El mercado bursátil suizo se ha desplomado, el gobierno del país ha tenido que programar reuniones de emergencia y la población acusa a su presidenta Karin Keller-Sutter de gestionar indebidamente una llamada telefónica crucial con la Casa Blanca. Todo esto después de que Donald Trump haya golpeado al país con un arancel de exportación del 39%.
Suiza, sede de algunas de las marcas de lujo más conocidas del mundo, se ha quedado en después de que el presidente de Estados Unidos impusiera el pasado viernes uno de los aranceles más altos de su reajuste comercial global. Las asociaciones industriales advierten de que decenas de miles de puestos de trabajo están en peligro.
Los medios de comunicación de Suiza afirmaban hace unos días que, después de tres meses de negociaciones, los mediadores suizos creían haber asegurado un arancel el 10 % sobre las exportaciones a Estados Unidos —que es un mercado importante para algunos productos del país europeo, como por ejemplo para los relojes de lujo, las joyas o el chocolate; también para la maquinaria y los productos farmacéuticos—. Sin embargo, después de la llamada telefónica de una media hora del entre Keller-Sutter y Trump el jueves, el presidente de EEUU anunció el arancel del 39%.
Se trata de una cifra aún más elevada que la del 31% que prometió hace meses. El índice bursátil de valores de Suiza ha abierto con una caída del 1,8 % este lunes, el primer día de desde el anuncio de Trump.
El gobierno suizo ha defendido que la imposición del arancel del 39% no tiene nada que ver con esa llamada entre Trump y Keller-Sutter. Otros, sin embargo, describen la actitud de la ministra de finanzas y actual presidenta como “arisca”, “desastrosa” y “malamente evaluada”. “La llamada no fue un éxito”, afirmaba una fuente del Gobierno. “No ha habido un buen resultado para Suiza, pero tampoco ha habido una discusión”, reiteran. “Trump dejó muy claro desde el principio que tenía otro punto de vista completamente diferente al nuestro, que los aranceles del 10% no eran suficientes”, dijo esa misma fuente a la agencia Reuters.
Los medios suizos no han sido tan benévolos. “Frente a Trump, Keller-Sutter resultó demasiado ingenua”, sentenciaba el diario en su apertura. 24 Heures titulaba que, en vez de su “obra maestra”, la llamada telefónica había acabado siendo “la mayor derrota de su carrera política”.
Según Hans Gersbach, economista de la universidad de Zürich, el arancel del 39% va a tener un impacto “enorme” en la economía suiza orientada a la exportación. El experto asegura que podía incluso despertar una recesión, especialmente si las farmacéuticas, que no están aseguradas, están incluidas en el trato con el presidente estadounidense.
Las empresas suizas, cuyas exportaciones a Estados Unidos representan aproximadamente una sexta parte de sus ventas totales al extranjero, se enfrentan a uno de los aranceles más elevados de Estados Unidos: solo Laos, Myanmar y Siria tenían cifras más altas, entre el 40 % y el 41 %. La Unión Europea y el Reino Unido negociaron un 15 % y un 10 %, respectivamente.
El ministro de Economía, Guy Parmelin, declaró el lunes a la radio pública RTS que el Gobierno necesitaba “comprender plenamente lo que ha sucedido, por qué el presidente de EE. UU. ha tomado esta decisión”. “Una vez que tengamos eso sobre la mesa, podremos decidir cómo proceder”, dijo.