular da una señal clara de cómo estas tecnologías, hasta hace poco experimentales, comienzan a posicionarse como parte del futuro energético.