Un incendio provocado en un restaurante y un supermercado de Estonia, ocurrido el año pasado, fue ordenado por los servicios de inteligencia rusos. Es lo que ha desvelado ahora un tribunal del país, que cuenta con todos los datos de la investigación final.
El atentado forma parte de una serie de ataques cometidos en toda Europa que las autoridades occidentales han vinculado a Rusia, parte de su estrategia de guerra híbrida contra Occidente. El objetivo, afirmaron los jueces, es sembrar la división en las sociedades europeas y socavar el apoyo a Ucrania, que sigue defendiéndose de la invasión a gran escala de Rusia, que dura ya más de tres años.
El Tribunal del Condado de Harju, en Estonia, ha declarado que los autores de esta agresión eran dos primos moldavos, ambos llamados Ivan Chihaial. Uno de ellos fue condenado a seis años y medio de prisión por el incendio provocado del restaurante y el supermercado, que según el Tribunal se llevó a cabo por encargo de los servicios de seguridad rusos. El otro, Ivan Chihaial, fue cómplice y condenado a dos años y medio.
En un comunicado, el Tribunal afirma que el primer Chihaial recibió el encargo de la operación por parte de la inteligencia militar rusa, conocida como GRU. El Tribunal dice que llevó a cabo una operación de prueba en nombre de los rusos, en enero de 2024, prendiendo fuego a un supermercado Co-op en el pueblo de Osula, en el sureste de Estonia.
Al día siguiente, alguien que actuaba en nombre del GRU le encargó que prendiera fuego al restaurante Slava Ukraina de la capital, Tallin. Chihaial condujo con su primo hasta el restaurante la noche del 31 de enero de 2024, donde procedieron a prender fuego al establecimiento antes de abandonar Estonia. Según el Tribunal, el primo de Chihaial no sabía que trabajaba para el Kremlin.
Las autoridades de Letonia, Lituania y Polonia trabajaron para detener a los dos hombres, que fueron aprehendidos en Italia antes de ser devueltos a Estonia para ser juzgados, declaró el Fiscal del Estado Triinu Olev-Aas, cita Euronews.
Suma y sigue
El incendio provocado es el último de una serie de ataques rusos contra Estonia desde que lanzó su ofensiva contra Ucrania en febrero de 2022. En casos anteriores, Estonia sufrió ciberataques y actos vandálicos contra las lunas de coches pertenecientes a políticos y periodistas contrarios al Kremlin.
Los atacantes anteriores habían sido reclutados dentro de Rusia, que comparte frontera con Estonia. Según el Servicio de Seguridad Interior estonio, el hecho de que el GRU recurriera a moldavos enviados al país demuestra que cada vez les resulta más difícil reclutar.
Rusia ha sido acusada de una amplia campaña de sabotaje por funcionarios occidentales desde su invasión de Ucrania. Los ataques en Europa van desde el relleno de tubos de escape de automóviles con espuma expansiva en Alemania hasta un complot para colocar explosivos en aviones de carga, pasando por pirateos informáticos dirigidos a políticos e infraestructuras críticas y espionaje por parte de una red condenada en el Reino Unido.
El portavoz del presidente ruso Vladímir Putin, Dmitry Peskov, ha negado tales acusaciones, añadiendo que aún no se ha presentado al Kremlin «ninguna prueba» que respalde las acusaciones de una campaña de sabotaje más amplia.