El diario italiano La Stampa ha publicado los detalles del trabajo de los operadores de drones de Ucrania en su batalla contra el invasor ruso. Ya se sabe que el avance de aviones no tripulados, desarrollados por la industria patria, es una de las claves en la defensa y el ataque contra la Federación, pero ahora se conoce, además, cómo se cuida a quienes los manejan y los usan de forma determinante.
«¿Eliminar a un soldado? Obtienes entre 6 y 12 puntos. ¿Destruir un tanque? 8 puntos. ¿Matar a un piloto de drones? 25 puntos», indica el citado medio. En este «laboratorio de innovación militar» en que se ha convertido la «operación militar especial» rusa, surgen ideas «más curiosas (e inquietantes)», como un sistema de recompensas que «se asemeja mucho al de un videojuego«, indica. El objetivo es recompensar a los operadores de drones más letales con equipo extra, dice. «Pero no sólo sirve para distribuir recursos: influye en la naturaleza misma del combate«, afirma el medio.
Este sistema muestra en tiempo real cómo cambian las prioridades del ejército ucraniano y también podría ser una especie de advertencia para todos los ejércitos que se preparan para las guerras del mañana. El sistema está bien fijado. «Cada disparo debe documentarse con fotos o vídeos. Los puntos ganados se gastan luego en una especie de Amazon militar organizado por las fuerzas ucranianas: drones, baterías, armas, sistemas de comunicación por satélite. Quien logre más resultados rápidamente recibe más medios para seguir luchando«, se expone.
La concesión de premios se revisó en junio. Una de las cosas que más sorprenden es cómo los tanques «han perdido importancia». Hasta hace poco, derribar uno otorgaba 40 puntos. Hoy, sólo 8. ¿Destruir un lanzacohetes? De 50 puntos, ha bajado a un máximo de 10. Por otro lado, herir a un piloto de drones ruso vale 15 puntos, mientras que eliminar uno otorga 25. Incluso matar a un soldado raso vale más: hasta 12 puntos.
El mayor Robert Brovdi, jefe de un batallón de élite llamado «Pájaros de Maygar», explica esta lógica: » Hoy tenemos que presionar a los pilotos para que eliminen a las personas. Hasta ahora, no hemos podido depurar lo suficiente a la infantería rusa y las tropas se acumulaban en el frente». Pero cuidado, continúa el mayor, esto no significa que debamos ignorar los vehículos blindados: «No conozco a ningún piloto de drones que, al avistar una columna mecanizada en movimiento (tanques, vehículos blindados), no ataque simplemente porque no hay puntos de bonificación. Sería absurdo«.
En abril, los «Pájaros» obtuvieron 16.298 puntos y ascendieron al primer puesto en la clasificación de los equipos de drones más efectivos, y no han cambiado desde entonces. Brovdi fue ascendido a jefe de las fuerzas «no tripuladas» ucranianas.
La «gamificación» de la guerra, que comenzó en agosto de 2024 por iniciativa del ejército, es perfecta para los drones: cada disparo es grabado directamente por sus cámaras y subido a un sistema de verificación. «No hay exageraciones ni mentiras; todo se rastrea y los puntos se otorgan según el valor militar del objetivo», explica el diario. Las unidades más efectivas son recompensadas con nuevos suministros: nunca hay suficientes drones, a pesar de que Ucrania produjo 1,5 millones de ellos el año pasado.
Recientemente, el sistema de puntos ha evolucionado hasta convertirse en una especie de Amazon militar llamado Brave 1 Market. Es una plataforma a través de la cual las unidades de combate pueden solicitar nuevos dispositivos, evitando la burocracia de las compras tradicionales. «La idea es que esto impulse a los pilotos de drones a registrar sus ataques: toda esta información se transmite a los monitores de los comandantes. El resultado, en teoría, es una imagen más completa de la evolución del campo de batalla. La información se devuelve a las unidades operativas, que reciben nuevas prioridades y objetivos de sus comandantes», ahonda.
Cómo están las cosas
Hoy, el objetivo es resistir la nueva contraofensiva rusa. Vladimir Putin presiona en varias partes del frente, además de bombardear ciudades con algunos de los bombardeos más intensos desde el comienzo de la guerra. El zar quiere hacer un último esfuerzo, según los soldados rusos capturados. El saldo de muertes es aterrador. Según datos de The Economist, el número de muertos diarios en Rusia es mayor que en cualquier otro momento del conflicto. La intención es clara: lograr una victoria, o algo parecido, y llegar al invierno con la moral de Ucrania debilitada, obligada a aceptar las condiciones del enemigo.
Kiev, sin embargo, sigue resistiéndose. Putin no ha logrado mucho, a pesar de los retrasos en el armamento estadounidense . El avance actual avanza a un ritmo de 15 kilómetros cuadrados por día. Durante el último año, según The Economist, Rusia solo ha ganado 0,038 kilómetros cuadrados por cada soldado caído : unas nueve hectáreas por muerto. Incluso manteniendo la aceleración del último mes, se necesitarían otros 89 años para conquistar toda Ucrania . Y solo para completar la ocupación de las cuatro regiones ya anexionadas (Luhansk, Donetsk, Jersón y Zaporiyia), Putin tendría que esperar hasta febrero de 2029.
En definitiva, tras casi tres años y medio de guerra, Ucrania no es un país destruido, como suele repetirse. Fabrica el 40% del equipo que utiliza en el frente, incluyendo la gran mayoría de los drones. Los drones han reducido significativamente la ventaja numérica de Rusia. Según algunas estimaciones, actualmente son responsables del 75% de las pérdidas sufridas por las fuerzas de Moscú . El siguiente paso es una verdadera «robotización» del frente, que en algunos casos ya está en marcha. Esta semana se ha sabido que la Tercera Brigada, una unidad de élite de Kiev, neutralizó los despliegues rusos utilizando drones, robots terrestres y ningún soldado.
Sin embargo, existe un obstáculo que dificulta la escalabilidad: el dinero. En Roma, Volodimir Zelenski no solo pidió sistemas de defensa aérea : también está pidiendo a inversores occidentales que inviertan en la industria militar ucraniana. La producción ha crecido de 1.000 millones de euros en 2022 a la asombrosa cifra de 35.000 millones de euros este año, como explica Oleksandr Kamyshin, asesor presidencial que supervisa el sector.
Sin embargo, parte de esta capacidad permanece sin utilizar; falta financiación estatal para encargar todo lo que se podría construir. Y aquí es donde los aliados podrían marcar la diferencia, financiando directamente la industria militar de Kiev. Es asequible, innovadora y puede aumentar rápidamente la producción. Según un informe de Bruegel, un influyente think tank de Bruselas, invertir allí «beneficiará la reconstrucción y la seguridad de Ucrania, los contribuyentes europeos y la disuasión militar del continente». Quizás esta sea la mejor protección contra Rusia.