Las organizaciones israelíes B’Tselem y Physicians for Human Rights Israel (PHRI) han dado un paso inédito al acusar públicamente al Gobierno de Israel de perpetrar un genocidio en la Franja de Gaza. Se trata de la primera vez que entidades nacionales califican así la ofensiva en el enclave palestino.
Yuli Novak, directora ejecutiva de B’Tselem, ha asegurado durante la presentación del informe de su organización que que ya no es posible ignorar la gravedad de los hechos: «La realidad no nos deja más opciones que reconocer la verdad: Israel está cometiendo un genocidio contra los palestinos de la Franja de Gaza».
Novak ha descrito la transformación de los israelíes como un proceso prolongado, afirmando que se ha convertido en una sociedad «capaz de borrar la humanidad de la gente y de perder toda su empatía y obligaciones morales» a través de un «largo proceso de deshumanización de los palestinos». «Es una combinación terrorífica de circunstancias que nos llevan a la realidad que todos observamos hoy», ha añadido.
El informe de B’Tselem, titulado ‘Nuestro genocidio’, refleja que los hechos registrados desde el 7 de octubre de 2023 constituyen «medidas coordinadas y deliberadas para destruir la sociedad palestina en Gaza». La ofensiva militar, que se extiende ya por más de 21 meses, ha provocado lo que B’Tselem califica como «masacres, tanto directas como mediante la creación de condiciones inhabitables«, con graves consecuencias físicas y mentales para toda la población civil.
La organización detalla una larga lista de violaciones graves: destrucción sistemática de infraestructuras básicas, desplazamientos forzosos masivos y ataques a instituciones educativas, culturales y de asistencia humanitaria como la UNRWA.
«La limpieza étnica se ha convertido en uno de los objetivos oficiales de guerra», denuncia B’Tselem, que también alerta sobre las condiciones de los detenidos palestinos en cárceles israelíes, convertidas en «campos de tortura». Todo ello, subraya la organización, forma parte de un ataque no solo físico, sino también simbólico: la destrucción de la identidad palestina.
El término ‘genocidio’ se refiere, explica la organización, «a un fenómeno sociohistórico y político que implica actos cometidos con la intención de destruir, total o parcialmente, a un grupo nacional, étnico, racial o religioso». «Tanto moral como legalmente , el genocidio no puede justificarse bajo ninguna circunstancia , ni siquiera como acto de legítima defensa», critica.
Para B’Tselem, los hechos actuales son la culminación de décadas de políticas represivas y discriminatorias contra los palestinos. «La actual arremetida debe entenderse en el contexto de más de setenta años de ocupación, apartheid, ingeniería demográfica y fragmentación del pueblo palestino«, sostiene.
Según el análisis de la ONG, el trauma vivido por la sociedad israelí tras los atentados del 7 de octubre fue instrumentalizado por el actual gobierno de extrema derecha para impulsar una ofensiva que ya venía gestándose. «Los horrores del 7 de octubre fueron el detonante de un ataque total presentado como legítima defensa«, afirma el comunicado.
B’Tselem advierte también del riesgo de que esta política genocida no se limite a Gaza. «Existe un peligro claro y presente de que el genocidio se extienda a Cisjordania y a las zonas dentro de Israel donde viven palestinos bajo el régimen israelí», alerta la organización.
Ante esta situación, la ONG reclama una «acción urgente e inequívoca» tanto por parte de la sociedad israelí como de la comunidad internacional. «El uso de todos los medios disponibles bajo el derecho internacional es imprescindible para detener el genocidio de Israel contra el pueblo palestino», concluye.
Ataque «sin precedentes» contra la infraestructura médica de Gaza
Por su parte, la doctora Daphna Shochat, representante de PHRI, ha subrayado la necesidad de una denuncia clara y directa: «Precisamente en este momento es especialmente importante llamar a las cosas por su nombre», ha afiramdo durante la presentación de un informe médico que evalúa el impacto sanitario del conflicto.
El informe de PHRI analiza el sistema de salud y las condiciones médicas en Gaza como parte de una ofensiva que, aseguran, se ajusta a la definición legal de genocidio. El documento recoge que el 13 de octubre de 2023 marcó el inicio de un ataque «sin precedentes» contra la infraestructura médica de Gaza, cuando el ejército israelí ordenó la evacuación de 22 hospitales en la ciudad de Gaza y en el norte de la Franja.
Desde entonces, 33 de los 36 hospitales y clínicas han sido bombardeados o inutilizados, así como privados de suministros básicos como agua y combustible. «Hoy, PHRI publica un documento de posición que documenta este ataque tal como es: un desmantelamiento deliberado y acumulativo del sistema de salud de Gaza y, con él, de la capacidad de supervivencia de su población. Esto constituye un genocidio», afirma.
El informe denuncia que más de 1.800 profesionales médicos han sido asesinados o detenidos desde el inicio del conflicto. Mientras tanto, el colapso del sistema sanitario ha dejado a la población sin acceso a atención de urgencia ni tratamientos crónicos: diálisis, atención materna, tratamiento del cáncer y control de la diabetes han desaparecido casi por completo.
El 92 % de los bebés entre seis meses y dos años no consume la cantidad mínima de alimentos necesarios. Al menos 85 niños han muerto de hambre, y cada día decenas de personas fallecen por desnutrición. El informe señala también que Israel ha desplazado a nueve de cada diez habitantes de Gaza, ha destruido o dañado el 92% de las viviendas y ha dejado a más de medio millón de niños sin escuela.
Además, PHRI avisa de que la tragedia no acabará aunque cesen los bombardeos: «Esta no es una crisis temporal. Es una estrategia para eliminar las condiciones necesarias para la vida. Incluso si Israel detiene la ofensiva hoy, la destrucción que ha infligido garantiza que las muertes evitables —por hambre, infecciones y enfermedades crónicas— continuarán durante años».
«Esto no es un daño colateral. No es un efecto secundario de la guerra. Es la creación sistemática de condiciones inhabitables. Es la negación de la supervivencia. Es un genocidio«, asevera.
Así, la organización insta a gobiernos y organismos internacionales a actuar de inmediato. Entre las medidas propuestas, PHRI exige el cese del fuego, la restauración del sistema sanitario, la protección del personal médico, y la libre circulación de ayuda humanitaria. «La mínima capacidad del sistema de salud actual depende enteramente del esfuerzo de los profesionales médicos de Gaza, a quienes está dedicado este informe», concluye.