Víctor Valdés aseguraba que la clave para que un portero triunfara en el Barcelona, más que el juego con los pies, es el uno contra uno. Marc-André ter Stegen, a lo largo de los últimos años, ha demostrado tener un toque fantástico a la hora de desplazar el balón. Y también un más que solvente rendimiento en los duelos. Siempre implacable, sabe qué hacer para frustrar a su rival. Y, para lo bueno y para lo malo, ha llevado también esa actitud lejos de los terrenos de juego.
En su último gran pulso, en este caso con el propio club azulgrana, se niega a firmar el consentimiento para que la entidad le haga llegar a la Comisión Médica de LaLiga sus informes médicos, con el objetivo de que determinen su periodo de baja. Si es de cuatro meses o más, podrán usar parte de su salario para inscribir fichajes. Sobre todo, a un Joan García llamado a ser ahora el titular indiscutible bajo los palos.
Pero el germano no tira la toalla. Ya lo evidenció al asegurar que su ausencia sería de tres meses el mismo día en que anunció que pasaría por el quirófano para solventar unos nuevos problemas en las lumbares. Y ahora le ha dado una vuelta de tuerca más ejerciendo un derecho inalienable a su privacidad, pero al que ningún futbolista, hasta el momento, había considerado recurrir en caso de lesión.
Que todo forma parte del tira y afloja con el club azulgrana es más que evidente. Como lo es también que a Ter Stegen no le duelen prendas al lanzar pulsos. En su etapa como juvenil con su selección, compitió fieramente con Bernd Leno, actual arquero del Fulham. Ter Stegen se hizo con la titularidad en las categorías inferiores de la mannschaft, en una etapa en la que casi llegan a las manos porque, en las concentraciones, el azulgrana quería dormir mientras que Leno prefería hablar por teléfono. ¿Solución? Habitaciones separadas.
Frente a Claudio Bravo
Cuando iba a empezar su tercera temporada como azulgrana, surgió otro duelo, esta vez quizás más o menos esperado con otro compañero de fatigas bajo los palos. En esta ocasión, con Claudio Bravo. Durante los dos primeros años con Luis Enrique al frente del equipo, el chileno era titular habitual en la Liga y él debía conformarse con la Champions y la Copa del Rey. Por eso lanzó un serio ultimátum: o él o yo. En las manos, tenía la baza ganadora de que el Manchester City de Pep Guardiola estaba dispuesto a todo para ficharlo. De nuevo ganó el pulso y al final quien acabó incorporándose al conjunto citizen fue Bravo.
Dicen que no hay dos sin tres. Siguiendo esa máxima, no es entonces raro encontrar un tercer choque con otro portero. Uno que, no obstante, no acabó teniendo el desenlace que esperaba. La portería de la selección alemana, durante muchísimo tiempo, la defendió un Manuel Neuer prácticamente inamovible, por mucho que Ter Stegen esgrimiera sus buenas actuaciones con el Barça.
Con el anuncio de retirada del equipo nacional de Neuer, se le abrió al fin la puerta de la titularidad, si bien el arquero del Bayern ha tenido últimamente un gesto que invita a pensar que aún se la tiene guardada al meta barcelonista: ofrecerse a volver a jugar con el combinado germano, algo que su actual máximo responsable, Julian Nagelsmann, ya ha descartado por completo.
El fuerte carácter de Ter Stegen no entiende de galones. Por eso, llegó a vivir también varios momentos tensos con Leo Messi en el Barça. Así lo confesaba él mismo en un podcast del diario Bild. Y el argentino, según explicó, no es de los que se andan con tonterías. «Probablemente, es el único jugador que puede tirarte una pelota a la cara si quiere. Tiene esa habilidad. Otros dispararían a otro lado; él podía dar en el blanco. Lo ha hecho varias veces», destapó.